2023, año oscuro para la violencia contra la mujer en Francia

Sophie, 47 años. Angélique, 22 años. Marie-Antoinette, 75 años. Rose, 5 años. Son algunos de los 134 nombres que se muestran este año en el llamado «Muro de homenaje a las Mujeres» publicado por el colectivo feminista «Nous Toutes» para honrar la memoria de las víctimas de feminicidio en Francia. Un muro en colores violeta y blanco que sólo existe en internet, pero que documenta uno a uno los casos de asesinato de género en el país y señala un incremento del 14% sólo en el año 2023.

¿Cómo se explica esta cifra? ¿Qué elemento dispara los números? Principalmente, la violencia conyugal. Las agresiones en el ambiente intrafamiliar son, sin duda, las más difíciles de castigar por su naturaleza íntima y cerrada. Esta violencia puede ir desde la cibervigilancia hasta las palizas, pasando por la humillación sistemática, los insultos, la violación y en última instancia, el asesinato. Según cifras oficiales, el aumento de la violencia doméstica en Francia alcanza el 15% con respecto al año 2022 y registra una duplicación de las víctimas en los últimos cinco años. ¿Se producen más episodios violentos ahora que antes? No necesariamente, pero sí se producen más denuncias. «Las mujeres actualmente están más abiertas a revelar esta violencia porque las fuerzas de seguridad escuchan más», comenta Ernestine Ronai, responsable del Observatorio de Violencia contra la Mujer en el departamento de Seine-Saint-Denis, situado al noreste de París y considerado el más pobre y el más afectado por la violencia de toda Francia.

Sin embargo, las asociaciones pro derechos de la mujer juzgan insuficientes los esfuerzos de la Policía, la Fiscalía, los tribunales y las instituciones en general. De hecho, se estima que un 80% de las denuncias de violencia presentadas por las mujeres son descartadas. Según el Consejo Superior para la Igualdad de Mujeres y Hombres, sólo el 1% de las violaciones acaban en condena penal.

Betty Rygielski, abogada del colectivo feminista «Nous Toutes», apunta a la falta de formación de abogados, jueces, policías, trabajadores sociales y psicólogos que atienden estos casos. También a la falta de empeño en desarrollar una investigación sólida. «Cuando se abandona una denuncia de violencia, se hace porque no hay una investigación que incluya registros telefónicos, interrogatorios a la familia de los implicados, ni siquiera audiencias a los sospechosos», lamenta.

Los abogados especializados en defensa de la mujer también hacen recomendaciones a las víctimas, aunque son más difíciles de seguir en la práctica: guardar mensajes amenazantes, fotos de agresiones físicas e incluso ropa que pueda ser elemento de prueba en caso de abuso sexual.

Al menos 94.000 mujeres al año son víctimas de violación o de intento de violación en Francia. De ese número, nueve de cada diez conocen a su agresor.

Violaine de Filippis-Abate, quien es portavoz de la organización «Osez le Féminisme» («Atrévase al Feminismo») y autora del libro «Descartadas: las mujeres víctimas de violencia de cara a la Justicia», hace una comparación del sistema francés con el español. «Deberíamos fomentar la creación de tribunales especializados en violencia doméstica, como en España. En el mismo edificio, se puede presentar una denuncia, ver a un médico, hablar con un trabajador social o un psicólogo. Habría que extender este modelo a todas las formas de violencia contra las mujeres. En España, el número de feminicidios ha descendido un 24%, con una media de 30 al año», termina Filippis-Abate.

Multiplicar el presupuesto

Por supuesto, las asociaciones apuntan también a un aumento del presupuesto estatal para la lucha contra la violencia mchasista. En el informe titulado «¿Dónde está el dinero contra la violencia contra las mujeres?», elaborado por la Fundación de Mujeres de Francia y publicado el 25 de septiembre de 2023, se estima que el presupuesto mínimo que el Estado debería dedicar a proteger a las víctimas de la violencia doméstica, de género y sexual en Francia asciende a 2.600 millones de euros al año, muy por encima del presupuesto actual, ubicado en casi 185 millones.

¿En qué debería invertirse esa ccantidad? Según la Fundación de Mujeres, la prioridad número uno es crear centros de ayuda de emergencia para víctimas de violencia sexual, en particular de violación. Pero también establecer unidades de denuncia de acoso sexual y fortalecer el sistema de atención al trauma psicológico.

El mencionado informe habla también de la necesidad de reforzar la cadena de agentes de seguridad y justicia, con la asignación de casi 5.000 investigadores y más de 600 magistrados debidamente formados en violencia de género y abuso sexual.

Si hacemos las cuentas rápidamente, hablamos de aumentar el presupuesto actual contra la violencia de género en más 1.400%, lo cual no está– por ahora ni en un futuro cercano– en los planes del gobierno francés.