Invasión

¿Quién debe pagar los daños causados en Ucrania cuando acabe (si termina) el conflicto?

Existe el precedente de la invasión de Kuwait, en que Irak tuvo que pagar importantes cantidades tras ser derrotada

Una residente se asoma a la ventana de un edificio destruido por un bombardeo ruso en Kiev (Ucrania), este lunes. EFE/ Miguel A. Lopes
Una residente se asoma a la ventana de un edificio destruido por un bombardeo ruso en Kiev (Ucrania), este lunes. EFE/ Miguel A. LopesMIGUEL A. LOPESAgencia EFE

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¿Quién debe pagar los daños casos en Ucrania durante la invasión rusa una vez finalizado el conflicto?. En Este caso, parece claro que debería ser Rusia pues ha actuado sin que existiera ningún acto de guerra previo por parte de Kiev. En cualquier caso, deberá ser un tratado el que deje claro el asunto en el que no deben quedar al margen las organizaciones internacionales para dejar claro a Putin, y a los que pretendan invasiones como la que ha ordenado, que no les pueden salir gratis. Expertos militares consultados por LA RAZÓN señalan que no existen tratados al respecto que se puedan aplicar de una forma automática.

En este caso, los precedentes de las dos guerras mundiales no pueden ser invocados ya que se trataron de conflictos convencionales. Normalmente, el perdedor es el que tiene que pagar al vencedor. Fue lo que le ocurrió a Alemania y a Japón, en la II Guerra.

Más recientemente, después de la Guerra del Golfo, Irak aceptó la resolución 687 emitida por la ONU en la que se declaraba que era financieramente responsable por los daños causados en su invasión de Kuwait. Parece que éste es el ejemplo que se podría aplicar al caso de Ucrania, ya que se ha producido una invasión por una decisión unilateral como ha ocurrido ahora.

Moscú no se va a prestar a pagar los daños que ha causado, al menos mientras esté Putin en el Kremlin, y es posible que esgrima en su defensa lo ocurrido en la guerra de Irak, cuando una coalición de varios países encabezados por Estados Unidos (España formaba parte del grupo) invadieron, en diciembre de 2011, el país con el pretexto de que estaba fabricando armas de destrucción masiva, que nunca aparecieron. Era una especie de guerra de “liberación” para derrocar a Hussein, que terminó ahorcado, y a los suyos y sustituirlos por un régimen “democrático” Si se repasa la propaganda y desinformación que despliega ahora Moscú recuerda de alguna manera aquello: resulta que la OTAN y occidente tienen en Ucrania laboratorios subterráneos y secretos para fabricar armas biológicas.

También pueden sacar a la luz la invasión de Afganistán después de los atentados del 11-S, pero en lo que se refiere a este país Rusia tiene más que callar que proclamar. Además, quedó demostrado que las acciones criminales perpetradas por Al Qaeda habían sido planificadas con el amparo de los talibanes.

Se pueden citar otros casos, pero el que nos ocupa ahora, en pleno siglo XXI, parece meridianamente claro. Una decisión de Vladimiro Putin está causando miles de muertos y heridos y daños materiales que habrán de ser cuantificados en su momento. Y lo lógico, al menos sobre el papel, es que Rusia se haga cargo de los gastos salvo que su intención última fuera quedarse con todo el territorio ucraniano, lo que parece poco probable a la vista de las últimas negociaciones y el status que se negocia entre Moscú y Kiev.

Un asunto apasionante, dentro de lo que son los horrores de la guerra y los sufrimientos humanos, sobre el que tendrán que opinar expertos en la materia y, sobre todo, participar las organizaciones internacionales. Si lo ocurrido le sale gratis a Putin, mala cosa.