Elecciones

La inestabilidad política en Francia alarma a Alemania

Scholz expresa su alivio por la derrota de Le Pen en la segunda vuelta de las legislativas

Emmanuel Macron y Olaf Scholz en su encuentro el 28 de mayo en el Castillo de Meseberg
EU Germany France ElectionASSOCIATED PRESSAgencia AP

No son tiempos fáciles para los Gobiernos de Europa y eso se nota en Berlín. El camino que han marcado las elecciones europeas y francesas han impregnado en el Gobierno alemán la certeza de que el sentimiento de los votantes se está desplazando hacia la ultraderecha en casi todos los países y de ahí que el canciller, tan dado a mantenerse al margen de los procesos electorales de otros países, hiciera una excepción ante el horizonte que parecía vislumbrarse en el país vecino. Tras la devastadora derrota en la primera vuelta de las legislativas, Olaf Scholz apoyó públicamente a Emmanuel Macron e incluso aseguró que envía mensajes de texto todos los días al presidente francés.

De ahí que Scholz expresara ayer su alivio tras conocer que, contra todo pronóstico, la extrema derecha quedó relegada a la tercera posición en la segunda vuelta celebrada el domingo. «Yo y todo el Gobierno federal hemos sentido alivio. El simple hecho de que el presidente de Francia tuviera que negociar con un partido de derechas populista sería un desafío colosal», señaló Scholz durante una rueda de prensa.

Así, el líder socialdemócrata manifestó que espera que tanto Macron como los diputados logren formar Gobierno cuanto antes y destacó el hecho de que la ultraderecha no se haya hecho con la mayoría absoluta «hace más fácil la cooperación» entre ambos países. «Si Reagrupación Nacional de Marine Le Pen hubiera ganado, la cooperación habría sido más difícil. Esto ha sido evitado», sostuvo antes de afirmar que Alemania tiene interés en que la formación de un Gobierno «tenga éxito».

Previamente, el vicecanciller de Alemania, Robert Habeck, expresó también su alivio por los resultados de las legislativas y afirmó que se trata de un resultado «alentador». Habeck, miembro de Los Verdes, subrayó que, si bien la formación de Gobierno será complicada, es positivo que los partidos centristas e izquierdistas hayan trabajado juntos para hacer frente a los ultras.

Asimismo, Habeck reconoció que las relaciones bilaterales hacen frente a desafíos por la reorganización de fuerzas que suponen las recientes elecciones europeas y las legislativas en Francia, si bien expresó su confianza en que París «vuelva a encontrar pronto su lugar en Europa», algo que describió como «imprescindible».

En la fiesta de verano del Partido Socialdemócrata alemán (SPD), hace una semana, Scholz aseguró: «Estamos discutiendo la situación, que es realmente deprimente, en vísperas de la ronda decisiva de las elecciones parlamentarias del domingo en Francia». Unas palabras que dejaban en evidencia la poca esperanza del canciller de que Francia tuviera un Gobierno estable.

Antes de la segunda vuelta de las elecciones francesas, el canciller aseguró: «Yo, por mi parte, cruzo los dedos para que los franceses, a quienes amo y respeto tanto y cuyo país significa tanto para mí, consigan impedir que haya un Gobierno allí dirigido por un partido populista de derecha». No fue la primera vez. El domingo anterior, Scholz ya mostró claramente su bandera contra el partido populista tras la primera vuelta de las legislativas. Esperaba «que los partidos que no son Le Pen» tuvieran éxito.

La situación política en Francia preocupa al canciller. Tras el éxito de RN en la primera vuelta, Scholz habló de una situación «opresiva» y subrayó la necesidad del papel de Alemania como «ancla de la estabilidad en Europa». Es evidente que al líder germano le preocupaban los éxitos de los partidos populistas de derecha en varios países europeos como Países Bajos, pero también en su propio país. «Aquí está AfD y también la Alianza Sahra Wagnknecht que están pescando en las mismas aguas turbulentas».