Ciberdelincuencia

Inteligencia artificial, un George Clooney nigeriano y los 12.500 millones que se llevaron los Yahoo Boys

Los Yahoo Boys son los donjuanes de las redes, amparados por el anonimato de la Web y por la inteligencia artificial

Los ciberdelincuentes tenían su base en Nigeria
¿Nunca has recibido un email sobre una oportunidad única para invertir?Archivo

Recibes un email de George Clooney. Parece una broma pero no lo es. El famoso actor envía varias fotos en donde aparece enseñando cartulinas que dicen lo enamorado que está de ti y lo importante que eres en su vida. Habláis, George y tú, durante meses. Las conversaciones se vuelven picantes. Se mandan vídeos y más fotos. En medio de este desbocado romance virtual que parece sacado de los sueños, el actor confiesa que está recaudando dinero para un proyecto cinematográfico muy especial y que necesita ayuda. Es George Clooney, tiene varias mansiones en el Lago de Como, pero necesita dinero de todos modos. Se le manda lo que sea, el amor es ciego, se le mandas lo que se puede, mil euros, diez mil, cincuenta mil. Es George Clooney. Se manda el dinero con tanta ilusión y no se vuelven a recibir noticias del actor. Es entonces cuando empieza el drama.

No pocas personas han caído en esta trampa de los Yahoo Boys, individuos de Nigeria, Ghana o Togo que utilizan las redes sociales y la tecnología para engatusar a los más crédulos y conseguir su dinero mediante promesas que nunca se cumplirán. Otras veces, las peores, el chantaje y la extorsión hacen el juego y vacían los bolsillos del desafortunado. ¿Quién no ha recibido nunca un email con un enlace sospechoso y que conseguirá acceso a nuestras contraseñas si se pincha en él? ¿Quién no ha heredado nunca varios millones de dólares tras la muerte de un acaudalado señor británico?

Son los Yahoo Boys. Christian, un joven nigeriano residente en la ciudad de Lagos, es uno de ellos desde hace cinco años y cuenta sin tapujos a LA RAZÓN su modus operandi, infalible hasta la fecha. “Me hago pasar por un militar estadounidense para enamorar a mujeres mayores, sobre todo mujeres canadienses. Les digo que estoy desplegado en el extranjero y que necesito dinero para dejar el Ejército e irme a vivir a Canadá con ellas”.

Pero Christian no parece una mala persona. La ropa que viste no es la de un hombre rico. Y confiesa que los golpes que más le reportan son de 500 dólares, más o menos, sin que nunca haya conseguido embolsarse más de 1.000 dólares de una sola tacada. Su herramienta favorita es Facebook, pero también usa Tinder e Instagram para acercarse a sus víctimas.

“No gano mucho. Gano lo suficiente. Pero tampoco tengo otra alternativa para sobrevivir”. Y lo dice como excusándose por nacer en un país donde 80 millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza y donde una media de 171 personas son asesinadas a diario. Christian no estafa por placer, así lo expresa, sino por sobrevivir. Incluso asegura que su pertenencia a los Yahoo Boys es temporal, que abandonará la ciberdelincuencia en cuanto encuentre un empleo fijo y digno en cualquier sector que sea legal. Al ser interrogado sobre la posibilidad de que le descubran y sea detenido, niega con la cabeza y asegura que eso no es posible porque siempre utiliza una VPN para cubrirse las espaldas.

Cubrirse las espaldas es una parte fundamental del oficio. En Nigeria, a pie de calle, se sabe todo. Robert (nombre ficticio) es otro Yahoo Boy con residencia en Abuya, capital de Nigeria, y explica que uno de los momentos más delicados de la operación sería el momento en que recogen el dinero del banco. No pueden sacar quinientos, mil o diez mil euros a la vez porque saltarían todas las alarmas, y no tardarían en ser descubiertos por las autoridades que sospecharían de un joven desempleado que ha sacado tanto dinero del banco. Robert afirma que “lo sacamos poco a poco”, dependiendo de la cantidad total, o “nos ayudan empleados de los bancos que tenemos a sueldo”, siendo este último el procedimiento más seguro para evitar que les descubran.

Una vez consiguen el dinero en efectivo, algunos salen de fiesta y gastan lo ganado en drogas, alcohol y chicas guapas; otros, como Christian, se limitan a invertirlo en negocios que les permitirán buscar un modo de vida honrado o en aliviar las deudas de sus familiares. Aunque el aurea que rodea a los Yahoo Boys les dibuja como estafadores sin escrúpulos de sonrisa diabólica frente a la pantalla, la verdad es que uno podría encontrar de todo. Juzgar es complicado cuando Robert llega a decir que algunos de quienes cometen estas prácticas lo hacen como “método de lucha contra el hombre blanco”, como una revancha por lo que sufren y cuya culpa, consideran, nace del colonialismo europeo. Por esta razón centran la mayoría de sus ataques en nacionales de Occidente; aparte de, claro está, del hecho de que “en Occidente hay más gente con dinero que en Yemen o Filipinas”.

También hay Yahoo Girls, por así decirlo, porque la crueldad y la necesidad se dan en todo tipo de personas. Mujeres que utilizan los mismos métodos que sus compatriotas varones. Este periodista tuvo acceso a varios ejemplos prácticos que pueden mostrar los métodos maquiavélicos que utilizan estas mujeres. Por ejemplo, el de un hombre británico de setenta años que se disfrazaba de colegiala y enviaba vídeos a “su amante” donde aparecía coloreándose los genitales o azotándose las nalgas vestido con un tanga. Cuando este hombre había mandado toda clase de vídeos y fotografías denigrándose, la “yahoo girl” se desenmascaró y consiguió sonsacarle 7.000 dólares, chantajeándole con mostrar las imágenes a la esposa del inglés si éste no pagaba.

A medida que se desarrolla la tecnología, los Yahoo Boys mejoran sus métodos. Lo que empezó con estafas a través de cuentas de correo electrónico de Yahoo (de allí su nombre), continuó con el uso de las redes sociales, y por cada nueva red social que sale al mercado, nuevas oportunidades nacen para ellos. La creación de imágenes gracias a la inteligencia artificial también ha supuesto un antes y un después en el negocio. Ahora pueden enviar imágenes de George Clooney al otro lado del mundo, en apariencia reales, donde el famoso actor muestra carteles con el nombre de la víctima escrito y facilitando el engaño hasta niveles nunca vistos. Hoy pueden incluso encontrarse en TikTok vídeos donde los Yahoo Boys alardean de sus métodos y muestran cómo utilizan rostros generados por inteligencia artificial para conversar con sus víctimas, haciéndose pasar por hombres europeos.

Hay más. En los últimos años se ha popularizado igualmente entre los Yahoo Boys el compromiso de correos corporativos (BEC), un ataque de ingeniería social dirigido a compañías antes que a individuos y que sólo en 2018 reportó, según un informe publicado por Palo Alto Networks, 17.600 ataques mensuales. El FBI considera que la tasa de éxito en estos casos es de 3,7 por cada 1000 emails, lo cual ocasionó entre 2014 y 2019 unas pérdidas globales de 12.500 millones de dólares. No es calderilla. Y los estafadores por correo más famosos del mundo encuentran siempre nuevos métodos, como personajes de Mark Twain en un universo ciberpunk, para salirse con la suya un porcentaje razonable de las veces.