Crisis de gobierno

Bayrou cae tras perder la moción de confianza y Francia entra en una nueva crisis política

La caída del líder centrista obliga a Macron a nombrar un nuevo jefe de Gobierno, el tercero en menos de un año y el quinto desde el inicio de su segundo mandato en 2022

El primer ministro francés, François Bayrou, fue derrotado este lunes en la moción de confianza presentada en la Asamblea Nacional, poniendo fin a su gobierno tras apenas nueve meses en el cargo y sumiendo de nuevo a Francia en la inestabilidad política. La caída del líder centrista, de 74 años, obliga al presidente Emmanuel Macron a nombrar un nuevo jefe de gobierno, el tercero en menos de un año y el quinto desde el inicio de su segundo mandato en 2022. La falta de mayorías claras en el Parlamento vuelve incierto el futuro político inmediato del país.

Tras las elecciones legislativas anticipadas de 2024, la Asamblea Nacional quedó dividida en tres grandes bloques —izquierda, centro y extrema derecha—, sin que ninguno lograra una mayoría absoluta. Este escenario ha dificultado la aprobación de presupuestos y ha creado un ambiente de bloqueo institucional.

El intento de Bayrou de recabar apoyo parlamentario para su plan de austeridad de 44.000 millones de euros, que incluía la eliminación de dos festivos y la congelación del gasto social, precipitó la crisis. Al presentar la moción de confianza, esperaba obtener un mandato claro para impulsar sus reformas, pero terminó por aislarse incluso de parte de sus aliados centristas.

La líder de la ultraderecha, Marine Le Pen, celebró la caída del primer ministro y culpó directamente al presidente Macron: “Esta crisis fue provocada y alimentada por el presidente y por todos los que le han servido. Hoy, Francia es el enfermo de Europa”, declaró.

Desde la izquierda, que obtuvo el mayor número de escaños en las últimas legislativas pero lejos de la mayoría, se insiste en que Macron debe nombrar a un primer ministro progresista. “No puede ir contra los resultados de las urnas una tercera vez”, advirtió Marine Tondelier, líder del Partido Verde.

El ala conservadora, en cambio, rechaza esa posibilidad. El ministro del Interior y figura destacada de Les Républicains, Bruno Retailleau, fue tajante: “De ninguna manera aceptaremos a un primer ministro socialista”. La renuncia forzada de Bayrou marca la segunda caída de un primer ministro tras las elecciones anticipadas: en diciembre pasado, el derechista Michel Barnier había sido destituido después de apenas tres meses en el cargo.

Macron se enfrenta ahora a un dilema: designar un nuevo jefe de gobierno que pueda sobrevivir al escrutinio parlamentario o convocar unas nuevas elecciones legislativas, una opción que ha dicho preferir evitar.

El desenlace de la crisis podría definir no solo el futuro inmediato del Ejecutivo, sino también el legado político del presidente, que ve cada vez más limitado su margen de maniobra en un país atravesado por el descontento social y el bloqueo institucional.