Análisis

"Berlusconi proponía soluciones sencillas (y casi siempre las mismas) a problemas complejos, como hace el populismo"

Matteo Re, profesor de la Universidad Rey Juan Carlos, subraya que "Il Cavaliere" supo unificar a la derecha italiana tras el terremoto político de "manos limpias"

Silvio Berlusconi se valió de su imperio mediático para dar el salto a la política en 1993
Silvio Berlusconi se valió de su imperio mediático para dar el salto a la política en 1993Matteo CornerAgencia EFE

¿Qué legado político deja Berlusconi en Italia?

Silvio Berlusconi entró en política en un momento muy delicado de la República Italiana, tras el descalabro proporcionado por el escándalo de la operación judicial "manos limpias", que investigó una serie de sobornos y financiación indebidas entre partidos y mundo empresarial. Eso conllevó la desaparición de algunos partidos italianos y la remodelación de otros. Pero también la creación de nuevas fuerzas políticas, como, en efecto, Forza Italia. El partido de Berlusconi en tres meses pasó de su fundación a ganar las elecciones y liderar la coalición de centroderecha.

El legado de Berlusconi es la capacidad de estructurar y liderar esa coalición que, no olvidemos, al principio estaba conformada por tres partidos muy alejados ideológicamente entre sí: Alianza Nacional, centralista y conservador, heredero del partido exfascista Movimento Social Italiano, la Liga Norete de Umberto Bossi, empeñada en descentralizar el poder y con toques (más o menos acentuados) independentistas de algunas zonas del norte del país. Por último, Forza Italia, europeísta y liberal.

Berlusconi, se decía, logró que esa amalgama coexistiera (no sin problemas y contrastes) hasta la actualidad.

¿Cómo supo conectar con el electorado italiano tras la crisis de los partidos de la I República?

Berlusconi siempre ha sido un hombre muy mediático y supo explotar los medios de comunicación, especialmente los que dirigía. Tras la crisis de los partidos conectó con su electorado presentándose como hombre hecho a sí mismo, como una persona que había construido un imperio económico gracias a sus proprios medios. Le gustaba presumir de haber sido cantante en los cruceros, eso le acercaba al pueblo, y creaba un cierto optimismo, una especie de "sueño italiano". El mensaje era: "Si te esfuerzas y trabajas duro, tú también lo puedes conseguir, y si no lo consigues no te preocupes porque aquí estoy yo para defender tus intereses".

Tras la crisis de los partidos, Berlusconi creo de la nada un nuevo partido, lo llamó Forza Italia, copiando el lema que se suele gritar en los partidos de la selección italiana. Eso fue un gran acierto, porque más que el nombre de un partido, era un lema, lo cual evitó todo tipo de exclusiones ideológicas. Para Berlusconi en Forza Italia podía caber cualquiera a quien le importara su país. Además, individuó con claridad cuál era el gran enemigo: el comunismo.

La comunicación de Forza Italia con sus electores era sencilla y clara, todo un éxito en un periodo de pleno hedonismo en el cual la política ya se había reducido, desde los ochenta en adelante, en eslóganes, más que en sesudas interpretaciones ideológicas.

¿Fue el precursor del populismo político como magnate televisivo?

Sin duda lo fue, supo explotar todos los recursos que le proporcionaba el mundo de los medios de comunicación para promover una imagen magnificada de su persona y de su partido. Incluso sus excesos lograron captar las simpatías de sus electores, los cuales se convirtieron en fieles incondicionales.

Berlusconi proponía soluciones sencillas (y casi siempre las mismas) a problemas complejos, lo cual no deja de ser la base del populismo.

El extremismo de Salvini y Meloni deja a Forza Italia como el partido de la derecha tradicional. ¿Sobrevivirá FI sin Berlusconi?

Forza Italia, desde 1994 y hasta 2018 había sido, con creces, el partido más representativo de la coalición de derecha en Italia. Su orientación liberal, con toques populistas, se ha quedado algo anticuada conforme ha ido escorando hacia una derecha más conservadora los otros dos partidos: la Liga de Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni. En 2018 Salvini logró imponerse como primera fuerza de la coalición de centro derecha, desplazando en segundo lugar al partido de Berlusconi, que acabaría en la cola en las elecciones de 2022 ganadas por Meloni.

Forza Italia ha sufrido el desgaste natural de su líder, el cual no ha logrado promocionar ningún sustituto. Algunos estuvieron cerca de lograrlo (como Angelino Alfano), pero finalmente quedaron desplazados. Antes de las elecciones de 2022 una parte, reducida, pero de un cierto peso (Mara Carfagna y Mariastella Gelmini), de Forza Italia decidió abandonar el partido y entrar en el denominado Terzo Polo, una coalición de centro. Ya se comenzó a vislumbrar la posible fragmentación del partido, que será aún más acentuada tras el fallecimiento de Silvio Berlusconi.