Guerra en Gaza
Israel prepara una incursión terrestre en Rafah pese a las advertencias de la comunidad internacional
En la ciudad más meridional de la Franja de Gaza viven hacinadas más de 1,3 millones de personas, en su mayoría desplazados internos que han huido de los combates
La incursión terrestre del Ejército israelí en Rafah es cuestión de tiempo. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó la semana pasada a los suyos que idearan un «plan dual» que permitiera evacuar a los civiles y ampliar, de forma simultánea, la operación militar a la ciudad situada en el extremo sur de la Franja de Gaza para «destruir los batallones [de Hamás]».
En el enclave palestino han muerto en cuatro meses de guerra más de 28.000 personas, según el recuento actualizado del Ministerio de Salud gazatí, y en Rafah, el tercer y último bastión en manos de Hamás, se hacinan más de 1,3 millones de personas, en su mayoría desplazados internos que malviven en tiendas de campaña improvisadas, casi sin acceso a agua potable o alimentos. Antes de la guerra, la población de Rafah no superaba las 275.000 personas.
El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, ha advertido este lunes de que una incursión en Rafah sería «aterradora, dada la posibilidad de que un número extremadamente elevado de civiles, de nuevo en su mayoría niños y mujeres, resulten muertos y heridos».
La operación, además, pondría en serio riesgo la llegada con cuentagotas de ayuda humanitaria desde el paso fronterizo con Egipto, de acuerdo con Türk. En las últimas horas, Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea, los países árabes y otros actores internacionales también han alertado de las consecuencias «catastróficas» que podría provocar la operación.
Pero Netanyahu no da su brazo a torcer. El cuestionado primer ministro declaró el domingo en entrevistas con las cadenas estadounidenses ABC News y Fox News que las autoridades israelíes están elaborando «un plan detallado» para trasladar a los civiles a zonas situadas al norte de Rafah que su Ejército, dijo, ha habilitado. «Vamos a hacerlo. Vamos a acabar con los batallones terroristas de Hamás que quedan en Rafah», afirmó Netanyahu. «Vamos a hacerlo proporcionando al mismo tiempo un paso seguro a la población civil».
La hoja de ruta todavía no estaría trazada. No hay señales que indiquen que las brigadas israelíes estacionadas en la Franja se estén concentrando en las inmediaciones de Rafah, según el diario Haaretz. Además, a diferencia de las incursiones anteriores de Israel en la ciudad de Gaza y Jan Yunis, no se han dado instrucciones para que la población local evacúe la posible zona de guerra. Ni panfletos lanzados desde el cielo, ni notificaciones del portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), ni mensajes de texto difundidos en masa. Nada.
Muchos se preguntan, sin embargo, hacia dónde se podría huir. No hay escapatoria posible. Las fronteras están cerradas a cal y canto. La propuesta remitida por Israel comprende la creación de extensas ciudades de tiendas de campaña en Gaza que financiarán Estados Unidos y sus socios árabes del Golfo, según informa el Wall Street Journal. Pero algunos observadores consideran que Israel pretende expulsar a la población hacia la península del Sinaí, una posibilidad que Egipto rechaza de plano.
Mientras Netanyahu y otras voces del gabinete de guerra como Benny Gantz garantizan que la incursión terrestre en Rafah tendrá lugar en , Israel ya ha lanzado varios ataques aéreos sobre la ciudad más meridional de Gaza. El operativo que consiguió liberar a dos rehenes retenidos en Rafah, Fernando Simon Marman y Louis Har, también ha dado algo de oxígeno a un Netanyahu en horas bajas.
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