Política

Holanda

Las reinas Paola y Matilde optan por la sobriedad y la elegancia

Las reinas Paola y Matilde de los belgas eligieron hoy la sencillez y la elegancia para las ceremonias de abdicación del rey Alberto II y el juramento como monarca de su primogénito, Felipe.

Las reinas Paola y Matilde de los belgas eligieron hoy la sencillez y la elegancia para las ceremonias de abdicación del rey Alberto II y el juramento como monarca de su primogénito, Felipe.

Para el día en que se convirtió en reina, Matilde eligió de nuevo a su diseñador de bandera, el belga Edouard Vermeulen, de la casa Natan, quien vistió también para la ocasión a sus dos hijas, Elisabeth, de 11 años, y Eléonore, de 5, al igual que a la reina Paola.

La sobriedad de los vestidos de las damas de la familia real se correspondió con el protocolo de Palacio, que había previsto unas ceremonias austeras, y así el tono fue más sobrio que el de la entronización del nuevo rey de Holanda, Guillermo-Alejandro, ya que el Bélgica no hay cetro, capa de armiño ni corona real.

Fiel a su estilo y elegancia, Matilde d'Udekem d'Acoz, de 40 años, optó por un vestido corto y de media manga, en tono marfil y elaborado en organza de seda con escote barco drapeado y espalda en "uve", mientras que la reina Paola eligió un vestido verde agua con estampado foral y chaqueta a juego estilo bolero.

Ya por la tarde, en las celebraciones en el Parque Real, frente al Palacio, Matilde llevará un vestido en algodón rojo y rosa con estampado abstracto de flores y cuello drapeado asimétrico, menos sofisticado que el de la mañana.

Las dos reinas se decantaron por las perlas en las joyas que portaban, mientras que sus tocados fueron confeccionados por la diseñadora belga Fabienne Delvigne, también un referente para la Casa Real belga.

En el caso de Paola, la reina se decantó por un casquete Kennedy, un tocado de pequeño tamaño y de un estilo que popularizó la que fuera primera dama de Estados Unidos, Jackie Kennedy.

Por lo que se refiere a la nueva heredera, la ya duquesa de Brabante y princesa heredera, Elisabeth, de 11 años, llevaba, al igual que su hermana pequeña, Eléonore, de 5, un vestido rojo corte imperio con estilo otomano, con cuello barco, mangas de tres cuartos y falda amplia con pliegues.

Vermeulen confecciono también los vestidos de las princesas de Bélgica, al igual que ya hiciera en abril pasado para las tres hijas de los reyes de Holanda.

La princesa Claire, esposa del príncipe Laurent, el hijo pequeño de Alberto II, llevaba otra creación de Vermeulen, en esta ocasión con estampado puntillista en crudo, ocre y fucsia, chaqueta de seda ocre y lazo a la cintura.

La reina Fabiola, de 85 años y viuda del rey Balduino, que asistió a las ceremonias en silla de ruedas debido a la artritis, lució una vistosa chaqueta fucsia con blusa y pantalón blanco, que complementó con un abanico también de tono rosado.

"La princesa Matilde me llamó y me dijo que teníamos poco tiempo", ya que Alberto II anunció su intención de abdicar hoy el pasado 3 de julio, explicó Vermeulen a la cadena de televisión RTL.

El modista tuvo claro que su propuesta sería un blanco roto, teniendo que cuenta que iba a ser un día soleado.

"Creo que el blanco roto es un color discreto pero, a la vez, muy notable", comentó.

También señaló que Matilde le dejó claro que, en todo caso, "es al rey al que hay que aplaudir en este día".

La princesa Astrid eligió, por su parte, un traje de chaqueta en tonos beiges y blusa rosa empolvado, con un tocado similar al de la reina Paola.

El monarca Alberto II llevó durante la ceremonia de abdicación en el Palacio Real el uniforme de gala de comandante en jefe de los Ejércitos, mientras que Felipe vistió el traje de gala de teniente general de las Fuerzas Aéreas.

En cambio, en el juramento como nuevo rey en el Parlamento federal, Felipe, convertido ya en general de cuatro estrellas como el rey Alberto II, se puso el uniforme de gala de comandante en jefe al igual que su padre.

Felipe y Matilde escogieron para sus desplazamientos por Bruselas, donde fueron aclamados por multitudes al grito de "Viva el rey", el mismo Mercedes 600 descapotable que habían utilizado en su boda en 1999.

El coche, que ha sido prestado por la firma alemana, no tuvo que ser equipado en esta ocasión con una mampara de plexiglás para protegerse de la lluvia, como en el día del matrimonio de los nuevos reyes, dado que hoy lució el sol.

Felipe ha solicitado utilizar de nuevo la matrícula número 1, reservada a uso civil y militar, que había sido rechazada por el rey Balduino por ser la que utilizaba su padre, Leopoldo III, mientras que el rey Alberto tampoco utilizó esa placa hasta 2000.