Resistencia

Las fuerzas rusas intensifican el asedio a Kiev

Como Rusia no logra romper la resistencia de Ucrania, bombardea sus aeropuertos militares, depósitos de petróleo y las áreas densamente pobladas de Chernihiv, Mariupol y Mykolaiv

Las fuerzas rusas alrededor de Kiev continúan preparándose para rodear la capital ucraniana. La lucha sigue a una distancia de 25 kilómetros del centro de la ciudad, la cual se ha convertido en una fortaleza en los últimos días. Según informó ayer su alcalde, Vitali Klitschko, se realiza acopio de medicamentos y bienes de primera necesidad ante un posible intento de invasión. El presidente ucraniano Volodimir Zelenski afirmó que los rusos sólo podrán capturar la ciudad si logran matar a todos sus defensores.

Mientras tanto, el Ejército ruso ha intensificado los bombardeos contra localidades y objetivos de infraestructura ucranianos. Las sirenas antiaéreas sonaron en casi todas las ciudades ucranianas durante la noche, incluida Leópolis. Dnipro, un importante centro financiero e industrial en el centro-este del país, que fue atacado ayer por primera vez en dos semanas de la invasión, repelió un ataque aéreo durante la noche, destruyendo dos misiles rusos, según el alcalde Borys Filatov. No se reportaron víctimas ni destrucción.

Ayer se registraron fuertes bombardeos en Mykolaiv, Chernigiv, Kiev y Sumy, con varios edificios residenciales alcanzados. Según el jefe de la administración regional de Mykolaiv, Vitaliy Kim, la ciudad fue bombardeada indiscriminadamente durante la noche con el Ejército ruso disperso por los pueblos vecinos, lo que dificulta el uso de la artillería ucraniana. Dos depósitos de petróleo fueron incendiados en la región de Kiev y un edificio administrativo ardió en el animado distrito de Podil en Kiev. Ocho misiles alcanzaron el aeropuerto militar de Vasylkiv, mientras que un aeropuerto militar en la región de Kropevnitski también fue bombardeado.

También ayer, Moscú amenazó con atacar los envíos de armas occidentales en Ucrania. Rusia advirtió a EE UU de que el «bombeo orquestado de armas por parte de una serie de Estados no sólo es un paso peligroso, sino que también convierte a estos convoyes en objetivos legítimos» para los ataques del Ejército, declaró el viceministro de Exteriores, Sergei Ryabkov.

Los intentos de evacuar a los civiles en Mariupol fallaron de nuevo después de que un convoy no pudiera llegar a la ciudad sitiada. Se esperaba que un nuevo convoy humanitario partiera ayer de Zaporiyia con unos sacerdotes ortodoxos ucranianos que se ofrecieron como voluntarios. Turquía también está tratando de convencer a los rusos para que abran «corredores verdes» después de los informes de que la mezquita de Mariupol –con unos 86 ciudadanos turcos dentro– resultó dañada en el bombardeo de ayer. Mientras tanto, la periodista ucraniana Olga Tokariuk informó que una de las mujeres embarazadas que estuvo dentro del hospital infantil bombardeado el miércoles, la popular «influencer» Marianna Pidgurska, dio a luz a una niña.

Informes preocupantes provienen de Bucha, una ciudad al noroeste de Kiev, donde se han librado intensos combates desde el comienzo de la invasión. Muchos ciudadanos aún no han logrado evacuar, y el director del hospital local dijo a los periodistas que él mismo había estado cavando fosas comunes alrededor del hospital por segundo día consecutivo.

El jefe de la administración regional de Lugansk, Sergey Gayday, informa de que el 70% está ahora bajo ocupación rusa y el resto está siendo bombardeado sin piedad. La ciudad de Volnovaja, en Donetsk está completamente destruida, según su alcalde.

Después del fracaso del Ejército ruso en capturar rápidamente las grandes urbes ucranianas, llegan nuevos informes de un aumento de las bajas entre las tropas de Putin. El presidente Zelenski reconoció ayer que más de 12.000 soldados rusos han perdido la vida en Ucrania, lo que supone para el Ejército ruso las bajas más grandes en las últimas décadas. Si bien las estimaciones oficiales ucranianas de 12.000 soldados rusos muertos pueden ser exageradas, una buena idea de la magnitud de los daños proviene de los informes sobre la muerte de destacados militares rusos. Otro general de división, Andrey Kolesnikov, fue confirmado muerto el viernes. Según los informes de inteligencia de EE UU, significa que tres de los 20 generales de alto rango que han liderado la ofensiva rusa en Ucrania han perdido la vida. El número de soldados rusos capturados ha llegado a 700 y se ha creado un departamento especial en el Ejército ucraniano específicamente para tratarlos. Mientras tanto, Zelenski aseveró ayer que cerca 1.300 soldados ucranianos han perdido la vida desde el 24-F.

Según el periódico ruso «Meduza», Putin ha comenzado a castigar a sus servicios de inteligencia por no presentar una descripción precisa de la situación en Ucrania en el período previo a la invasión. Sergey Beseda, jefe del departamento 5 del Servicio Federal de Seguridad, responsable de la recopilación de inteligencia en Ucrania, fue puesto bajo arresto domiciliario, supuestamente por cargos de corrupción y por la mala calidad de la inteligencia. En vez de informar sobre el estado de ánimo real en Ucrania, simplemente le dijo a Putin lo que el presidente ruso quería oír. Para alcanzar sus objetivos en Ucrania, los rusos pueden intentar llamar a sus reservistas, en su mayoría mal entrenados. También se espera que lleguen mercenarios sirios, reclutados por el grupo de mercenarios Wagner, que están acostumbrados a la lucha urbana.