Ecuador

El ocaso de Rafael Correa

El expresidente ecuatoriano podría quedar preso como otros colegas del continente

Foto: Archivo de enero de 2018, Reuters/Daniel Tapia
Foto: Archivo de enero de 2018, Reuters/Daniel Tapialarazon

El expresidente ecuatoriano podría quedar preso como otros colegas del continente

Rafael Correa a las puertas de ir a la cárcel. Otro “ángel caído” que todavía goza de mucha popularidad en su país natal, como es el caso del expresidente brasileño, Lula da Silva, hoy tras las rejas. Otros compañeros, como la expresidentaCristina Kirchner, no va presa porque tiene inmunidad como Senadora. Pero el caso de Correa es diferente: Primero fue apartado de la campaña electoral y ahora, se refugia en Bélgica de la justicia ecuatoriana.

Ayer, un día después del pedido de captura internacional a Interpol, el ex presidente habló desde Bruselas , a donde llegó en 2017 tras dejar el gobierno, derrotado por Lenín Moreno , y aseguró que no se entregará a la Justicia dado que la democracia en su país está rota y la denuncia no tiene fundamento, es persecución política, "un plan maquiavélico totalmente ilegal".

El exmandatario advirtió que la acusación de intento de secuestro del exdiputado opositor Fernando Balda que recae sobre él no cuenta con pruebas: "Lo único que pueden presentar es falso testimonio pero como en Ecuador no tenemos estado de derecho van a hacer que eso baste".

En el marco de la investigación, una jueza determinó que Correa debía presentarse el lunes pasado y en adelante cada 15 días en la Corte Nacional de Justicia en Quito. Sin embargo, Correa cumplió con la diligencia en el consulado de Ecuador en Bélgica y la Fiscalía consideró que no hizo caso a la disposición, por lo que pidió su prisión preventiva por los delitos de asociación ilícita y secuestro y solicitó a la Interpol su ubicación con fines de captura y extradición.

"Cómo me van a pedir que me presente cada 15 días en Ecuador si estoy en Bélgica. Era un imposible para tener el pretexto y sacar la orden de detención. Es un plan maquiavélico totalmente ilegal", agregó.

Antes de finalizar, dijo: “Es evidente que el gobierno está detrás de esto, pero también fuerzas extranjeras porque se trata de una estrategia regional". Correa no descarta pedir asilo político en Bélgica –de donde es ademá su mujer-.

La venganza de Balda

El exdiputado opositor Fernando Balda, un viejo aliado que luego paso a ser un feroz critico del ex jefe de Estado, acusa a Correa de ser el autor intelectual de su fugaz secuestro en 2012, mientras estaba refugiado en Bogotá. El exlegislador del Partido Sociedad Patriótica (PSP) sostiene que cinco personas lo subieron a la fuerza a un automóvil, pero la Policía colombiana interceptó el vehículo y logró su inmediata liberación. Correa habría contado con la colaboración de algunos miembros de la inteligencia ecuatoriana, hoy presos. Balda se encontraba prófugo en Colombia, acusado de difamara al gobierno de Ecuador. Luego volvió, cumplió dos años de condena y cuando salió libre, empezó la causa contra Correa. Curiosamente años antes, intentó que la justicia ecuatoriana investigara el suceso, pero no presentó acusaciones contra el expresidente.

En paralelo, Correa recibió ayer el apoyo de la maltrecha izquierda latina –o lo que queda, desde los tiempos dorados de Hugo Chávez-. Nunca faltan dos viejos aliados bolivarianos, el venezolano Nicolás Maduro y el boliviano Evo Morales. Maduro pidió que "cese la persecución"contra Correa, y comparó su situación a la de otros expresidentes de izquierda que están con problemas judiciales, como Cristina Kirchner y Lula da Silva.

Mientras que Morales denunció la "politización"de la justicia de Ecuador y la "injerencia"de Estados Unidos para encarcelar a "un inocente".