Rusia envía 200 tanques T-90M más potentes para repeler la contraofensiva ucraniana en el Donbás

El invierno se acerca pero la guerra de Ucrania no baja de intensidad. Este miércoles 7 de diciembre, la cadena de televisión rusa NTV anunció el envío de 200 carros de combate T-90M a Lugansk. Este refuerzo de las defensas en la región oriental había sido avanzado previamente por el blog de defensa “Army Recognition”. Las imágenes del canal muestran una larga columna de vehículos blindados saliendo de su fábrica en Uralvagonzavod, en la ciudad de Nizhni Taguil, en el centro de Rusia.

“El Ejército ruso ha recibido nuevos tanques T-90M. Ya se han entregado vehículos de combate -unas 200 unidades- a la zona de la operación militar especial. Reforzarán las unidades existentes de las fuerzas armadas rusas”, confirmó en Telegram el periodista especializado en defensa Evgeniy Poddubny, según recoge “Le Figaro”. Desde hace varias semanas, el Ejército ucraniano avanza en la autoproclamada república de Lugansk. Las autoridades ucranianas han asegurado este miércoles que esperan poder anunciar buenas noticias en los próximos días aunque no ha querido dar más detalles. El Ejército ucraniano ha logrado infligir importantes derrotas militares a su contraparte rusa, aunque son conscientes de que lo importante es ganar la guerra y recuperar el terreno perdido.

Más resistentes

Asimismo, la llegada de estos tanques al frente demuestra la voluntad del Ejército ruso de pelear por el control del Donbás y no ceder más terreno a las tropas ucranianas. El T-90M es hoy en día el tanque ruso más moderno en servicio pues el T-14 Armata, la joya de la caballería rusa, todavía no está en servicio. El modelo enviado al Donbás se trata de una actualización del T-90A realizada en la década de 2010. El Ejército ruso presentó sus T-90M en las maniobras militares Zapad en 2017. En detalle, según cuenta el periodista Hugues Maillot de “Le Figaro”, el T-90M tiene mejor movilidad, mayor potencia de fuego y una protección más eficaz que su predecesor. Según el General de Ejército ruso, Oleg Leonidovich Salyukov, su blindaje reactivo es capaz de resistir misiles guiados antitanque, incluido el Javelin, que Estados Unidos ha suministrado en grandes cantidades al Ejército ucraniano.

Con este envío, el Ejército ruso envía la señal de que no piensa parar sus ataques durante los meses de invierno. La contraofensiva que lanzó el Ejército ucraniano después del verano se ha salado con la liberación de Jarkiv, en septiembre, y después de Jersón en octubre. Este segundo golpe fue especialmente duro para Moscú pues era la única capital de provincias que el Ejército ruso había conseguido arrebatar a los ucranianos durante los nueve meses de ofensiva. A pesar de la superioridad militar de los rusos, Ucrania ha conseguido con la ayuda de Occidente recortar terreno en las cuatro regiones que el presidente ruso, Vladimir Putin, se anexionó en octubre sin tan siquiera controlarlas.

Los tanques rusos, objetivo favorito de los ucranianos

En estos diez meses de invasión militar, Rusia ha pagado un alto precio en número de vidas humanas y pérdida de equipamientos militares esenciales. Durante la contraofensiva exitosa en el mes de septiembre en Jarkiv, el Ministerio de Defensa ucraniano anunció incluso la captura de un tanque T-90M “en perfecto estado”. Desde el principio de la denominada por Rusia “operación especial”, la industria militar rusa ha trabajado sin descanso para fabricar masivamente tanques T-90M con el objetivo de reforzar las defensas en ucrania. En un principio las unidades enviadas al país vecino eran tanques soviéticos, carros T-62, T-64, T-72 o T-80. Pero de un tiempo a esta parte, tras comprobar la resistencia numantina de los ucranianos, los T-90, cuyas primeras versiones entraron en servicio en 1992, son cada vez más numerosos en el campo de batalla.