El presidente ruso Vladimir Putin tiene un alimento que le vuelve loco y que no puede faltar en la mesa. El libro ‘Rusia desde la cocina de Witold Szablowski’ de Witold Szablowski revela esta obsesión y todo lo que come el jefe del Kremlin.

Y es que Putin tiene una gran pasión por la gastronomía como demuestra en sus encuentros oficiales, donde suelen verse una amplia variedad de platos. Y es que desde varias generaciones atrás en su familia, la buena cocina ha estado siempre muy presente. De hecho, su abuelo Spiridón Putin fue cocinero y sirvió para Stalin y Lenin.

Se trata de “un dulce que siempre está presente en todos sus postres”, expresó el presidente de la Asociación Culinaria Nacional de Rusia, Viktor Belyaev.

La debilidad de Putin son los helados, da igual el sabor. “En todos los postres que llegan a su mesa hay al menos una bola de helado”, explicó Belyaev a Szablowski.

En el citado libro se cuenta además que cuando los mandatarios asisten a una comida, a veces, los dirigentes comen aquello que les sirven cuando han terminado las visitas oficiales, como fue el caso del mandatario bielorruso, Aleksandr Lukashenko.

En aquella jornada tuvieron entrantes como ensalada de calabaza con tomate y queso, filete de calamar con puré de zanahoria, sopa de guisantes y salmonete con alcachofas y quinoa.

Asimismo, el autor también llega a contar en su libro también qué comieron los mandatarios de la URSS antes de firmar su desintegración. El plato principal fue un jabalí cazado en los días previos por el primer ministro de Ucrania acompañado por embutidos, ensaladas, quesos, algo de caviar, pescado y chuletas.