El jurista cubano Fernando Almeyda, uno de los moderadores del grupo Archipiélago y promotor de la Marcha Cívica por el Cambio de 15N que se celebra hoy contesta a las preguntas de LA RAZÓN, escondido desde un lugar de La Habana.
Usted es uno de los promotores de la marcha cívica por el Cambio del 15-N, ¿qué esperan?
El 15-N, siendo realista pienso que no encontraré las calles tan abarrotadas como el pasado 11 de julio. Nos hemos preparado, y el régimen también. Ha amenazado con hacer literalmente de todo, ha infundido miedo. No obstante, sí habrán muchos cubanos que saldremos. Y aun si somos pocos, el efecto de retar al miedo amplificará el simbolismo de nuestra presencia.
A usted le han detenido en dos ocasiones, ¿tiene miedo?
He sido citado en dos ocasiones, en realidad tres veces contando desde mayo. Pero sí, viví el 11-J con toda la intensidad de un día histórico. Logré evitar el ominoso destino de miles de cubanos que fueron secuestrados, pero en mi caso, fui gravemente herido en la frente por los grupos represivos. Mientras me recuperaba, vi con horror cómo seguían masacrando, secuestrando, torturando y difamando a los manifestantes pacíficos. Desde hace años sé de lo que es capaz este régimen. Miedo, por supuesto que tengo miedo, mucho miedo de hecho; y no es infundado. Tengo motivos para tener miedo. Pero una cosa es tener miedo y otra sucumbir a él.
¿Cree que podrán salir a manifestarse con libertad?
Al menos en mi caso, bajo ningún concepto. La Seguridad del Estado lleva semanas tratando de averiguar en qué punto del territorio nacional me encuentro. Estoy seguro que tienen órdenes de encontrarme y detenerme a toda cosa. Por eso seré muy prudente a la hora de acceder al espacio público, acompañando a los manifestantes pacíficos.
A diferencia de lo ocurrido el 11 de julio, en esta ocasión, están organizados, ¿temen represión por parte del régimen que considera que el acto es ilegal?
Personalmente temo la represión del 15-N incluso más que el 11-J por varios motivos. Uno de ellos es que el régimen se ha quedado sin apoyo. Sus acciones en julio le hicieron perder más de la mitad del apoyo que tenía antes en el plano nacional e internacional. Los que siguen, por tanto, al régimen son aquellos que no les molesta la violencia, y que incluso la disfrutan. Ha tenido lugar una depuración en sus filas, siendo fieles los más cínicos, violentos y fascistas. Por otra lado, el régimen se siente realmente débil y arrinconado, y una criatura arrinconada se defenderá con la fuerza de un león.
¿Cómo se han organizado y qué reclaman?
Para la organización han ayudado mucho las redes sociales. La pandemia nos enseñó a superar el gusto por la presencialidad, romper esquemas y sumergirnos en el ciberespacio, exprimirlo al máximo. Reclamamos cuestiones elementales, el A,B,C de la civilidad. Que se respete el disenso, que se respete la libertad de expresión, de reunión, manifestación y queja. En un sentido más amplio nos hacemos eco de las voces de la sociedad cubana que piden un cambio.
¿Considera que Cuba está polarizada?
Claramente hay una división en el país, muy marcada. Por un lado están los que quieren un cambio. Están los que quieren mantener todo como está y seguir haciendo el juego a la dictadura. Y luego, los que detestan al régimen pero no quieren enfrentarlo por miedo a perder su libertad. La gran mayoría del pueblo cubano dentro de la Isla me inclino a pensar que está contra el régimen, aunque no sean todos los que están dispuestos a poner el cuerpo. En general, la credibilidad el gobierno y el sistema es inexistente, e irrelevante. Solo apoyan el sector militar, el paramilitar, la policía, la nomenclatura del partido, la burocracia, la nueva oligarquía anclada a la familia Castro. En esencia, solo los sectores improductivos secundan al régimen. El resto de los sectores ( la gran mayoría) apoyarían un cambio en Cuba.
¿Ha cambiado algo en las calles desde la manifestación de verano?
No diría que la población tiene menos miedo, diría que muchos nos hemos vuelto inmunes al miedo, ahora somos un pueblo muy valiente. El 11J demostró cuantos estábamos listos a dar la vida por la libertad y por nuestras convicciones. El régimen y sus partidarios deben ser los que temen ahora el 15N pues recuerdan los jóvenes poniendo el pecho pacíficamente ante policías y militares que les apuntaron y atacaron armados.
¿Echan en falta el apoyo de la comunidad internacional?
La Comunidad finalmente ha comenzado a reaccionar de manera responsable y preocupada por el tema Cuba. Si en el pasado podría decirse que no importábamos mucho, actualmente y gracias al impacto del 11J y el 15N hemos logrado un cambio. Ahora sentimos que la comunidad internacional respalda al pueblo cubano. Sentimos que se pudiera hacer más, pero que poco a poco continuaremos sensibilizando al mundo con la causa cubana.
El régimen acusa a EE UU de instigar la protesta, ¿le sorprende?
Siempre hablan de que la soberanía es el valor principal de la revolución sin embargo, el gobierno cubano se comporta como si fuera una neocolonía de los EEUU. Responsabiliza al gobierno de los EEUU de cosas que deberían ser responsabilidad del nuestro país. Todo lo que se dice y hace está en función de los EE UU. Son omnipresentes en nuestras vidas, al punto de que figuras del gobierno cubano han expresado públicamente más preocupación por los derechos y el bienestar del pueblo norteamericano que por el nuestro. Casi que las exigencias del levantamiento del embargo ocultan una especie de deseo de dependencia neocolonial al mercado Norteamericano. Consecuentemente con esta relación tóxica y absurda que insiste en tener el gobierno cubano con los EEUU, se les responsabiliza de instigar la protesta. Hemos hecho todo lo posible por mantener distancia del gobierno norteamericano, precisamente para que no se relacionara falsamente al grupo Archipiélago con los EEUU. Pero el gobierno de Diaz-Canel si no tiene pruebas pues las inventa, si no tiene la razón, calumnia, difama e impone su versión a la fuerza. Así que la respuesta es que no nos sorprende. Desde que tengo uso de razón el gobierno cubano le echa las culpas de absolutamente todo al gobierno de los EEUU y al Embargo. ¿por qué sería diferente esta vez? Claramente, ya su relato está gastado y nadie se lo cree.