Dos opuestos
El conservador Kast peleará la presidencia de Chile contra el izquierdista radical Boric
El resultado de la primera vuelta marca el declive de los partidos tradicionales. Los dos vencedores de la primera vuelta lideran partidos de reciente creación
Tal y como vaticinaron las encuestas, los chilenos volverán a encontrarse en las urnas el 19 de diciembre para elegir al nuevo presidente, después de que en la primera vuelta, José Antonio Kast, del Partido Republicano, ganase con un 27,91% de los votos, mientras que Gabriel Boric, del Partido Convergencia Social, alcanzara un 25,83%. Los extremos de derecha e izquierda, respectivamente, obtuvieron la confianza de los electores mientras los candidatos del centro se quedaron fuera. Una anomalía en el paisaje político chileno. Por primera vez desde la vuelta a la democracia, ninguno de los dos partidos tradicionales, la derecha clásica de Chile Vamos (12,79%) y los socialistas de Partido Progresista (7,61%), que han liderado el país durante los últimos 30 años, estarán presente en la segunda vuelta de las presidenciales. «Sorpasso» de la izquierda radical del Partido Convergencia Social a los socialdemócratas chilenos.
Visiblemente contento, el candidato del Partido Republicano, José Antonio Kast, se dirigió a sus partidarios con una bandera chilena en la mano apenas se informó el ultimo cómputo: «Vamos a seguir caminando, tenemos vocación de mayoría, queremos convocar a más chilenos, que quizás hoy no lo vieron con fuerza, pero esperamos en este mes mostrarles porqué es importante que este proyecto político siga creciendo. Chile merece paz, merece libertad y eso es lo que le vamos a dar».
En tanto Gariel Boric, quien representa a la izquierda radical en esta contienda presidencial, aseguró que su coalición luchará contra la corrupción para acabar con los privilegios de toda la clase política. «Nosotros queremos la paz social en una sociedad que esté cohesionada. No salimos a la calle para que todo siga igual, vamos a defender la convención constitucional», agregó.
La sorpresa de las elecciones la dio el candidato Franco Parisi, un polémico economista liberal, que se impuso como tercera fuerza con casi un 13% de apoyos. Lleva más de un año sin pisar Chile, hizo campaña para ser presidente a través de Youtube y Facebook y no participó en los grandes debates televisivos ni eventos de campaña al residir en Alabama, donde supuestamente trabaja. Sus votos serán clave para decantar la balanza a un lado u otro del tablero.
Para algunos especialistas las elecciones de diciembre aumentarán la polarización en el país y obligarán a ambos candidatos a centrar su discurso político, sin dejar de lado las promesas a ese electorado que en primera vuelta les dio el voto. «Los electores más moderados serán quienes votarán por el ‘mal menor’, pero debe haber un indicio, ya sea por parte de Kast y/o Boric por centrarse. Quien pueda hacerlo probablemente ganará la elección. Hoy día es muy difícil saber quién lo logrará porque tienen un electorado duro y poco transigente», asegura el analista político y profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales Patricio Gajardo. Similar pronóstico tiene el académico e investigador en comunicación política de la PUCV, Claudio Elórtegui, quien indica que el resultado de la primera vuelta es el reflejo de un proceso paulatino de polarización política en el que el relato de ambos candidatos debiese migrar al centro para captar más votos. «Por un lado, Gabriel Boric representa un período de trasformación, una sostenida política de cambios que son las que se planteaban desde el año 2019, pero, por otro lado, ha aparecido Kast, con una sensibilidad y una herencia pinochetista que ha podido aglutinar de una manera pragmática ciertos temores, miedos e inseguridades por el presente y futuro de Chile, luego de las transformaciones que se han experimentado en el último tiempo», reflexiona Elórtegui.
Pero la pregunta está en saber cómo los chilenos pasaron de un estallido social en octubre de 2019 exigiendo igualdad social, una Asamblea Constituyente que reescriba la Carta Magna y un cambio en el modelo social que privilegia a las élites, a elegir a un candidato derechista como primera mayoría nacional. Para Alfredo Pinto, ingeniero comercial, quien votó por José Antonio Kast, el actual escenario político es el reflejo de la polarización que ha vivido el país desde las revueltas de 2019. «Al principio todos nos sumamos a una causa para construir un país mejor, pero tanto por el circo montado por los parlamentarios de izquierda, así como también por el vergonzoso despliegue de la convención constituyente –tomada también por la izquierda–, generan un rechazo importante de quienes apostaron por un ejercicio democrático para un Chile mejor», comenta Pinto.
Lorena Montesinos, psicóloga, quien votó a Gabriel Boric, también cree que el país está abiertamente polarizado entre izquierda y derecha y eso radica en las dos miradas opuestas de un Chile que ha cambiado desde el estallido social. «Kast representa a la clase más conservadora y personas mayores que temen un Gobierno de izquierda, mientras que Boric aporta un nuevo aire, alguien que no está tan contaminado por la política de la vieja escuela, alguien que tiene sintonía con un grupo etario que va entre los 27 y los 45 años, donde vemos esperanza cambios, transición, mayor tolerancia a las diferencias y equidad», argumenta esta chilena. Habrá que esperar entonces el desenlace de la que, hasta ahora, ha sido la elección presidencial más reñida de los últimos años. Con partidos que deberán empezar a mostrarse más mesurados en cuanto al discurso, el tono y las propuestas. «Sobre todo porque los candidatos tendrán que exigir, negociar y acordar la posibilidad de poder pedir apoyo a otros partidos para lograr la mayoría suficiente que les dé la victoria», concluye el abogado y académico Sebastián Salazar.
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