Historia

Cómo el aborto se convirtió en un asunto divisivo en la política de Estados Unidos

La interrupción del embarazo se ha convertido en una de las líneas divisorias que definen la política estadounidense

Activistas antiaborto protestan a las afueras del Tribunal Supremo de Estados Unidos
Activistas antiaborto protestan a las afueras del Tribunal Supremo de Estados UnidosSHAWN THEWAgencia EFE

Desde que la decisión del Tribunal Supremo de Estados Unidos en el caso Roe v. Wade legalizó el aborto en todo el país en 1973, la cuestión se ha convertido en una de las líneas divisorias que definen la política estadounidense, con políticos demócratas que apoyan firmemente el derecho al aborto y legisladores republicanos que se alinean en la oposición.

En 1973 las líneas eran más borrosas. Los votantes republicanos y demócratas eran igualmente proclives a decir que el aborto debía ser legal, mientras que era fácil encontrar funcionarios republicanos que apoyaban el derecho al aborto y demócratas que se oponían al procedimiento.

Entonces, ¿qué cambió?

AL PRINCIPIO NO ERA UNA CUESTIÓN PARTIDISTA

El aborto a petición era legal en cuatro estados a principios de la década de 1970, mientras que otros 14 lo permitían en algunas circunstancias.

Mientras que la Iglesia católica se oponía al aborto, la Convención Bautista del Sur, la mayor confesión evangélica, declaraba que debía permitirse en muchas circunstancias.

Ninguno de los partidos consideraba el aborto como una cuestión definitoria.

Los republicanos, como la primera dama Betty Ford, dijeron que la decisión de Roe era “una gran, gran decisión”, mientras que algunos demócratas, como un senador recién elegido llamado Joe Biden, dijeron que el fallo del tribunal iba “demasiado lejos”.

Los votantes tampoco veían la cuestión según líneas partidistas. El sondeo de opinión de la Encuesta Social General descubrió en 1977 que el 39% de los republicanos decía que el aborto debía permitirse por cualquier motivo, frente al 35% de los demócratas.

UN MOVIMIENTO CONSERVADOR SE MOVILIZA

En los años siguientes, activistas conservadores como Phyllis Schlafly aprovecharon el tema como una amenaza para los valores tradicionales y reclutaron a las iglesias evangélicas, que habían mostrado un nuevo interés en la política tras una serie de sentencias judiciales que limitaban la oración en los lugares públicos.

Estos grupos presentaron el aborto como una amenaza para la estructura familiar, junto con otros acontecimientos sociales más amplios como los derechos de los homosexuales, el aumento de las tasas de divorcio y el trabajo de las mujeres fuera del hogar. Para los pastores y los feligreses, el aborto se convirtió en un tema sustitutivo de las preocupaciones sobre una sociedad liberalizada, indicó Mary Ziegler, historiadora jurídica de la Universidad de California-Davis.

“Para muchos evangélicos, se trataba más bien de la familia, la mujer y el sexo”, aseveró.

En 1980, la Convención Bautista del Sur aprobó una resolución que se oponía al aborto, revirtiendo su posición anterior.

La victoria presidencial del republicano Ronald Reagan ese mismo año dio a los opositores al aborto un poderoso aliado en la Casa Blanca. Al mismo tiempo, las activistas por los derechos de la mujer ganaron más influencia dentro del Partido Demócrata y presionaron a sus líderes para que apoyaran el derecho al aborto.

Pero el apoyo a Roe seguía sin alinearse con las líneas del partido.

En una votación en el Senado en 1983, 34 republicanos y 15 demócratas votaron a favor de una propuesta de enmienda constitucional que habría anulado la decisión de Roe, mientras que 19 republicanos y 31 demócratas votaron en contra.

Biden fue uno de los que votó en contra, a pesar de que había apoyado la legislación en el comité el año anterior.

LOS POLÍTICOS ELIGEN UN BANDO Y LOS VOTANTES LO SIGUEN

En los años siguientes, las líneas divisorias se hicieron más evidentes a medida que los candidatos políticos consideraban cada vez más necesario alinearse con los activistas que se estaban volviendo más influyentes dentro de sus partidos.

El republicano George H.W. Bush, un opositor al aborto que antes había apoyado el derecho al aborto, ganó la presidencia en 1988. En 1992 fue derrotado por el demócrata Bill Clinton, un partidario del derecho al aborto que antes se había opuesto a él.

Desde 1989, los grupos que defienden el derecho al aborto han donado 32 millones de dólares a los demócratas y 3 millones de dólares a los candidatos republicanos que apoyan el mantenimiento del aborto legal, según OpenSecrets, que rastrea el dinero en la política. Los grupos que se oponen al aborto han donado 14 millones de dólares a los republicanos y sólo 372.000 dólares a los demócratas durante ese período.

Los votantes fueron más lentos a la hora de decidir. En 1991, el 45% de los demócratas y el 41% de los republicanos se declaraban partidarios del aborto por cualquier motivo, según la Encuesta Social General.

Sin embargo, las diferencias partidistas se ampliaron en los años siguientes, cuando el tema se convirtió en un elemento básico de los anuncios de ataque en televisión para recaudar fondos y de las concentraciones masivas de los grupos de interés.

A finales de siglo, sólo el 31% de los republicanos apoyaba el aborto a petición, mientras que el apoyo de los demócratas se mantenía en el 45%, según la Encuesta Social General.

AMBOS BANDOS SE ATRINCHERAN

Otros sondeos de opinión han demostrado sistemáticamente que la mayoría de los estadounidenses apoyan algunas restricciones al aborto, pero se oponen a una prohibición total.

Al mismo tiempo, los demócratas han aumentado su apoyo al derecho al aborto.

Biden, que apoyó la prohibición de la financiación federal de la mayoría de los abortos en el programa Medicaid para los pobres durante la mayor parte de su carrera política, revirtió su posición cuando buscó la nominación presidencial demócrata en 2020.

En el actual Congreso, solo un demócrata de la Cámara de Representantes y un demócrata del Senado votaron en contra de la legislación que haría que el aborto fuera legal en todo el país bajo cualquier circunstancia. El proyecto de ley fracasó en el Senado, pero los demócratas han dicho que planean convertirlo en un tema central en las elecciones de noviembre de 2022.

Entre los votantes demócratas, el apoyo al aborto sin restricciones ha saltado del 56% en 2016 al 71% el año pasado, según la Encuesta Social General, mientras que el apoyo republicano sigue rondando el 34%.