Análisis

"España puede parecer una oportunista, lo que dificulta la percepción de equidad de la OTAN"

Neil Winn, profesor de Estudios Europeos en la Universidad de Leeds, analiza la Cumbre de La Haya

Rueda de prensa de Pedro Sánchez tras la cumbre de la OTAN celebrada en La Haya
Rueda de prensa de Pedro Sánchez tras la cumbre de la OTAN celebrada en La HayaEuropa Press

¿Considera que la negativa de España a aumentar el gasto militar al 5% es una muestra de falta de solidaridad con el resto de la OTAN y con los países de Europa del Este que se sienten amenazados por Rusia?

La negativa de España a aumentar el gasto militar al 5% del PIB no es necesariamente una muestra de falta de solidaridad con la OTAN ni con los países de Europa del Este, sino que refleja las diferentes percepciones de las amenazas y las prioridades nacionales dentro de la alianza. El objetivo oficial de gasto en defensa de la OTAN es del 2% del PIB, no del 5%. Si bien algunos países de Europa del Este, como Polonia, lo superan debido a su proximidad a Rusia, España históricamente ha gastado menos, priorizando los programas sociales, la recuperación económica y las iniciativas climáticas sobre los presupuestos militares. Las peticiones de un gasto en defensa del 5% son poco frecuentes y se deben, en gran medida, al aumento de los temores sobre Rusia, especialmente tras su invasión de Ucrania. España mantiene su compromiso con la OTAN de otras maneras: participando en misiones conjuntas, albergando infraestructura de la OTAN y proporcionando ayuda limitada a Ucrania. Sin embargo, para los Estados en primera línea que consideran a Rusia una amenaza existencial, la reducción del gasto por parte de países como España puede parecer una oportunista, lo que dificulta la percepción de equidad de la alianza. La división se debe principalmente a la geografía y al enfoque estratégico. España centra sus principales preocupaciones de seguridad en el norte de África y la migración, mientras que los miembros de la OTAN de Europa del Este se centran en la agresión rusa. Si bien las contribuciones militares de España no son insignificantes, su menor gasto podría socavar la cohesión de la OTAN si se interpreta como una reticencia a compartir las cargas de defensa. En resumen, la postura de España se centra más en las prioridades nacionales que en la falta de solidaridad. Pero en el actual clima de seguridad, no aumentar la inversión en defensa —mientras se depende de otros para la disuasión— podría poner a prueba la unidad y la credibilidad a largo plazo de la alianza.

¿Es viable que Europa desarrolle una industria militar a medio plazo que pueda abastecer a sus fuerzas armadas con armamento avanzado, o está Europa destinada a seguir dependiendo de Estados Unidos para el equipamiento militar?

Europa puede desarrollar de forma viable una industria militar capaz de suministrar su propio armamento avanzado a medio plazo (5-15 años), pero esto requiere reformas importantes. Si bien Europa ya cuenta con una sólida base industrial de defensa, liderada por países como Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, España y Suecia, adolece de fragmentación, economías de escala limitadas y desunión política. Empresas europeas como Rheinmetall, Thales y Leonardo producen sistemas de alta gama, y ​​la UE es el segundo mayor exportador de armas del mundo. Sin embargo, la superposición de sistemas nacionales y la falta de inversión han obstaculizado la eficiencia y la innovación. Para complicar aún más la situación, Reino Unido se encuentra fuera de la UE y British Aerospace Systems (BAe) está orientada a EE. UU., lo que fragmenta aún más la base industrial de defensa europea y el mercado de defensa en Europa. La mayoría de los países de la UE no cumplieron con el objetivo del 2 % de gasto en defensa de la OTAN hasta hace poco, y muchos programas importantes (por ejemplo, el Futuro Sistema de Combate Aéreo y el Sistema Principal de Combate Terrestre) sufren retrasos debido a intereses contrapuestos. La guerra en Ucrania expuso la dependencia de Europa de los sistemas estadounidenses (por ejemplo, los sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad y los Patriots), lo que impulsó la acción. La UE ha respondido con iniciativas como el Fondo Europeo de Defensa, dotado con 8.000 millones de euros, y la adquisición conjunta de munición. Nuevos programas emblemáticos, como Eurodrone y Future Combat Air Systems, buscan reducir la dependencia de la tecnología estadounidense. Europa cuenta con la capacidad tecnológica y el potencial industrial necesarios para alcanzar la autonomía militar, pero el éxito depende de una mayor inversión, la coordinación de políticas y la voluntad política. Sin estos factores, la dependencia de EE UU persistirá, especialmente en capacidades de alto nivel como la defensa antimisiles, la inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento. La autosuficiencia militar de Europa es alcanzable, pero no está garantizada. Una mayor cooperación y un mayor compromiso son esenciales para pasar de la dependencia a la autonomía.

¿Aumentar el gasto en defensa al5 % en los próximos años provocará recortes en el gasto social (como pensiones, educación y sanidad) en Reino Unido, España y otros países europeos? Aumentar el gasto en defensa al 5% del PIB en Reino Unido, España y otros países europeos casi con certeza presionaría las finanzas públicas, lo que haría muy probable que se produjeran recortes o restricciones en el gasto social —como pensiones, educación y sanidad— a menos que se compensaran con subidas de impuestos o un mayor endeudamiento. La mayoría de los países europeos gastan actualmente entre el 1,2% y el 2,2% del PIB en defensa. Aumentarlo al 5% duplicaría con creces el gasto actual, lo que requeriría decenas de miles de millones de dólares en financiación adicional anualmente. El gasto social domina los presupuestos nacionales, representando a menudo más del 60% del gasto total y entre el 20% y el 25% del PIB. Con el envejecimiento de la población en Europa, la demanda de pensiones y sanidad está creciendo. Esto hace que los recortes en estas áreas sean políticamente...