Política

China

Los italianos se rinden al poderío de Xi Jinping

Es el primer país del G-7 que se suma al controvertido proyecto de la Nueva Ruta de la Seda.

Cena de honor. El presidente chino, Xi Jinping, brinda con su homólogo italiano, Sergio Mattarella, en el Palacio del Quirinale, ayer / Efe
Cena de honor. El presidente chino, Xi Jinping, brinda con su homólogo italiano, Sergio Mattarella, en el Palacio del Quirinale, ayer / Efelarazon

Es el primer país del G-7 que se suma al controvertido proyecto de la Nueva Ruta de la Seda.

La guardia presidencial italiana esperaba al presidente chino, Xi Jinping, y a su esposa, Peng Liyuan con himnos militares. Decenas de connacionales ponían después el color con banderolas rojas delante del Altar a la Patria romano. El recibimiento al mandatario del gigante asiático en Italia fue apoteósico. Ayer tocó encuentro institucional y hoy está previsto que quede plasmado el acuerdo entre Italia y China que vinculará al país europeo a la llamada «Nueva Ruta de la Seda», un mastodóntico proyecto con el que Pekín quiere extender su influencia hasta la última frontera del Viejo Continente.

El primero en recibir a Xi fue el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella. Fue recibido con honores en el romano Palacio del Quirinale. El encuentro no duró mucho, apenas veinte minutos. Tiempo suficiente para resaltar que el entendimiento entre ambos va viento en popa. No estaban previstas ruedas de prensa, pero al término de la charla el presidente chino compareció para manifestar que la conversación había sido «fructífera». «Mirando el mundo encontramos un cambio histórico», agregó Xi Jinping, quien resaltó además que «el intercambio comercial será en ambas direcciones y habrá un flujo de inversiones también en ambas direcciones». Y es que el objetivo del proyecto será impulsar y fortalecer «estrategias de desarrollo en los respectivos sectores de infraestructuras, puertos, logística y transporte marítimo».

Una de las principales preocupaciones de las Unión Europea es que estos acuerdos favorezcan sólo al Estado chino, de ahí estas palabras. Pero también que Pekín pueda controlar sectores estratégicos como los puertos, algo que ya ocurre por ejemplo en Atenas, donde el Pireo es propiedad de China. En el acuerdo que se debe firmar hoy también hay mención explícita a las infraestructuras portuarias de Génova y Trieste, fundamentales para ampliar el comercio desde Asia. Los otros puntos, filtrados ya por la prensa italiana, están relacionados con el mercado alimenticio y el intercambio de bienes culturales. No se recoge, sin embargo, ningún punto relacionado con la controvertida tecnología 5G, que preocupa especialmente a Estados Unidos y la UE.

En cuanto al respeto a los derechos humanos, el jefe de Estado italiano reconoció que en las próximas reuniones en Bruselas –la cumbre del 9 de abril– para detallar la relación con Pekín «se continuará con una relación constructiva».

El mensaje siempre medido de Mattarella significa que hay que poner atención a las cuestiones más delicadas, pero que el acuerdo con China no puede ponerse en entredicho. En efecto, el presidente italiano hizo suyas las palabras de Xi cuando dijo que «la ‘Vía de la Seda’ es un camino de doble sentido en el que debe transitar no sólo el comercio, sino también los talentos, las ideas y el conocimiento». Entre los detalles curiosos, ayer se ultimaba también la celebración de un partido de fútbol de la Serie A (primera división italiana) en China.

El empuje de Pekín en un tablero internacional con pocas alianzas fiables comienza a dar miedo a la UE. El texto de conclusiones de la UE aprobado ayer va mucho menos lejos que el texto de la Comisión y ni siquiera menciona a Pekín. Las alusiones indirectas, sin embargo, no podían ser más claras. «La UE debe salvaguardar sus intereses a la luz de las practicas injustas de terceros países, haciendo uso completo de sus instrumentos de defensa del comercio y de las nomas de licitaciones públicas, a la vez que asegurando la reciprocidad en las licitaciones con terceros países».