Primer juicio penal contra Trump

Los cinco momentos clave del testimonio de Stormy Daniels contra Trump: «Alguien debería azotarte con eso»

La exactriz porno protagonizó una jornada que motivó las objeciones de la defensa y agravó el enfado del expresidente

Stormy Daniels testifies in Manhattan criminal court, Tuesday, May 7, 2024, in New York, about the encounter in former President Donald Trump's hotel penthouse, showing how she found Trump in his bedroom lying on his bed. (Elizabeth Williams via AP)
Trump Hush MoneyASSOCIATED PRESSAgencia AP

Era quizás el momento más esperado del primer juicio penal contra Donald Trump, el primer proceso de esta naturaleza que sienta en el banquillo de los acusados a un expresidente de Estados Unidos, en el que está imputado por comprar el silencio de Stormy Daniels a través de presuntos pagos ocultos que buscaban mantener en secreto la relación que mantuvo con la exactriz porno en vísperas de las elecciones presidenciales de 2016.

Y el momento llegó. El martes, Stephanie Clifford, más conocida como Stormy Daniels, hizo su esperada aparición en el tribunal de Nueva York para testificar contra Trump, a quien los fiscales acusan de falsificar registros comerciales para enterrar el pago de 130.000 dólares que habría abonado a la propia Daniels.

Ese presunto pago es la piedra angular del proceso en curso contra el expresidente, de nuevo candidato republicano a la Casa Blanca, que niega tanto la comisión del delito como el encuentro sexual con Daniels, y acusa a Alvin Bragg, fiscal del distrito de Manhattan, de procesarle por motivos políticos. La exactriz porno, sin embargo, habló a tumba abierta sobre su presunto encuentro sexual con Trump y sobre el destino de esos 130.000 dólares. Su testimonio, que continuará este jueves, dejó cinco momentos clave.

¿Detalles innecesarios?

Daniels relató cómo Trump la invitó al ático de su hotel después de conocerse en un torneo de golf de famosos en 2006. Una proposición que aceptó animada por su publicista. Ya en su suite, Trump la recibió en pijama de satén. Recordó Daniels haberle dicho que se parecía al fundador de la revista Playboy, Hugh Hefner, y que Trump terminó cambiándose de ropa después de habérselo pedido. La cena no llegó a celebrarse, pero mantuvieron una amplia conversación sobre su infancia y la industria del porno, algo en lo que Trump parecía especialmente interesado.

Daniels reveló que el magnate llegó a enseñarle fotos de su mujer, Melania Trump, pero le aseguró que dormían en habitaciones diferentes. Daniels, por su parte, le sugirió que sería una buena candidata en su reality show, «The Apprentice». En un momento dado, ella le llamó grosero, pomposo y arrogante, dijo, después de que él le mostrara una revista con él como portada. Le dijo: «Alguien debería azotarte con eso». Él enrolló la revista y se la dio, desafiándola, dijo ella. «Así que se la quité y le dije: “Date la vuelta”. Y le di un azote». El juez Juan Merchán, que supervisa el juicio, dijo a los fiscales durante una pausa del testimonio que muchos de los detalles eran «innecesarios.» Los abogados de Trump se opusieron muchas veces mientras Daniels testificaba, sobre todo cuando añadió respuestas que los fiscales no solicitaron.

Estábamos muy bien juntos

Daniels describió con todo lujo de detalles sus relaciones sexuales con Trump, algo que provocó objeciones de la defensa y un visible enfado del expresidente. Los dos pasaron tiempo conociéndose, contó Daniels, pero el sexo ocurrió de forma vertiginosa. Cuando en un momento dado salió del baño de la habitación de hotel de Trump, lo encontró tumbado en una cama esperándola. Daniels dijo que no recuerda haberse quitado la ropa, pero que la relación sexual fue breve. Ella se fue, declaró, inmediatamente rápidamente después. Y antes de irse, recordó, Trump le dijo: «Volvamos a vernos, cariño. Estuvimos muy bien juntos».

Desmayo

Todd Blanche, abogado de Trump, pidió la nulidad del juicio sobre el testimonio más explosivo de Daniels. La acusó de proporcionar detalles fuera del alcance del juicio y de sugerir erróneamente que el supuesto sexo podría no haber sido consentido. Daniels dijo en un momento dado que «se desmayó» durante el encuentro sexual, pero aclaró que no estaba borracha ni drogada. También matizó que no fue amenazada verbal o físicamente para tener relaciones sexuales con Trump, pero cree que hubo un desequilibrio de poder. «Me di cuenta de que había un guardaespaldas en la puerta», rememoró.

Blanche dijo que el testimonio pretendía únicamente humillar a Trump y enardecer al jurado. «La cuestión es que ella ha testificado hoy sobre el consentimiento, sobre el peligro», apuntó. «Ese no es el punto de este caso». En una conversación entre Merchán y Blanche en el banquillo que no pudo escucharse en ningún otro lugar de la sala, el juez dijo que podía oír a Trump maldiciendo durante el testimonio de Daniels y pidió al abogado que hablara con su cliente durante el descanso. «Tiene el potencial de intimidar al testigo, y el jurado puede verlo», dijo el juez, según se recoge en la transcripción del juicio.

Uno de vosotros empezó

Las publicaciones en las redes sociales mostradas en el juicio dejaron claro que no había amor entre Daniels y Trump. En un post, Trump la llamó «cara de caballo» y «escoria». Daniels reconoció que se había referido a Trump como un «zurullo naranja». «Le desprecias y te burlaste de su aspecto, ¿verdad?», preguntó la abogada de Trump, Susan Necheles. «Porque él se burló de mí primero», replicó Daniels. «Así que uno de vosotros empezó, pero ambos lo continuáis», dijo Necheles. «Correcto», zanjó Daniels.

¿No queremos todos ganar más dinero?

Los abogados de Trump trataron de dibujar a Daniels como una persona especialmente interesada en el aspecto económico, y consiguieron que reconociera que sus primeros pasos en la industria del porno vinieron motivados por el objetivo de ganar dinero y elevar su perfil. «¿No queremos todos ganar más dinero en nuestros trabajos?», repuso la exactriz. Daniels dijo a los fiscales que no le importaba el dinero del silencio porque en ese momento estaba bien pagada por su trabajo en el cine y tenía una casa en Texas. «Es dinero, pero la cifra no me importaba, y yo no elegí la cifra», trasladó al jurado.

Los abogados de Trump le preguntaron si le beneficiaría que él fuera a la cárcel. Ella le debe considerables honorarios legales después de que una demanda por difamación que presentó contra él fuera desestimada. Ella ha dicho que no pagará. Daniels negó que estuviera motivada para testificar por ese caso. «¿No es cierto que espera que si Donald Trump es condenado, nunca tenga que pagarle el más de medio millón de dólares que le debe?», preguntó Necheles, el abogado de Trump. «Espero no tener que pagarle pase lo que pase», respondió Daniels.