Análisis

“Le Pen se presenta como una candidata menos a la derecha de lo que realmente es”

Emiliano Grossman, profesor del Centro de Estudios Europeos de la SciencesPo de París, atribuye la abstención a la desmovilización de una parte de la izquierda que votó a Macron en 2017

Simpatizantes de Marine Le Pen celebran el resultado de la candidata en las elecciones
Simpatizantes de Marine Le Pen celebran el resultado de la candidata en las eleccionesLewis JolyAgencia AP

¿A quién beneficia una baja participación electoral?

Sé prevé una abstención del 70%, un nivel muy bajo en las presidenciales francesas. Si la participación es baja, significaría que una parte de la izquierda que votó en 2017 a Macron no va a votar por él.

¿Podría ganar Le Pen en la segunda vuelta del 24 de abril?

Ahora no me parece probable, pero nos hemos equivocado tanto los últimos años que mejor no hacer previsiones. Lo que es seguro es que si gana Macron, lo hará por un margen del 4-5%. En 2002, Chirac ganó a Jean-Marie Le Pen por más del 60% y en 2017 Macron por un margen de más del 20%.

¿Por que la ultraderecha ha pasado tres veces a la segunda vuelta de las presidenciales francesas en veinte años?

Obedece a una reestructuración del sistema político. Los partidos tradicionales ya no juegan ningún rol. Tenemos el polo centrista de Macron, que absorbió una parte del centro izquierda y el centro derecha; y dos polos más extremos (la izquierda de Mélenchon y la derecha dura, que suma un 30% en la primera vuelta).

¿Por qué ha crecido tanto el apoyo a Le Pen?

Ha hecho una campaña centrada en temas sociales como la desigualdad, el desempleo, el acceso a los servicios públicos, lo que la ha acercado al electorado de las regiones más pobres de Francia como el norte y ciertas regiones agrícolas, donde el voto hacia ella es muy fuerte.

¿Francia ha normalizado a la extrema derecha?

La dinámica de estas elecciones con las presencia de Éric Zemmour, que hizo declaraciones abiertamente racistas, homófobas y revisionistas desde el punto de vista de la historiografía han hecho parecer a Marine Le Pen como una moderada. La dinámica electoral ha hecho de ella una candidata centrista en relación a lo que podría haber sido la derecha clásica en otras épocas dando más importancia al tema de la inmigración. Pero en estas elecciones la candidata de Los Republicanos, Valérie Pécresse, tenía posiciones muy duras respecto a la inmigración y la seguridad. Le Pen logró presentarse como una candidata menos a la derecha de lo que realmente es. A ello contribuyó también el hecho de que los partidos clásicos reciben mucha hostilidad por parte de los electores.

¿Qué le espera al Partido Socialista? ¿Una refundación, su disolución?

El año 2012 era algo así como el árbol que escondía el bosque. La crisis de la socialdemocracia viene de lejos, pero en 2012 François Hollande logró crear una dinámica positiva alrededor de él, pero que finalmente no duró. Siendo un partido esencialmente centrista, decepcionó a parte de la izquierda de su propio electorado que se había dejado seducir por el discurso anti finanzas y a favor de las reformas de la Unión Europea. Justo todo lo que el presidente no realizó. Agravó la crisis que ya existía y terminó destrozando el Partido Socialista como lo conocíamos. Todo ello deja un vacío en la izquierda porque no creo que se haya movido tanto el electorado desde 2012. Hay lugar para reconstruir un partido con un discurso más de izquierdas, que Los Verdes trataron de hacer pero esta vez no lograron despertar la curiosidad de los jóvenes electores. En las próximas elecciones habrá un millón de nuevos votante que habrá que ir a buscar y hasta ahora el que más lo ha conseguido es Jean-Luc Mélenchon. Habrá una restructuración muy grande a todos los niveles tras las elecciones.