Testimonio

“Esto es muy triste, ya no es seguro ir por la calle”: Un nuevo tiroteo conmociona a Estados Unidos

Al menos cuatro personas murieron tras otro episodio de violencia armada, esta vez en un hospital de Tusla, Oklahoma

Una mujer llora mientras habla por teléfono en el exterior del Memorial High School, donde la gente fue evacuada de la escena de un tiroteo en el Natalie Medical Building
Una mujer llora mientras habla por teléfono en el exterior del Memorial High School, donde la gente fue evacuada de la escena de un tiroteo en el Natalie Medical BuildingIan MauleAgencia AP

Un nuevo episodio de violencia armada en Estados Unidos dejaba un balance de 4 víctimas mortales, dos médicos, un paciente y una recepcionista, así como otra docena de heridos en un hospital de Tusla, en el estado de Oklahoma.

Con este último tiroteo masivo son ya 233 los tiroteos masivos que se han producido en el país en lo que va de año, alcanzado una cifra récord al alza en este tipo de altercados. Hospitales, escuelas o supermercados, cualquier lugar público y concurrido de la vida diaria de los estadounidenses, se ha convertido en un posible blanco de ataque para asaltantes fuertemente armados con un objetivo: disparar contra sus víctimas.

En las últimas tres semanas, tres matanzas han conmocionado al país dejando tras de sí la trágica muerte de 35 personas y decenas de heridos de bala. Un supermercado en Búfalo (Nueva York), una escuela en Uvalde (Texas) y ahora un hospital en Tusla (Oklahoma).

“Esto es muy triste”, lamenta una residente de Tusla al salir del Hospital Saint Francis en coche. “He ido al médico y llevaba a mis nietos conmigo. Ya no es seguro ni salir a la calle”, añade la testigo del asalto con preocupación. “Es lo mismo que vemos en televisión y nunca imaginamos que pueda pasar enfrente de nuestros propios ojos”, explica su nuera, al volante. “Esto realmente puede pasar en cualquier sitio. Ya no se puede ir a la escuela, ni al supermercado… da mucho miedo”, añade antes de salir del recinto médico a salvo y con sus hijos pequeños en el asiento de atrás.

La identidad del asaltante trascendía 18 horas después de la tragedia: Michael Louis, un hombre de raza negra de 45 años que entró en el hospital buscando al doctor Phillips, un médico del mismo hospital que le había operado hacía unos días. El tirador entró portando en sus manos un rifle semiautomático que había comprado ese mismo día en una tienda local, un rifle AR-15 con el que mató a sus víctimas e hirió a varias personas, así como una pistola con la que acabaría quitándose la vida.

“Tenía un arma larga y una pistola en la escena en el momento” del tiroteo, confirmó el Departamento de Policía de Tulsa, explicando que “el ataque no fue aleatorio”. Louis había llamado por teléfono a su médico el día anterior y había acudido a la consulta quejándose de dolor en la espalda.

Las autoridades apuntaron a un tema personal como móvil de la matanza, según pudo confirmar la carta escrita a mano que el asaltante dejó antes de suicidarse. “La carta del asaltante dejó claras sus intenciones de matar al doctor Phillips por culpa del dolor que sentía posterior a la cirugía que había recibido, así como a cualquier que se interpusiera en su camino”, señaló Wendell Franklin, jefe de la Policía de Tulsa.

La Policía acudió al lugar de los hechos cuatro minutos después de la primera llamada de emergencia, evitando así que la catástrofe fuera aún mayor. Testimonios de los hechos describen la escena como caótica y traumática para cientos de personas que estaban dentro de las instalaciones hospitalarias en el momento de la tragedia, trabajadores del centro hospitalario o pacientes con cita médica. Dos de las víctimas mortales eran médicos, las otras dos una recepcionista y una paciente.

Estados Unidos es el único país del mundo con más armas de fuego que habitantes. Se calcula que hay 400 millones de armas circulando por el país, es decir, la cantidad correspondiente a 120 armas por cada estadounidense. Las consecuencias de su uso injustificado, especialmente con fusiles de asalto o rifles semiautomáticos como los que se han utilizado en recientes matanzas, son cada vez más graves y mortíferas.

La media de muertes por disparos aumenta drásticamente en Estados Unidos, donde los datos más recientes contabilizados han alcanzado los 42.222 fallecidos de media al año por el impacto de balas y se ha convertido en la primera causa de muerte en menores de 14 años. Tras la matanza escolar de Uvalde, en la que murieron 21 personas, 19 de ellas menores de edad, se han producido ya otros 20 tiroteos masivos en tan sólo una semana.

El presidente de Estados Unidos adelantó este martes que su Administración tomará medidas que controlen la venta y el uso de armas. Biden anunció que se reunirá próximamente con los miembros del Congreso para abordar posibles soluciones bipartidistas a la epidemia del uso mortal de armas que sufre Estados Unidos, pero la batalla política entre demócratas y republicanos por el tema, a falta de pocos meses para las elecciones legislativas, hará que la oposición no le facilite el camino en esa dirección.