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Un fabricante de armas de la OTAN advierte a todos: se han visto drones en fábricas ultrasecretas

El misterio de los drones que sobrevuelan fábricas de armas europeas cruciales para Ucrania desata la alarma en la OTAN, que denuncia una "crisis militar" y apunta con sospecha hacia Rusia

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La situación ha sido calificada sin rodeos por altos funcionarios de Bélgica y Dinamarca como una auténtica "crisis militar". Lo que está ocurriendo en los cielos de varios países de la OTAN no son incidentes aislados, sino una campaña coordinada que representa un claro intento de desestabilización por parte de un actor estatal hostil. La estrategia parece tener un doble objetivo: por un lado, recabar información de inteligencia sobre la producción y logística militar; por otro, y quizá más importante, socavar el apoyo a Ucrania generando un clima de inseguridad y poniendo a prueba la capacidad de respuesta de Occidente.

De hecho, la presencia de drones no identificados se ha convertido en una amenaza cada vez más recurrente sobre infraestructuras críticas. Los avistamientos se han multiplicado no solo en instalaciones militares de alta seguridad, sino también en aeropuertos estratégicos, dibujando un patrón que ha encendido todas las alarmas en las agencias de inteligencia. Las sospechas apuntan directamente a Rusia, aunque desde el Kremlin se ha negado de manera rotunda cualquier implicación en estas operaciones de vigilancia e intimidación. Esta escalada de incidentes coincide con una carrera tecnológica en la que se diseñan constantemente nuevos drones letales con capacidades cada vez más avanzadas para fines militares.

Uno de los epicentros de esta tensión se encuentra en Bélgica, concretamente en la localidad de Évegnée. Allí, la compañía armamentística Thales tiene una de sus fábricas clave, un punto neurálgico donde se almacenan los explosivos para los cohetes de 70 milímetros. La elección de este objetivo es cualquier cosa menos azarosa, ya que estas instalaciones están aumentando su producción de proyectiles guiados por láser que se envían directamente a las fuerzas armadas ucranianas, convirtiéndolo en un punto logístico absolutamente clave para el esfuerzo bélico de Kiev.

La OTAN activa un plan de contención ante la amenaza

En consecuencia, la Alianza Atlántica ha decidido tomar cartas en el asunto para hacer frente a esta nueva modalidad de guerra híbrida. Se ha puesto en marcha un ambicioso plan, bautizado como "Eastern Sentry", cuyo propósito es reforzar las defensas antiaéreas y contra drones a lo largo de todo el flanco oriental. Esta iniciativa busca crear un escudo coordinado entre los países miembros para proteger sus activos más vulnerables frente a las incursiones aéreas. Parte de esta estrategia de refuerzo podría implicar la adquisición de nueva tecnología, como los aviones autónomos que Estados Unidos ofrece a sus aliados, para mejorar las capacidades de vigilancia y defensa.

Por su parte, la filial belga de Thales ha respondido instalando sus propios y sofisticados sistemas de detección para vigilar los vuelos sobre su fábrica. Sin embargo, la compañía, tal y como informa Newsweek, se encuentra atada de manos por la legislación actual y por estrictas normativas de seguridad civil que le impiden derribar los aparatos. Esta situación deja un peligroso vacío en la defensa de una infraestructura crítica para el apoyo a Ucrania.

Así pues, el hecho de que estos drones se centren en un lugar tan específico como la planta de Évegnée no es en absoluto casual. Demuestra un conocimiento preciso de la cadena de suministro militar europea y una voluntad de interferir directamente en ella, llevando la tensión a las puertas de las fábricas que sostienen la resistencia ucraniana.