Conflicto en Oriente Medio

Israel no retirará sus tropas del Líbano

La fecha límite era el domingo, pero no se cumplirá

WADI SALUKI (LÍBANO), 24/01/2025.- Imagen de la actividad de la 769 Brigada en el sur del Líbano. Israel negocia "con sus aliados" mantener a sus tropas en el sur de Líbano, que siguen operando allí a pesar de que el acuerdo de alto el fuego limita su estancia hasta el día 26 de enero, hasta que el Ejército libanés se despliegue en la zona, según confirmó a EFE un funcionario israelí. EFE/Ejército de Israel -SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBL...
Israel negocia mantener sus tropas en Líbano más allá de lo estipulado en el alto el fuegoAgencia EFE

A falta de dos días para que se cumpla el plazo de dos meses de tregua que alcanzaron el 27 de noviembre Israel e Hizbulá, el Gobierno de Benjamín Netanyahu confirmó ayer que no se retirará del sur del Líbano alegando que el Ejército del país levantino aún no se ha desplegado en la zona. Hasta entonces, la milicia chiita Hizbulá –otrora la mejor dotada de las fuerzas proxy de Irán– tenía su feudo, incluido la mayor parte de su arsenal, en las comarcas septentrionales del Líbano.

Según la Oficina del jefe del Gobierno israelí, el acuerdo alcanzado hace casi dos meses –después de varias semanas de dura ofensiva de las Fuerzas de Defensa en Beirut, el sur y el este del país del cedro– estipula que Israel «debería» llevar a cabo su retirada en 60 días, y alegó que el tiempo verbal empleado encerraba la posibilidad de que la presencia israelí en el sur del Líbano pudiera prolongarse más allá de ese periodo. «El proceso de retirada de las Fuerzas de Defensa de Israel está condicionado por el despliegue en el sur del Líbano de las Fuerzas Armadas libanesas y su ejecución efectiva del acuerdo, mientras Hizbulá se retire al norte del río Litani», añadió la Oficina de Netanyahu. Por ende, de acuerdo con la jefatura del Gobierno israelí, «dado que el Líbano aún no ha ejecutado completamente el acuerdo de alto el fuego, la fase de retirada gradual continuará en coordinación total con Estados Unidos».

Aunque parece claro que tanto Israel –que hace apenas unos días alcanzó un acuerdo para el cese de las hostilidades con Hamás en Gaza– como Hizbulá desean mantener el alto el fuego, el Gobierno de Netanyahu es consciente de la debilidad de la milicia chiita libanesa tras la dura campaña iniciada por las FDI a mediados del mes de septiembre pasado.

La organización política y armada liderada entonces por Hassan Nasrallah –asesinado el 27 de septiembre en el sur de Beirut– se unió a Hamás horas después de la matanza terrorista perpetrada por las brigadas Al Qassam en suelo israelí el 7 de octubre de 2023 en una tentativa de agresión coordinada al «enemigo sionista» desde media docena de frentes. Durante meses, la organización apéndice de Teherán llevó a cabo un intermitente lanzamiento de cohetes y drones hacia el norte y centro de Israel, aunque el poderoso sistema de defensa de Tel Aviv frustró la inmensa mayoría de las tentativas.

Según recogía ayer la agencia Efe, el periódico israelí Yediot Ahronot dejaba constancia de que el gabinete de Gobierno israelí decidió en una reunión en la noche del jueves no retirar a sus tropas hasta que las libanesas ocupen sus posiciones, después de que medios locales recogieran que Israel había pedido a Estados Unidos extender su presencia en el país vecino otros 30 días. Haya o no reacción violenta de Hizbulá a lo que desde el Líbano será percibido como una violación del cese el fuego, las fuerzas israelíes podrían continuar atacando infraestructura y posiciones de la milicia, como ha ocurrido en varias ocasiones en los dos últimos meses a pesar de la tregua. Una eventual vuelta a las andadas sería un jarro de agua fría para el conjunto de la sociedad libanesa, que acogió con júbilo el fin del enfrentamiento bélico –que se saldó con más de 3.800 libaneses muertos y 1,2 millones de desplazados internos además de con 78 israelíes fallecidos– y con no menos optimismo saludó el nombramiento reciente de un presidente y un primer ministro, dos hitos que no habrían sido posibles sin la mengua sufrida por Hizbulá y la caída del régimen amigo de Bachar al Asad en Siria.