Jersón

El renacer de la lengua ucraniana: "No puedo hablar en ruso después de esta guerra"

Putin justificó su invasión para proteger a los rusoparlantes pero muchos de ellos se están pasando al ucraniano casi un año después de su brutal agresión

Una mujer camina ante un edificio seriamente dañado por los bombardeos que sufre la ciudad de Járkiv.
Una mujer camina ante un edificio seriamente dañado por los bombardeos que sufre la ciudad de Járkiv.Manuel BruqueAgencia EFE

"No me siento bien hablando en ruso después de todo lo que estamos viviendo". María es una de muchos ucranianos rusoparlantes que han elegido cambiar su lengua materna después de presenciar la destrucción provocada por los rusos. "Mientras Jersón estaba ocupada por los rusos era peligroso hablar ucraniano en público", explica.

La situación lingüística en Ucrania es compleja. El ucraniano y el ruso pertenecen a la misma familia lingüística de los idiomas eslavos, pero son lo suficientemente diferentes como para complicar el entendimiento mutuo si no se hace un esfuerzo con el vocabulario. La mayoría de los ucranianos dominan las dos lenguas. La mayoría conoce mejor uno de ellos pero va intercambiando de lengua, según el entorno y la persona con la que hablen. Las raíces se pueden encontrar en la historia del país.

Gran parte de Ucrania perteneció al imperio ruso y a la Unión Soviética durante varios cientos de años, antes de que se independizara en 1991. Hablar ruso se consideró un requisito previo para el progreso social y económico, mientras se prohibió, desalentó o ridiculizó el uso del ucraniano en la educación, la política y los negocios. Uno de los episodios más oscuros de persecución de la lengua ocurrió durante los días del Holodomor, la hambruna orquestada por la URSS. Varios cientos de destacados artistas, escritores y científicos ucranianos fueron asesinados.

Como resultado, la mayoría de los residentes de las grandes ciudades en el sur y el centro del país, donde viven algunos rusos étnicos, así como en la capital, Kyiv, optaron por el ruso en su vida cotidiana. Las regiones occidental y central del país, así como las ciudades más pequeñas y el campo, incluso en Donbás o Járkiv, todavía eran mayoritariamente de habla ucraniana.

Durante los años de la independencia, el uso del ucraniano aumentó paulatinamente, apoyado por las iniciativas estatales que fortificaron su posición en el ámbito político, en el sistema educativo y, a partir de 2019, en el comercio. Incluso, Volodimir Zelenski, rusoparlante de Kryvyi Rih, mejoró gradualmente su ucraniano después de ser elegido presidente en 2019.

Aún así, la mayoría de los residentes en ciudades como Odesa, Jarkiv o Mariupol difícilmente podían imaginarse que cambiarían al ucraniano en un futuro cercano. La invasión lo cambió todo. “Cuando Jersón estaba ocupada, quería gritar para que todo el mundo supiera que la ciudad es parte de Ucrania. Entonces sentimos por primera vez lo diferentes que eran los rusos de nosotros”, comparte María. Explica que elegir hablar ucraniano es el resultado de “redescubrir nuestra identidad nacional”. Es el proceso que están viviendo millones de ucranianos rusófonos, conmocionados por las acciones de los rusos. Se da la paradoja de que uno de los argumentos del presidente ruso, Vladimir Putin, para invadir Ucrania fue proteger a aquellos que “se sentían parte de la cultura rusa”. Pero su intervención está produciendo efectos indeseados.

Todos mis amigos que antes hablaban ruso ahora hablan ucraniano. Queremos subrayar que somos distintos de los rusos”, subraya Maria.

Si bien la generación más joven generalmente lo encuentra más fácil, cientos de cursos de idioma ucraniano y clases de conversación han surgido en toda Ucrania para ayudar a sus padres y abuelos ancianos.

Clases de ucraniano

Tetiana, una mujer de unos 50 años de edad que asiste a una clase en Leópolis, abandonó su ciudad natal de Járkiv justo después del comienzo de la invasión. Dice que le dolió profundamente verla bombardeada. Ahora está decidida a usar solo el ucraniano: “No quiero tener nada en común con la gente que ha estado matando a mis amigos y destruyendo mi país”. Habla un buen ucraniano pero está mejorando su vocabulario bajo la guía de los maestros y a través de la comunicación con la gente local.

Otra asistente a las clases, también de nombre Tetiana, tuvo que huir de Crimea después de que Rusia la anexionara en 2014. A pesar de ser rusoparlante, siempre se ha definido como una patriota ucraniana. Después del comienzo de la invasión, decidió pasarse al ucraniano. “Antes, la gente a menudo cambiaba al ruso en Leópolis cuando veía lo difícil que era para mí hablar ucraniano”. Todo es diferente ahora.

A medida que se emociona al hablar sobre su estancia fuera de casa en Crimea, cambia al ruso pero subraya que está haciendo todo lo posible para hablar ucraniano sin errores. “Quiero que mi nieto hable ucraniano con total fluidez. Lo mejor que puedo hacer es predicar con el ejemplo”, subraya.