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Tensión

Putin acusa a EEUU de arrastrar a Rusia a la guerra

Moscú pidió a la organización la no adhesión de Ucrania, entre otras demandas que, según Washington, “no pueden ser cumplidas en su totalidad”

Nadando a contracorriente de las directrices marcadas por la Unión Europea, el presidente húngaro, Viktor Orban, llegó ayer a Moscú. A pesar del clima de tensión que vive actualmente Rusia y los múltiples frentes abiertos que desafían al Kremlin, el ruso Vladimir Putin, le brindó a su homólogo un cálido recibimiento, visto con recelo tanto por la oposición húngara, que acusa a Orban de traicionar los intereses nacionales, como por el resto de miembros de la Unión Europea, que ven peligrar la unidad de su política exterior.

La visita, que para los socios de Hungría se interpreta como una muestra de apoyo al régimen de Putin, para el primer ministro húngaro ha sido un encuentro de vital importancia para seguir contando con un bombeo de gas a precio “de amigo”, después de que el año pasado el gigante ruso Gazprom y la húngara MVM CEEnergy firmaran sendos contratos para el suministro de gas a Hungría de hasta 4.500 millones de metros cúbicos al año hasta 2036.

Putin no olvidó durante el encuentro de ayer las facilidades dadas a su socio “como resultado de su trabajo”, recordando que estos acuerdos, además de permitir un suministro estable durante los próximos 15 años, suponen también que “hoy Hungría compre gas ruso cinco veces más barato que el precio de mercado en Europa”. Orban llegó con la idea de pedir un aumento en la importación de gas, reconociendo la crisis energética que atraviesa la Unión Europea, y contento por los 5.900 millones de metros cúbicos de gasolina suministrados a su país desde Rusia, el mejor ejemplo, sin duda, para afianzar la relación entre ambos países.

“A pesar de todas las restricciones, durante los 11 meses del año pasado, el volumen de comercio aumentó en un 30 por ciento. Esta es una buena señal de que continúan los grandes proyectos, como la construcción de una planta de energía nuclear”, afirmó Putin. Además, el presidente ruso quiso destacar la colaboración entre su país y Hungría en el campo de la ingeniería mecánica y, en particular, anunció un contrato conjunto para el suministro de automotores a Egipto, afirmando que “en general, la situación a este respecto se está desarrollando, en mi opinión, bastante satisfactoriamente”.

Como era de esperar, Putin y Orban discutieron acerca de la situación en Europa. El jefe del Kremlin se comprometió a informar al primer ministro húngaro sobre las propuestas de garantías de seguridad y cómo se está desarrollando el proceso. Este último subrayó que ningún líder europeo quiere la guerra y que Budapest está a favor de las soluciones políticas, no dudando en considerar su visita a Moscú una misión de paz. Hungría, que además es miembro de la OTAN, ha visto cómo su relación con Rusia ha sido excelente todos estos años bajo la presidencia de Viktor Orban, mientras los vínculos entre Bruselas y Moscú se han ido deteriorando.

Viktor Orban, que lleva en el poder desde el año 2010, ya ha anunciado su intención de presentarse a la reelección en los próximos comicios que tendrán lugar en el mes de abril, recordó en la que fue su duodécima reunión con Putin que “casi todos los que eran mis colegas de la UE ya no lo son. Honestamente, no planeo irme. Hay elecciones en abril. Voy a ganar, así que tengo una suposición razonable de que nos vemos en el futuro dentro de dos años”. La respuesta del presidente Putin fue muy clara, asegurando que su país está listo para trabajar con cualquier líder electo, afirmando, al mismo tiempo, que el presidente de Hungría ha hecho mucho por los intereses de Hungría y Rusia.

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