Análisis
“Que estemos cerca o no de una guerra en Ucrania depende de los intereses de Putin”
El experto John Colarusso analiza para LA RAZÓN la crisis ucraniana y los escenarios posibles que tendrán lugar
Crece la tensión entre Rusia y Ucrania. Mientras Europa y Estados Unidos alertan de que podría tener lugar una “guerra inminente” de aquí a mediados de febrero, Rusia asegura que hay “alarmismo” por parte de Occidente y sus tropas concentradas en la frontera solo se tratan de “ejercicios militares”. El experto John Colarusso analiza para LA RAZÓN la crisis ucraniana y los escenarios posibles que tendrán lugar.
-¿Estamos más cerca de un conflicto armado como ha advertido Moscú?
Con el aumento de la capacidad militar de Rusia, es evidente que el escenario está preparado para el conflicto. Que estemos o no cerca de ver una agresión rusa contra Ucrania depende, en cambio, de la valoración que haga Putin de sus objetivos, de lo lejos que esté de conseguirlos. En general, sus objetivos parecen poco realistas. Son un retroceso a la época anterior al colapso de la URSS, cuando Rusia disfrutaba del dominio sobre su periferia. Rusia perdió la Guerra Fría. Perder una guerra tiene consecuencias. Putin no parece entenderlo ni querer aceptarlo.
-¿Qué escenarios posibles ve en el conflicto entre Rusia y Ucrania: guerra total, relámpago o limitada sólo al este de Ucrania?
Imagino una incursión más allá de Odessa, algún esfuerzo para formar un vínculo terrestre con Crimea. La ventana para cualquier agresión depende de la época del año. En 6 semanas más o menos, Ucrania empezará a “descongelarse” y los equipos rusos estarán atascados en el barro de la primavera.
-¿Cree que una reunión entre Biden y Putin podría detener una posible guerra?
Esa discusión es posible y puede “inhibir” las acciones de Rusia. El problema es que Putin ha entrado en este enfrentamiento con un conjunto rígido de exigencias poco realistas. Se ha arriesgado, por así decirlo. Puede dar marcha atrás sin consecuencias en Occidente, pero internamente puede enfrentarse a consecuencias políticas, a la pérdida de fe en su juicio. Las acciones de Putin ya han aportado una nueva vitalidad a la OTAN de una manera que poco más podría haber logrado. Las acciones de Putin hacia Ucrania han tenido el efecto de trabajar contra sus objetivos, políticos y militares, a lo largo de toda su frontera con la OTAN.
-Estados Unidos, la UE y la OTAN ya han advertido que la petición de ejercer el derecho de veto en el organismo militar es inaceptable. Si todas las partes están dispuestas a negociar la cuestión de las armas, el despliegue militar y las maniobras, ¿podría ser suficiente?
Ciertamente, tener una poderosa alianza militar en tus fronteras, o potencialmente en el caso de Ucrania, se consideraría un motivo de preocupación y una razón para retroceder por parte de cualquier país. La OTAN puede afirmar que es una alianza defensiva, pero como me dijo una vez un ruso: “No nos importan vuestras intenciones. Nos importa lo que podéis hacer”. Yo sugeriría que el armamento de la periferia oriental de la OTAN fuera objeto de negociación y de algún tipo de ajuste que pudiera reducir algunas de las preocupaciones de los rusos.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que, desde el punto de vista ideológico, el asunto de Ucrania tiene una complicada superposición de la historia que realmente tiene poco que ver con la OTAN o con la posible adhesión a la misma. En los últimos 800 años, aproximadamente, la periferia oriental del mundo eslavo se ha separado en al menos dos zonas: Rusia propiamente dicha y Ucrania (“frontera” en ruso). La URSS, bajo el mandato de Stalin, provocó una horrible hambruna en Ucrania en nombre de la colectivización. El propio Khrushchev, ucraniano, perdió a su primera esposa en esta hambruna. Que yo sepa, nunca se ha hecho ningún esfuerzo de reconciliación o de recompensa. Esta es una de las razones por las que Rusia está pisando territorio hostil cuando amenaza a Ucrania.
-El Reino Unido ha advertido que Putin pretende establecer un gobierno títere en Kiev. ¿Es plausible?
Putin fue un oficial de inteligencia y en muchos aspectos sigue pensando como tal. El problema de esta profesión es que lo que se puede obtener por medio de la intriga, generalmente no se puede obtener por medios diplomáticos o militares o ser retenido por éstos. Si este es el objetivo de Putin, entonces es un caso grave de extralimitación. Un títere así se encontraría tratando de gobernar un país enormemente inestable y hostil, por no hablar de la absoluta hostilidad de Occidente.
John Colarusso es Profesor de Antropología en la Universidad McMaster
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