Moscú
El círculo íntimo de Putin: los tres halcones rusos con más poder en el Kremlin
Sus consejos en materia de seguridad y finanzas son clave en la toma de decisiones del presidente ruso
Vladimir Putin no está solo. Sin duda, el presidente de Rusia es la cara visible de esta gran potencia militar y el rostro que mejor encarna el ascenso ruso en las últimas dos décadas para los ojos de millones de occidentales, pero detrás del inquilino del Kremlin hay un pequeño círculo de hombres muy cercanos que ejercen una gran influencia en cuestiones estratégicas, incluida la crisis con Occidente por una posible invasión de Ucrania. Más allá del Sergei Lavrov, el ministro de Exteriores, en el poder desde 2004, hay otros nombres más desconocidos pero más poderosos incluso que actúan como asesores del Putin.
Por supuesto que el mandatario ruso tiene amigos y colaboradores muy cercanos en el mundo de los negocios, conocidos oligarcas y magnates que han sido colocados directamente por el propio Putin al frente de las compañías más importantes del país, como Igor Sechin, Arkadi Rotenberg, Alexéi Miller, Gennady Timchenko y Yevgeny Prigozhin, propietario del grupo de seguridad Wagner. Pero ninguno de ellos es tan influyente en el diseño de la política de seguridad como Sergei Shoigu y Nikolai Patrushev.
Sergei Shoigu
Nacido en 1955 en Chadan, república de mayoría budista de Tuva (Mongolia), Sergei Shoigues ministro de Defensa desde 2012. Este general de cuatro estrellas se formó como ingeniero en el Instituto Politécnico de Krasnoyarsk y ascendió dentro de la estructura del Partido Comunista local siguiendo los pasos del padre, un funcionario del régimen soviético. A principios de los años noventa, fue nombrado jefe del comité de defensa civil y situaciones de emergencias de Rusia, donde destacó por su capacidad organizativa.
Es uno de los ministros más veteranos del gabinete de Putin. Su nombre ha sonado en alguna ocasión para suceder al presidente como hombre fuerte en Rusia, si bien ningún analista considera que actualmente exista la posibilidad de reemplazar al inquilino del Kremlin. El coronel retirado Viktor Baranets, columnista militar de Komsomolskaya Pravda, alabó el trabajo de Shoigu al frente de las Fuerzas Armadas rusas y su modernización gracias a las reformas. La victoria rusa en la guerra de Siria apoyando al régimen de Bachar al Asad es un logro que algunos le atribuyen. También juega a su favor la buena relación que mantiene con el viceprimer ministro Yury Borisov, responsable de supervisar la industria espacial y de defensa.
Pero por encima de todo Shoigu tiene algo que le hace especial a los ojos de Putin. Según el periodista ruso Vladímir Isáchenkov, ”Shoigu pasea con Putin por el bosque y eso es algo que muy pocos pueden hacer”. Ajeno a los habituales casos de corrupción de la oligarquía rusa, Shoigu fue denunciado sin embargo por el entorno del opositor Alexei Navalny, que asegura que ha ocultado una casa valorada en 18 millones de dólares -en el mismo barrio exclusivo donde Putin tiene su residencia oficial- al ponerla a nombre de sus familiares.
Shoigu se muestra muy crítico con el capitalismo. En una entrevista a la revista rusa Vokrug Sveta dijo: “Creo que la humanidad está dando pasos agigantados hacia su propia destrucción y la razón de ello es el deseo desenfrenado de consumo”.
Nikolai Patrushev
Este oficial de inteligencia nacido en la antigua Leningrado en 1951 es uno de los colaboradores más cercanos del presidente Putin. Actualmente Nikolai Patrushev es el jefe del Consejo de Seguridad de Rusia. Si algo caracteriza a este poderoso halcón de la política rusa, experto en sistemas de espionaje, es su feroz nacionalismo y su visión conspirativa del mundo.
En su autobiografía “First Person”, Putin habla de Kolya, diminutivo de Nikolai, como de un hombre en quien confía plenamente. En su libro “Putin’s killers”, la periodista Amy Knight cuenta que cuando Putin fue elegido por Yeltsin para ponerse al frente del país en 1999, el ahora presidente decidió volar en helicóptero con su amigo Patrushev a Chechenia, donde Rusia libraba una guerra con esta ex república soviética, acompañados de sus esposas y que juntos brindaron con champán por el nuevo cargo que le había sido asignado.
El medio Politico le atribuye una gran capacidad de decisión en cuestiones relativas a la política internacional y su peso sería incluso mayor que el de Sergey Lavrov, el canciller ruso. “Patrushev es una de esas personas que piensan que Rusia está en una lucha existencial por su supervivencia”, dijo Mark Galeotti, experto en temas rusos, al citado medio.
Como Shoigu, Patrushev goza de una estrecha relación con Putin, a quien conoció en los setenta. Formado en las filas de la KGB soviética a partir de 1974, pasó diez años al frente del FSB a partir de 1999, la agencia de inteligencia que sustituyó a la KGB, hasta que en 2008 entró a formar parte del todopoderoso Consejo de Seguridad, un organismo influyente de altos funcionarios creado por Putin.
Igor Sechin
Nacido en 1960 en San Petersburgo, ciudad natal de Putin, Igor Sechin procede de una familia de clase trabajadora. Ávido lector desde temprana edad, habla varios idiomas, entre ellos portugués y francés. Sechin es otro de los denominados “siloviki”, miembros del grupo íntimo de Putin forjados en las filas de los servicios de seguridad del Estado ruso dispuestos a escalar en las pirámides del poder sorteando todo tipo de obstáculos. Actualmente dirige la empresa petrolera estatal rusa Rosneft, el activo empresarial más valioso de Rusia, pero su influencia se extiende al ámbito político y al control sobre otros recursos nacionales.
En 2009 la edición rusa de la revista “Newsweek” lo nombró político del año en Rusia. Para algunos analistas, Sechin es un personaje extremadamente hábil “tan oscuro que se bromeaba con que tal vez no existiera en realidad, sino que era una especie de mito urbano, un hombre del saco, inventado por el Kremlin para infundir miedo”, según se decía en uno de los cables diplomáticos desvelados por Wikileaks. Desde 2012 está al frente de Rosneft, cuyo crecimiento se atribuye al trabajo de Sechin. Según Forbes, era el director ejecutivo mejor pagado de Rusia con 50 millones de dólares anuales.
Según Financial Times, Sechin fue descrito en el pasado por un adversario como “un ex agente de la KGB cuyo pasatiempo actual es destruir grandes empresas rusas como Yukos y VKontakte”. Le une con Putin una larga amistad reforzada cuando cuando Putin era teniente de alcalde en San Petersburgo en 1994. Este periódico le describe como ”alguien que no le teme al conflicto” y una persona “despiadada y oportunista, un hombre cuyo aprendizaje político bajo el manto del presidente le ha enseñado que el poder es lo correcto”.
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