Francia
Le Pen admite un descuido sobre el cambio contractual de su asistente en la Eurocámara
La líder del Regrupación Nacional y otros 26 miembros de su partido se enfrentaron a su primer interrogatorio en el juicio que se les abrió por presunta malversación de fondos europeos
Vestida con un poncho beige y con una sonrisa desdibujada, Marine Le Pen entró al tribunal correccional de París este lunes para su primer interrogatorio en el juicio que se le ha abierto por malversación de fondos europeos.
“Con decir la verdad es suficiente”, dijo Le Pen a los periodistas, evidentemente molesta por las preguntas y por la situación. La líder de Reagrupación Nacional es acusada de haber utilizado dineros del Parlamento Europeo para pagar salarios de asistentes parlamentarios de su partido durante el ejercicio de sus funciones de eurodiputada entre 2004 y 2016.
En este primer día sentada en el banquillo de los acusados, la ultraderechista debe responder sobre el papel de Catherine Griset, su antigua jefa de gabinete y actualmente eurodiputada. Ante la juez que se muestra insistente y punzante, Le Pen está obligada a explicar cómo es posible que una asistente parlamentaria, pagada con el presupuesto europeo, sólo haya asistido al parlamento unas doce horas entre octubre de 2014 y agosto de 2015. Griset tampoco ha podido probar que vivía en Bruselas – o en Estrasburgo o Luxemburgo - como lo exige el Parlamento Europeo para dar luz verde al pago de los empleados de los diputados.
Marine Le Pen responde que hubo cambios en la dinámica de trabajo de Griset: “Es una relación de trabajo que viene de lejos. Creo que es difícil argumentar que Catherine Griset no ha trabajado. Porque lo ha hecho. Trabajó conmigo como miembro del Parlamento Europeo. Luego su situación personal cambió y ya no podía seguir viviendo en Bruselas. Ante la necesidad de cambiar su estatus a asistente local en París, lo confieso, dejé pasar el tiempo y no hice el cambio.”
Pero las normas del Parlamento Europeo son muy claras: las partidas asignadas por Estrasburgo para pagar a los asistentes de los eurodiputados no pueden financiar un contrato firmado con el partido - en este caso Reagrupación Nacional - y deben corresponder a la actividad europea del diputado. El contrato firmado con Catherine Griset en 2014 y que se extendió hasta 2016 por 3.200 euros brutos al mes, bien podría estar fuera de la regla. Griset no era la única: unos 20 asistentes parlamentarios de Reagrupación Nacional, que habían sido contratados para ayudar a los eurodiputados en los últimos años, también ocupaban cargos oficiales en el partido.
Le Pen niega categóricamente haber faltado a la ley: “No tengo en absoluto la sensación de haber cometido la menor irregularidad, la menor ilegalidad”, explicó hoy frente a los jueces. “La actividad política en Francia de un eurodiputado forma parte de su mandato. No veo ninguna diferencia entre el mandato de un asistente nacional y uno europeo, aparte de la diferencia de nivel político», afirmó la líder de la extrema derecha francesa.
¿Cuáles son los riesgos para Marine Le Pen? Si es hallada culpable, se enfrenta a una pena de diez años de cárcel, una multa de un millón de euros y diez años de inhabilitación política. Por supuesto, en el último caso, Le Pen no dudaría en apelar la decisión, lo cual podría retrasar la inhabilitación concreta por varios años.
Por ejemplo, un recurso ante el Tribunal de Casación demoraría el dictamen de sentencia como definitivamente firme y mantendría la puerta abierta a una candidatura presidencial en 2027. A pesar del mal trago que está pasando en tribunales, es muy posible que Le Pen siga siendo el rostro fuerte de la extrema derecha en las próximas elecciones.
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