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Trump dispara contra DeSantis para que no se presente a las primarias: “Sería muy imprudente”

Reconoce que votó por el gobernador de Florida el 8 de noviembre pero trata de intimidarle para que no compita contra él: “Sé más cosas de él que su esposa”

El ex presidente Donald Trump siguió la noche electoral desde su resort de Mar-a-lago en Florida Andrew HarnikAP

A punto de anunciar oficialmente su candidatura oficial a la presidencia de Estados Unidos para 2024, probablemente será este próximo martes desde su residencia de Mar-a-Lago en Florida, a Donald Trump le va a costar un poco más conciliar el sueño por las noches. Su pesadilla tiene nombre propio, se llama Ron DeSantis.

Y es que, a medida que aumenta la popularidad del gobernador de Florida, tanto en las filas republicanas como fuera de ellas, disminuye la de Trump y, por consiguiente, las inseguridades del magnate neoyorkino empiezan a ver la luz en forma de insultos y acusaciones. Hasta ahora, nadie de su partido se había atrevido a hacerle sombra.

“Ron DeSanctimonius está jugando”, escribió este jueves Trump en un larguísimo comunicado centrado únicamente en el gobernador de Florida. “Las noticias falsas le preguntan si se postulará si se presenta el presidente Trump y él dice que sólo está enfocado en la carrera de gobernador, no mirando hacia el futuro. En términos de lealtad y clase, esa no es la respuesta correcta”, añadió molesto el republicano.

La mejor defensa es un buen ataque, ha debido pensar Donald Trump al ver ante sus ojos cómo emerge con fuerza un nuevo líder republicano, potencial candidato en 2024 como su principal adversario, el más serio que ha tenido hasta el momento y con grandes opciones de arrebatarle su ansiado regreso a la Casa Blanca.

Trump, que confesó haber votado por Ron DeSantis en las elecciones legislativas en las que el gobernador de Florida aspiraba a la reelección, debió arrepentirse pocas horas más tarde, al ver el arrollador éxito del ex congresista republicano en las urnas y su consolidación en la escena política del país.

El magnate neoyorkino se vio obligado entonces a retractarse de cualquier elogio que sobre él pudo haber dejado escapar en el pasado y lo situó inmediatamente en el blanco de todos sus próximos ataques. “Ron vino a mí en una forma desesperada en 2017: estaba políticamente muerto, perdiendo de forma aplastante” ante su adversario, el entonces gobernador republicano. “Ron tenía poca aprobación, malas encuestas y no tenía dinero, pero dijo que si lo respaldaba podría ganar”, ha añadido Trump en el comunicado de esta semana.

El ex presidente republicano ha insistido repetidamente en afirmar que el gobernador de Florida sería “muy imprudente” si se presentara a las primarias del Partido Republicano para competir contra él en la carrera hacia la Casa Blanca. “Si lo enfrentara, vencería como vencería a todos los demás”, recalcó Trump en su línea, esta vez a otro medio, hace poco más de un año. “Creo que la gente se retiraría, creo que él se retiraría”, agregó más como advertencia que con convencimiento.

También desde Pensilvania, estado decisivo clave en todas las elecciones, Trump se acordó, con retórica amenazante, de “Ron DeSanctimonius” como si ya resonara en su conciencia la temida aparición de entre las silenciadas filas republicanas de su máximo rival. “Te diría cosas sobre el que no serían muy halagadoras”, confesó Trump en una entrevista de televisión con FoxNews. “Sé más sobre él que nadie, además de, quizás, su esposa”, añadió en tono amenazante.

Pero las cosas parecen haber cambiado mucho entre las filas de un partido cuyo liderazgo ha estado marcado por el popular trumpismo, donde el ruido ensordecedor del inesperado fenómeno ha abarcado y, sobre todo, arrebatado toda la atención de la sociedad estadounidense y más allá.

Y, si bien DeSantis no se ha pronunciado al respecto todavía ni ha anunciado sus intenciones de competir como candidato a la presidencia de Estados Unidos, sí dejó ver entre líneas que esa podría ser su próxima misión profesional. Sucedió durante un debate televisado, el lunes previo a la contienda electoral, contra su oponente en las recientes elecciones legislativas, Charlie Crist, cuando el demócrata le preguntó: “¿Por qué no mira a los ojos de la gente del estado de Florida y les dice que, si sale reelegido, cumplirá con su mandato completo de cuatro años como gobernador?”.

Un buen rato después le contesto: “Sé que Charlie está interesado en hablar sobre 2024, sobre Joe Biden. Pero sólo quiero dejar las cosas muy, muy claras: el único burro viejo y gastado que busco para poner a pastar es Crist”.

La contestación de DeSantis ha sido la evidencia más clara hasta el momento de que, como mínimo, el republicano no descarta competir por el cargo en la disputada carrera presidencial. Aunque Trump, que espera ser el único candidato, no se lo va a poner nada fácil.

No ha habido ocasión desaprovechada por Trump para acusarle, calificándolo de “GRAN ERROR” por respaldar al candidato republicano al Senado por Colorado, Joe O´Dea, que había confesado en CNN oponerse “activamente” a la postulación de Trump a la Casa Blanca para 2024.

“Le conseguí la nominación. Él no lo entendió, yo lo entendí. Porque en el momento en que le di ese respaldo, lo obtuvo. Pensé que podría haber sido más amable”. Trump cree que fue él quien creó a DeSantis, al apoyar su candidatura a las primarias republicanas por la gobernación de Florida en 2018. Así lo ha manifestado abiertamente en varias ocasiones, llevándose el mérito del cualquier éxito alcanzado por DeSantis.

Carrera meteórica

DeSantis pasó de ser un desconocido congresista a superar en tiempo récord las aspiraciones políticas de su propio mentor. Y, como el alumno siempre supera al maestro, el gobernador de Florida ha tratado de desvincularse del ex presidente republicano para no verse salpicado por alguno de sus escándalos. Ni siquiera ha buscado el respaldo de Trump durante su campaña de 2022, evitando incluso pronunciarse sobre él. Campaña que, por cierto, contó con una recaudación histórica, síntoma del gran apoyo entre miembros y simpatizantes de su partido: más de 200 millones de dólares, quedándole todavía otros 90 millones en el banco.

Los aplastantes resultados de estas reciente elecciones de noviembre, en las que DeSantis ha arrasado alcanzando casi el 60% del total de los votos, lo posicionan como nuevo líder del Partido Republicano con grandes aspiraciones a la presidencia de Estados Unidos, no sólo por haber conseguido recuperar la ilusión del votante conservador, sino también por haber sabido conquistar el apoyo de los liberales en las urnas.

Florida podría convertirse ahora en proyecto político a replicar en el resto del país, con una sociedad más polarizada que nunca y, como consecuencia, un electorado desencantado con el ambiente de crispación, acusaciones y reciente violencia política. Trump ha sabido ganar tantos adeptos como adversarios. Tantos fieles partidarios como enemigos.

Bajo el liderazgo de DeSantis, los republicanos cuentan con una nueva fórmula política a su alcance, antagónica al estilo narcisista de Trump, a implementar con éxito en un momento clave de la historia, igual de efectiva en términos de ideales puesto que satisface a los más conservadores pero de mayor alcance entre los votantes indecisos, que suelen ser los que tienen siempre la última palabra.

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