Sierra Leona
Dos ataques armados simultáneos sumen Sierra Leona en la incertidumbre
Hombres armados sin identificar atacaron simultáneamente el Cuartel de Wilberforce y la prisión de Pademba, en Freetown
Que se escuchen disparos de ametralladora en una capital africana no es algo normal. La vida no es como en las películas. Por eso, cuando ocurre, resurgen fantasmas del pasado, de cuando los disparos eran algo normal. Lo que prometía ser una agradable mañana de domingo en Freetown (Sierra Leona) terminó con un toque de queda implantado por el Gobierno después de que individuos armados irrumpieran en el cuartel de Wilberforce, el más importante del país, durante la madrugada, y de que el tableteo de las armas se hiciera sonar. Algo similar ocurrió en la prisión de Pademba, donde un número indeterminado de presos se fugaron con la ayuda de un segundo grupo armado. Todavía siguen en paradero desconocido. Igual que se desconocen las motivaciones y la procedencia de quienes efectuaron ambos ataques.
Las principales calles de la capital han sido tomadas por el ejército y testigos locales informan de que el ejército ha desplegado armamento pesado para agilizar la caza de los atacantes. El ministerio de Información y Educación Civil emitió un comunicado pocas horas después de ambos sucesos, en donde especificaba que “en las primeras horas del domingo 26 de noviembre de 2023, individuos sin identificar procuraron irrumpir en la armería militar de los barracones de Wilberforce. Todos han sido repelidos”. El mismo comunicado aseguraba que “el Gobierno y nuestras fuerzas de seguridad mantienen el control”, a la que anunciaba el toque de queda para todo el país y aconsejaba a los ciudadanos a quedarse en sus casas.
Los vídeos que circulan por las redes sociales muestran a decenas de presos (tanto hombres como mujeres) corriendo por las calles de Freetown tras su liberación. El presidente de Sierra Leona, Julius Bio, también ha escrito en su cuenta de X que defenderá la paz y la democracia del país “contra las fuerzas que desean truncar la estabilidad de nuestra preciada paz”, mientras pedía a sus conciudadanos “asumir una responsabilidad colectiva” para garantizar la estabilidad nacional. Pese a los reiterados anuncios donde el Gobierno aseguraba mantener el control de la situación, la realidad es que los enfrentamientos prosiguieron en diversos puntos del centro de la capital durante la tarde del domingo. En algunas zonas, las fuerzas de seguridad se vieron obligadas a realizar una retirada estratégica para, según la oficina del Presidente, “preservar vidas civiles”.
Tal es así, que la Autoridad de Aviación Civil sierraleonesa (SLCAA) ha pedido a las aerolíneas que operan en el aeropuerto de Freetown que reprogramen sus vuelos con motivo del toque de queda. La SLCAA indicó que “si bien comprendemos los inconvenientes que esto puede causar, instamos a todos a que respeten el toque de queda y a seguir con las directivas de las fuerzas de seguridad del Estado".
Máxima tensión
Tanto Estados Unidos como la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y la Unión Europea han condenado los ataques y hecho sucesivos llamamientos por la preservación del orden constitucional en Sierra Leona. Haría falta recordar que, de los 15 países que conforman la CEDEAO, cuatro han sufrido golpes de Estado en los últimos dos años; el último de ellos ocurrió este mes de julio en Níger, donde todavía sigue desatada una crisis diplomática que afecta a Francia y a varios países de la organización regional.
Sierra Leona camina por una cuerda floja desde que tuvieron lugar las elecciones presidenciales el 24 de junio. Julius Bio salió reelegido entonces con un 56% de los votos y, pese a las habituales tensiones de un proceso electoral, en un principio pareció que la continuidad de Bio en el poder se llevaría de una forma pacífica. Sin embargo, fue en el mes de julio cuando las autoridades sierraleonesas aseguraron haber arrestado a un número de oficiales bajo la sospecha de que planeaban “un golpe contra la democracia”. Las mismas fuentes policiales afirmaron que los sospechosos supuestamente pretendían utilizar las protestas pacíficas en el país como tapadera para "ataques a las instituciones estatales" del país. Este precedente hace temer que lo que esté ocurriendo en Sierra Leona se aproxime a un golpe de Estado y no a un ataque aleatorio de “hombres armados sin identificar”.
El país africano ya experimentó una sangrienta guerra civil entre 1991 y 2002, que dejó tras de sí en torno a 50.000 fallecidos. Este es el fantasma que despiertan los tiroteos. El de aquella guerra donde combatieron niños, se amputaron extremidades (con el conocido papelito que indicaba “manga larga o manga corta”) y se promovieron decenas de masacres entre civiles. Un fantasma que despierta a gritos. Testigos sobre el terreno aseguraron a este periodista que grupos de jóvenes aprovecharon los primeros momentos de incertidumbre para salir a las calles y cantar: “¡Vamos a limpiar el país!”
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