Polémica en Alemania

Escándalo en Alemania: un hombre asesinó a una mujer en 2012 y tras cumplir su pena vende camisetas por internet reivindicando su crimen

La provocativa prenda que juega con el dolor y la supervivencia genera debate sobre los límites del humor negro

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TikTokEuropa Press

Un insólito fenómeno ha captado la atención en redes sociales: un hombre posa sonriente junto a una mujer que viste una camiseta profundamente polémica. La prenda, que aparece en un video breve de TikTok donde se le promociona, exhibe un mensaje desafiante: "Ich überlebte ein Date mit dem Maschseemörder" (traducido como "Sobreviví a una cita con el asesino del Maschsee"), complementado en su reverso con la igualmente impactante frase "Keine Sorge, es ist nicht mein Blut" ("No te preocupes, no es mi sangre"), impresa en letras rojas desgastadas.

El diseño, aparentemente humorístico, se sustenta en un trasfondo criminal que atraviesa la historia de Hannóver, Alemania. El término "Maschseemörder" evoca un capítulo oscuro de criminalidad asociado al idílico Maschsee, un lugar conocido no solo por su belleza natural, sino también por los ecos de violencia que lo han rodeado. De ahí viene Alexander K., conocido por la opinión pública como el "asesino del Maschsee", quien pasó doce años en prisión por un crimen atroz y que ahora está detrás de las camisetas. Su presencia en redes sociales ha despertado indignación y muchas preguntas legales y éticas. Aunque sus cuentas en Instagram y TikTok fueron suspendidas, su conducta ha puesto a prueba los límites legales de lo que puede o no hacer una persona condenada por homicidio tras cumplir su condena.

Se cuestiona si el hombre puede lucrarse de su propio crimen

La situación plantea interrogantes legales: ¿puede un condenado por asesinato ganar dinero vendiendo productos relacionados con su delito? Según Tobias Groscurth, abogado penalista, desde el punto de vista legal, esto es difícil de impedir. En Alemania no existe una ley equivalente a la “Ley del hijo de Sam” de Estados Unidos, que impide a los delincuentes lucrarse con la comercialización de sus crímenes.

Aunque existe una Ley de Protección de Reclamaciones de Víctimas, sus efectos son limitados y poco utilizados. La intervención legal solo es posible si se vulneran derechos personales específicos, como la dignidad de las víctimas o sus familiares. Por otro lado, en Alemania, incluso quienes han cometido delitos graves conservan su derecho a la libertad de expresión. No obstante, si esta expresión afecta la reputación o memoria de las víctimas, es posible que los tribunales impongan restricciones. Eso sí, las autoridades no actúan de oficio: deben ser los afectados quienes inicien un proceso civil.

Julian Hamed, por su parte, está reuniendo fondos para emprender acciones legales. Se enteró de la liberación de K. por las redes sociales, un hecho que describe como doloroso y revelador del escaso acompañamiento institucional que ha tenido como familiar de una víctima.