Escalada nuclear
“Armas nucleares para todos”: la propuesta de Lukashenko para los países que quieran unirse a su alianza con Rusia
El autócrata bielorruso bromeó con la posibilidad de que otros Estados pudieran recibir armas atómicas en una eventual coalición con el Kremlin
El hombre fuerte de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, respondió en una entrevista con la cadena de televisión estatal rusa que, si a alguien le preocupa su estrecha relación con Vladimir Putin, “la solución es sencilla: unirse al Estado de la Unión entre Bielorrusia y Rusia”, un acuerdo fechado en 1999 que sienta las bases jurídicas de una extensa colaboración de Gobierno que se mantiene en la actualidad. “Eso es todo”, insistió en tono cómico un Lukashenko desatado, que llegó a prometer “armas nucleares para todos” los que aceptaran formar parte de la alianza con Rusia.
Las declaraciones del autócrata coinciden con el traslado de armas nucleares tácticas desde Rusia hasta territorio bielorruso. Una decisión adoptada por el Kremlin para blindar a su principal aliado en Europa, al que utilizó como plataforma para capturar Kyiv en los primeros compases de la invasión de Ucrania. Así, Bielorrusia acogerá el primer despliegue de este tipo de cabezas nucleares fuera de Rusia desde la caída de la Unión Soviética en 1991, cuando Minsk decidió deshacerse de todas las armas de destrucción masiva de la era soviética para certificar su independencia.
“Nadie está en contra de que Kazajistán y otros países mantengan las mismas estrechas relaciones que nosotros mantenemos con la Federación Rusa”, explicó Lukashenko. Pero el presidente kazajo, Kasim-Yomart Tokáev, que ha intentado tomar distancia de Moscú para aproximarse a la órbita occidental desde su golpe de mano de enero del año pasado, se apresuró a rechazar la propuesta del presidente bielorruso. En un mensaje de Telegram, Tokáev dijo “apreciar su broma”, pero declinó sus palabras arguyendo que Astaná ya era miembro de un bloque comercial más amplio liderado por Moscú, por lo que no era necesaria una mayor integración.
“En cuanto a las armas nucleares, no las necesitamos porque nos hemos adherido al Tratado de No Proliferación Nuclear y al Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares”, lanzó un ácido Tokáev, que aprovechó la ocasión para desmarcarse del tándem Putin-Lukashenko. “Seguimos comprometidos con nuestras obligaciones en virtud de esos documentos internacionales”.
Lukashenko aseguró que su Gobierno ha hecho todo lo necesario para “preparar los lugares de almacenamiento” de las armas nucleares tácticas, más pequeñas que las estratégicas y diseñadas para utilizarse en un campo de batalla limitado, aunque tienen capacidad suficiente para reducir a cenizas ciudades enteras. El autócrata también garantizó la seguridad del despliegue: “Esto ni siquiera se discute. No se preocupen por las armas nucleares. Somos responsables de ello. Son cuestiones serias. Aquí todo irá bien”.
Condenas
Estados Unidos y la Unión Europea, además de la líder opositora en el exilio Svetlana Tijanóvskaya, denunciaron en términos rotundos el despliegue de armas nucleares tácticas rusas en Bielorrusia. “Es el último ejemplo de comportamiento irresponsable que hemos visto por parte de Rusia desde su invasión a gran escala de Ucrania hace más de un año”, apuntó la semana pasada el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller.
Bruselas describió el acuerdo entre Moscú y Minsk como un “paso que conducirá a una nueva escalada extremadamente peligrosa”. Mientras, Myjailo Podolyak, el asesor del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, tuiteó el domingo que las declaraciones de Lukashenko en Russia 1 “indican directamente que la Federación Rusa está ‘matando’ deliberadamente el concepto de disuasión nuclear global y ‘enterrando’ el clave Tratado Global de No Proliferación de Armas Nucleares”.
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