Por qué la derrota demócrata en Virginia es un mazazo para Biden

La victoria del republicano Glenn Youngkinen las elecciones para la Gobernación de Virginia ha abierto un nuevo escenario político en Estados Unidos y supone un duro revés para el presidente estadounidense, Joe Biden, sobre todo porque ha sido la primera cita electoral a la que se enfrenta su partido tras llegar a la Casa Blanca hace un año. La derrota es significativa porque Virginia es un estado que en los últimos años había virado hacia el partido demócrata, donde el presidente ganó por diez puntos en las elecciones de noviembre del año pasado.

Lo que ha sucedido en este estado es importante porque este es uno de los pocos estados donde se celebran elecciones fuera de ciclo electoral. Lo que sucede en las urnas es un indicador que indica el grado de satisfacción de los votantes con la nueva administración de Biden. Virginia es un estado de tamaño mediano de cierta importancia en las elecciones nacionales en cuya población se encuentran muchos votantes con educación universitaria, cada vez más influyentes en la carrera por el control del Congreso. Virginia, donde los partidos invierten grandes cantidades de dinero, se ha convertido en un bastión demócrata durante las últimas dos décadas.

El principal temor de los demócratas tras el fracaso en Virginia es que la débil mayoría de legisladores ganada en el Congreso en 2020 puede irse a manos de los republicanos en las “midterm” o elecciones de mitad de mandato de 2022. El control republicano de ambas cámaras del Congreso, o incluso en una de ellas, le daría al partido de Donald Trump la capacidad de bloquear la agenda legislativa de Biden durante los dos últimos años de su mandato.

Los resultados también podrían complicar aún más las esperanzas de Biden de aprobar proyectos de ley por un valor 2.750 millones para reconstruir las carreteras y puentes y para reforzar la red de seguridad social y luchar contra el cambio climático. Leyes que tocan estos temas se han visto frenadas durante meses por las luchas internas entre las alas progresista y moderada de los demócratas. La derrota electoral de Virginia podría dejar a algunos moderados menos dispuestos a respaldar los proyectos de ley más caros.

Las elecciones sugieren una creciente frustración entre los votantes demócratas. También subrayan un dato: que con Trump fuera del cargo, los demócratas no pueden centrar sus mensajes de oposición contra él. En última instancia, los resultados apuntan a un año potencialmente doloroso para los demócratas en su intento de mantener las pequeñas mayorías en el Congreso.

Tampoco conviene olvidar que los resultados de Virginia encajan en un patrón que se repite ya que el partido del presidente en ejercicio ha perdido once de las últimas doce elecciones a gobernador aquí. Los analistas creen que eso no es solo una coincidencia. También hay que tener en cuenta que el partido del presidente casi siempre pierde escaños en la Cámara de Representantes durante las elecciones de mitad de mandato y, por lo general, también pierde terreno en las elecciones a gobernador, como la de Virginia.

¿Qué pasa en Nueva Jersey?

En paralelo, se ha celebrado la elección a gobernador del estado de Nueva Jersey, cuyo recuento se mantiene muy ajustado con el candidato demócrata Phil Murphy y el aspirante republicano Jack Ciattarelli prácticamente empatados con el 88% del voto escrutado. Nueva Jersey es un estado en el que Murphy fue elegido en 2017 por primera vez con un margen de 14 puntos, y lo reñido de la contienda ha sorprendido ya que las encuestas daban un holgada victoria al demócrata. Hace un año, en las presidenciales de 2020, el actual presidente, el demócrata Joe Biden, se impuso al republicano Donald Trump por 16 puntos de diferencia.