Perú
Pedro Castillo testifica por los polémicos ascensos en el ejército
El presidente de Perú asegura haber respondido “todas las preguntas” de la Fiscalía sobre las controvertidas promociones en las Fuerzas Armadas
El presidente de Perú, Pedro Castillo, ha asegurado haber respondido “todas las preguntas sobre los ascensos en las Fuerzas Armadas” que la Fiscalía le ha trasladado en su declaración como testigo en la investigación por supuesto nepotismo a la hora de decidir ascensos en la cúpula del ejército.
El presidente peruano ha declarado la tarde del martes durante más de dos horas en el Palacio de Gobierno ante el fiscal supremo adjunto Ramiro González, el procurador general del Estado, Daniel Soria, y su abogado, Eduardo Pachas, sobre las presuntas irregularidades en ciertas promociones en las Fuerzas Armadas: “Respondí a todas las preguntas sobre los ascensos de las Fuerzas Armadas como parte de la indagación preliminar del Ministerio Público. Nosotros damos la cara. No huimos del país. Tenemos la conciencia limpia. Actuamos conforme a la ley y los compromisos asumidos con el pueblo”, ha publicado en Twitter tras su intervención ante la Fiscalía. El abogado del presidente peruano ha señalado este miércoles en RPP Noticias que “la gran mayoría de las 40 preguntas han estado relacionadas al tema de los chats” y ha rechazado que pueda imputarse a Castillo un delito de abuso de autoridad. El maestro rural y sindicalista ha reconocido que los mensajes fueron enviados por él: “En ninguno de los chats hay abuso de autoridad. No hay nada de presión. No se ha dado una petición de forma peyorativa”.
Castillo, acusado por la oposición de rehuir las ruedas de prensa y falta de transparencia, ha enviado la mañana del miércoles a su abogado a uno de los más importantes noticieros televisivos de Perú “con ánimo de apertura a la prensa y dar información a la ciudadanía” sobre el interrogatorio en el Palacio de Gobierno. La causa se basa en la denuncia del ex comandante del ejército, José Vizcarra, por las peticiones que supuestamente recibió para ascender irregularmente a dos coronales afines al Gobierno. Castillo solicita a Vizcarra, cuando todavía era comandante de las Fuerzas Armadas, coordinar “temas urgentes” sobre la renovación de las cúpulas militares. Vizcarra denunció el pasado 8 de noviembre que el ex secretario presidencial, Bruno Pacheco, y el entonces ministro de Defensa, Walter Ayala, le pidieron el ascenso irregular de dos coroneles que serían afines al gobierno.
El ex comandante Vizcarra denuncia que su negativa a realizar estas promociones, al considerar que no correspondía hacerlo por razones de mérito, habría provocado su jubilación anticipada solo tres meses después de asumir el cargo: “Solamente me queda pensar que mi pase a retiro se debe a una razón recientemente presentada y que es el proceso de ascenso y las invitaciones al retiro que son parte de las actividades que se realizan en esta parte del año”. Vizcarra insiste en las injerencias: “Yo sí recibí algunos pedidos, que me hicieron conocer antes del proceso a través del secretario Bruno Pacheco y el ministro de Defensa y los mensajes a través del Edecán del ministro de Defensa. Eran varios los recomendados y en diversos grados”, declaró José Vizcarra a RPP.
La corrupción y la inestabilidad persiguen a Castillo
Castillo afronta uno de los mayores terremotos políticos en sus cinco primeros meses al frente de este país centroamericano de 32 millones de habitantes. La inestabilidad y los escándalos persiguen al presidente peruano desde su toma de posesión el pasado 28 de julio, que puso fin a tres décadas de gobiernos conservadores en Perú. El ex Secretario General del Despecho Presidencial, Bruno Pacheco, ha estado en el punto de mira también por otros escándalos como tratos de favor a sus amigos de la agencia de aduanas o ascensos irregulares en la Cancillería. El fiscal anticorrupción, Marco Huamán Muñoz, inició una investigación preliminar contra Pacheco por un presunto delito de tráfico de influencias. La Fiscalía Anticorrupción encontró 20.000 dólares en efectivo en su despacho el pasado 24 de noviembre. Pacheco, hombre hasta entonces de la máxima confianza de Castillo, renunció al cargo ese mismo día rechazando las acusaciones contra él: “El dinero es producto de mis ahorros y de mi sueldo”, declaró ante la Fiscalía.
El abogado de Castillo presentó un recurso de amparo para que la fiscal del caso, Norah Córdova, se abstenga de solicitar nuevos registros en la sede del Gobierno al considerar que la magistrada está actuando de manera parcial por sus conocidas opiniones contrarias a Castillo. Durante la reñida campaña electoral, Córdova se posicionó en contra de Castillo al tildar de “comunistas, ‘terrucos’ (terroristas) y corruptos” a quienes conforman el equipo de gobierno de Castillo. Algunos miembros del partido del gobierno, Perú Libre, han estado vinculados con el grupo marxista-terrorista Sendero Luminoso. La fiscal ha rechazado que sus opiniones políticas influyan en su labor judicial.
La tensión política en Perú se ha incrementado desde la llegada al poder de Castillo debido a otros escándalos como la fiesta de Halloween del ministro del Interior de Perú, Luis Barranzuela, tras prohibir reuniones en los domicilios, o el caso Petro-Perú. Castillo recibió el 18 de octubre en su despacho al gerente de la petrolera estatal Petro-Perú y al gerente de Heaven Petroleum, empresa que poco después ganó una licitación de 65 millones de euros. Mientras, los afines a Castillo señalan al expresidente Alberto Fujimori.
La Fiscalía ha reabierto este mes el caso por las estilizaciones forzada de 200.000 mujeres indígenas. El politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México experto en política peruana, Camilo Cruz, señala a LA RAZÓN “la dificultad de llegar a mayorías en el Congreso y la desconfianza” para explicar la inestabilidad que ha llevado a Castillo a realizar en cinco meses doce cambios ministeriales.
Castillo ha sufrido una pérdida de popularidad desde su llegada al poder. Una encuesta del diario peruano El Comercio del 15 de noviembre señala que el 57% rechaza su gestión, nueve puntos más de desaprobación que el mes anterior. Solo el 35% lo apoya incondicionalmente, siete puntos menos que en el mes de octubre. Tras esquivar una moción de confianza, Castillo asume el reto de la gobernabilidad entre los escándalos de corrupción, la beligerancia de la oposición fujimorista y las luchas internas de su partido: “Los partidos peruanos son muy débiles. Es frecuente que cedan candidaturas a personas con arrastre social. A la hora de llegar al Gobierno, se generan estos problemas”, remarca el académico.
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