Crisis migratoria en Europa
Alemania introduce controles en todas sus fronteras terrestres a partir del lunes
El Gobierno de Scholz pretende limitar la migración irregular y proteger su seguridad interior de las amenazas actuales que representan el terrorismo islamista o la delincuencia transfronteriza
Alemania impondrá controles en todas sus fronteras terrestres a partir de la próxima semana. Así lo anunció este martes el Gobierno federal, que asegura que con esta medida de carácter temporal pretende limitar la migración irregular y proteger su seguridad interior de las amenazas actuales que representan el terrorismo islamista o la delincuencia transfronteriza. Está previsto que los controles comiencen el 16 de septiembre y que se hagan extensivos, en un principio, durante seis meses.
«Reforzamos nuestra seguridad interior y mantenemos nuestro curso duro contra la inmigración irregular», declaró la ministra del Interior, Nancy Faeser, en una comparecencia en Berlín en la que asimismo advirtió que no descartan «la posibilidad de rechazos de acuerdo con la legislación europea y nacional».
En cualquier caso, desde el Ejecutivo se pretende que el impacto sobre los viajeros sea lo más bajo posible. A mediados de octubre de 2023, Faeser ya ordenó controles estacionarios en las fronteras con Polonia, República Checa y Suiza en línea con lo que Berlín aprobó en septiembre de 2015 cuando se empezaron a aplicar controles de este tipo, al objeto de controlar la migración irregular, en la frontera terrestre entre Alemania y Austria. Ahora, como durante la Eurocopa celebrada este verano, se extenderán esos controles a las fronteras con Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Bélgica y Dinamarca.
Además de los controles fronterizos, Faeser también anunció una ampliación del rechazo de inmigrantes en las fronteras alemanas. La ministra socialdemócrata subrayó que esta medida incluye la posibilidad de no dejar pasar a los migrantes que sean detectados en la frontera con documentación falsa o que no dispongan de visados que les permitan el ingreso en Alemania. Después de la reunión sobre migración que mantuvo la semana pasada con el grupo parlamentario de la Unión y representantes de los länder alemanes, el Gobierno «desarrolló un modelo para rechazos efectivos que cumple con la Ley europea», aseguró la ministra.
Hasta ahora, la Policía alemana solo podía rechazar en la frontera a aquellos individuos que no presentaron una solicitud de asilo. No obstante, Faeser aseguró que su Ministerio ha estudiado cómo realizar en un futuro «rechazos masivos» y que ha hallado una fórmula legalmente sólida que comunicó a la facción de la Unión y ofreció conversaciones confidenciales al respecto.
En principio, los rechazos en las fronteras interiores alemanas solo son posibles si existen controles directamente en la frontera. Desde octubre de 2023, según el Ministerio alemán de Interior, se detectaron durante estos controles alrededor de 52.000 entradas no autorizadas a Alemania que se zanjaron con 30.000 rechazos. Actualmente, esto último solo se puede determinar si a alguien se le prohíbe la entrada al país o no solicita asilo.
La Unión conservadora ha venido exigiendo en repetidas ocasiones rechazos a mayor escala, lo que antes se consideraba difícil de conciliar con el derecho europeo. También quiere rechazar a personas que ya han presentado o podrían haber presentado una solicitud de asilo en otro país de la Unión Europea.
Al calor del debate, Austria ya ha dejado claro que no aceptará a los inmigrantes rechazados por Alemania. «Austria no aceptará a personas rechazadas por Alemania», dijo el ministro del Interior, Gerhard Karne, al periódico Bild y al Frankfurter Allgemeine Zeitung. «No hay ningún margen de maniobra, esa es la ley actual y por eso ordené al jefe de la Policía Federal austriaca que no dé el visto bueno a ninguno de estos rechazados».
También los representantes de la policía alemana y los expertos son bastante críticos con los controles fronterizos. El sindicato germano de policía (GdP) ya criticó anteriormente la aplicación de los controles fronterizos. «El despliegue de personal es demasiado grande para lo que logramos», afirmó el presidente del GdP, Andreas Roßkopf, que además advirtió que un mayor despliegue fronterizo con esta reubicación de personal puede incluso provocar que otros lugares sean menos seguros. «Cualquiera que quiera entrar ilegalmente en el país o traficar con personas sabe ahora dónde se llevan a cabo controles más estrictos».
Las medidas son demasiado rígidas e inflexibles. No obstante, el GdP acogió con satisfacción el rechazo de los solicitantes de asilo en las fronteras y desde este sindicato se aseguró que debería regularse de tal manera que los agentes de policía «no tengan después problemas legales». La Policía federal, responsable de los controles fronterizos, ya está trabajando al límite.
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