
Vivienda
Esta ciudad de china se ha convertido el refugio perfecto contra el estrés de las urbes: "Aquí, un piso vale menos que una tumba"
Fuxin, una otrora próspera ciudad minera en la provincia de Liaoning, ofrece hoy viviendas a precios irrisorios mientras lucha contra el declive económico

Fuxin, que floreció durante décadas gracias a la industria del carbón, hoy simboliza la crisis de las ciudades mineras chinas. Con apartamentos que pueden adquirirse por apenas 20.000 yuanes (2.400 euros), menos que el costo de una tumba en algunas regiones del país, la localidad refleja el dramático impacto del cierre de minas. Este desplome económico ha vaciado progresivamente la ciudad, dejando tras de sí un panorama de desempleo y migración juvenil.
Los jóvenes de Fuxin encarnan el dilema de toda una generación: permanecer en una ciudad sin perspectivas o emigrar a metrópolis donde les esperan elevados costos de vida y feroz competencia laboral.
La generación atrapada
Las autoridades locales han implementado, sin éxito, planes para diversificar la economía hacia sectores como las energías renovables y la tecnología. Sin embargo, la falta de inversión significativa y la arraigada dependencia del carbón han impedido una transformación real. Este estancamiento contrasta con el auge inmobiliario en ciudades como Pekín o Shanghái, donde los precios de la vivienda siguen disparados.
Fuxin no está sola en esta batalla. Numerosas ciudades del antiguo cinturón industrial chino enfrentan destinos similares, convirtiéndose en casos de estudio sobre los desafíos de la transición económica. Mientras tanto, sus habitantes, entre la resignación y la esperanza, buscan reinventar su identidad en un país que avanza a ritmos desiguales. La pregunta que persiste es si estas comunidades podrán resurgir o quedarán como recordatorios de un modelo económico agotado.
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