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El jefe de la OTAN se ríe de la Armada Rusa y bromea con el famoso 'Octubre Rojo'

Moscú habla de «normas de tráfico» mientras su submarino es remolcado por aguas europeas bajo la atenta mirada de la OTAN, que se mofa de una grave avería que el Kremlin se obstina en negar

El jefe de la OTAN se ríe de la Armada Rusa y bromea con el famoso 'Octubre Rojo' Ministerio Defensa Rusia

La misteriosa aparición de un submarino ruso de clase Kilo frente a las costas de Francia ha desatado un cruce de acusaciones, poniendo de manifiesto las tensiones latentes en aguas europeas. El sumergible, identificado como el Novorossiysk, emergió en una maniobra poco habitual que, según Moscú, se debió a la necesidad de cumplir con las normas de tránsito de la zona. El Kremlin se apresuró a negar cualquier tipo de problema técnico a bordo, pero esta versión oficial choca frontalmente con los informes que circularon por redes sociales, que apuntaban a una grave avería e incluso a una posible fuga de combustible con un considerable riesgo de explosión. Mientras este submarino de diseño soviético muestra sus carencias, Occidente avanza en el desarrollo de sumergibles autónomos como el temido 'Tiburón Fantasma', que representa un salto tecnológico generacional.

De hecho, la escena que se desarrolló en el mar parecía respaldar las versiones más alarmistas. El submarino ruso no navegaba solo, sino que fue escoltado de cerca por buques de guerra de tres países de la OTAN: Francia, el Reino Unido y los Países Bajos. A esta comitiva se sumaba un detalle elocuente: el Novorossiyskera remolcado por otro buque, el Yakov Grebelskiy, una imagen que desmonta por completo la narrativa de normalidad que pretendía transmitir el gobierno ruso.

En este contexto de incertidumbre, la reacción del Secretario General de la OTAN, Mark Rutte, no se hizo esperar y, según recoge Ars Technica, estuvo cargada de sarcasmo. Rutte se burló abiertamente de la situación, describiéndola como «la caza del mecánico más cercano», una frase que no solo minimiza la capacidad operativa de la flota rusa, sino que la ridiculiza ante la comunidad internacional. Para el máximo responsable de la Alianza Atlántica, este incidente no es un hecho aislado, sino un síntoma revelador de una realidad mucho mayor.

Una avería que revela las debilidades de la flota rusa

Asimismo, Rutte aprovechó la ocasión para subrayar que la presencia naval de Rusia en el Mediterráneo es actualmente mínima, enmarcando el episodio del submarino dentro de un patrón más amplio de acciones hostiles por parte de Moscú. Sus comentarios trajeron a colación otras actividades rusas que alarman a Europa, como los sabotajes, los ciberataques y las tramas de asesinato detectadas en territorio aliado, presentando este fallo naval como una muestra más de las debilidades del Kremlin. Estas debilidades son explotadas activamente en el Mar Negro, donde los barcos robot de Ucrania se han convertido en una amenaza constante para la flota rusa, demostrando la eficacia de la guerra asimétrica.

En consecuencia, el Secretario General de la OTAN instó a no sobreestimar las capacidades militares de Rusia, argumentando que los fracasos acumulados en el conflicto de Ucrania son la prueba más palmaria de sus limitaciones. El bochornoso viaje del Novorossiysk, remolcado y bajo la atenta mirada de la OTAN, sirve así como una potente metáfora de la brecha que existe entre la propaganda bélica rusa y sus verdaderas capacidades en el escenario global.