
Narcotráfico
El Gobierno colombiano entrega tierras de Pablo Escobar a mujeres víctimas de violencia sexual en el conflicto armado
Las beneficiarias recibirán 120 hectáreas para proyectos agrícolas sostenibles

El Gobierno de Colombia ha tomado una decisión histórica al destinar parte de la Hacienda Nápoles, la emblemática propiedad que perteneció al narcotraficante Pablo Escobar, a mujeres campesinas afectadas por la violencia. En un movimiento sin precedentes, se entregarán 120 hectáreas a agricultoras locales como parte de un proceso de reparación y recuperación territorial.
La iniciativa, liderada por el presidente Gustavo Petro, busca reparar los daños causados durante décadas de conflicto armado, devolviendo la tierra a quienes fueron despojadas de sus territorios originales y sufrieron violencia sexual en el marco de la guerra interna. Según explicó la Unidad de Restitución de Tierras, esta política pública pretende garantizar proyectos productivos sostenibles y devolver dignidad a comunidades históricamente marginadas.
La Hacienda Nápoles, situada en el departamento de Antioquia, fue en su día símbolo del poder criminal del cartel de Medellín. La propiedad llegó a albergar piscinas, una pista de aterrizaje privada y una colección de animales exóticos, entre ellos los hipopótamos que aún hoy generan problemas ambientales en la región. Ahora inicia una nueva etapa como espacio de reconstrucción social.
Las beneficiarias expresaron su satisfacción por la medida. “Tenemos tierra para la vida”, señaló una de las agricultoras, destacando la transformación de un lugar vinculado con la violencia en un territorio de oportunidades. Por su parte, Felipe Harman, director de la Agencia Nacional de Tierras, calificó la entrega como “una victoria histórica para las mujeres que no dejaron de luchar”. El anuncio también ha generado debate en la región. Sectores vinculados al turismo manifestaron preocupación por el impacto económico de la medida, ya que el antiguo complejo se había convertido en un atractivo que recibía más de un millón de visitantes anuales.
El caso se enmarca en el esfuerzo del Estado colombiano por responder al histórico despojo de tierras derivado del conflicto armado, en el que narcotraficantes, guerrillas y grupos paramilitares expulsaron de manera sistemática a campesinos de sus territorios.Pese a estos avances, persisten retos. Entre ellos, el impacto ambiental de la población de hipopótamos introducida por Escobar, que continúa expandiéndose y causando daños en cultivos, además de representar un riesgo para las comunidades vecinas. El Gobierno ha reconocido que será necesario diseñar soluciones integrales para abordar este inusual legado del narcotráfico.
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