Opinión

El "correísmo" amenaza con volver al poder

Durante la campaña de esta segunda vuelta, Noboa tendrá que recordar la existencia de esos fantasmas y los males que sufrió el Ecuador durante la década de Correa.

Luisa González, líder de la oposición de Ecuador: «Las políticas de Daniel Noboa no están dando resultados»
Luisa González, líder de la oposición de Ecuador: «Las políticas de Daniel Noboa no están dando resultados»Alberto R Roldán

El 13 de abril los ecuatorianos irán a segunda vuelta para elegir al próximo presidente o presidenta de su país. Lo sorprendente ha sido el resultado ajustado de la primera vuelta. El favorito era el actual presidente de derechas, Daniel Noboa. Enfrente tenía y tendrá en la segunda vuelta a Luisa González, hija política del líder populista de izquierdas condenado pero prófugo de la justicia de su país, Rafael Correa. La diferencia entre ambos candidatos fue apenas de 0.20% a favor de Noboa.

Nadie imaginaba que el movimiento de Correa arrastrara tal cantidad de voluntades. Ante los casos de corrupción y una candidata ciertamente parca y nada carismática, el resultado que han obtenido sabe a victoria. Las razones recaen, sobre todo, en la falta de respuesta de Noboa -comprensible por lo corto de su mandato- en resolver el problema de la delincuencia. Es importante destacar que el Ecuador está sufriendo los males de la inseguridad pero con el ingrediente cuasi inmanejable del narcotráfico y el crimen organizado. En este sentido, los ecuatorianos deciden castigar la evidencia de un problema estructural depositando su confianza en un movimiento político con rasgos autoritarios y proclive a la corrupción.

La vuelta del correísmo al gobierno supondría un peligro para la democracia del Ecuador. Esta vez, será el propio Correa quien tenga el poder. En ese marco, los fantasmas del discurso polarizador, del acercamiento con dictaduras de América Latina y la amenaza a los medios y periodistas reaparecerían desde el primer día de mandato y se convertirían en estrategias populistas concretas.

Durante la campaña de esta segunda vuelta, Noboa tendrá que recordar la existencia de esos fantasmas y los males que sufrió el Ecuador durante la década de Correa.