Venezuela

Maduro supera las sanciones de Occidente y tuerce el brazo a los países que apostaron por su caída

El presidente venezolano afianza su poder y recupera la legitimidad democrática que le había sido retirada en 2019

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro
El presidente de Venezuela, Nicolás MaduroRayner Peña R.Agencia EFE

Hace apenas cuatro años Nicolás Maduro vivía momentos complicados. Casi sesenta países, entre ellos España y Estados Unidos, habían dado su reconocimiento a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Dentro del país la economía respiraba amenazada por la hiperinflación, el descenso de la producción petrolera, las protestas en las calles y cientos de miles de venezolanos saliendo del país en busca de un futuro mejor. La frase del entonces presidente Donald Trump en la que ponía "todas las opciones sobre la mesa", en referencia a una intervención militar estadounidense, dio alas a todos aquellos que pensaban que el heredero de Hugo Chávez tenía los días contados.

Sin embargo, el escenario geopolítico ha cambiado mucho desde entonces y el líder venezolano ha logrado mantenerse en el poder y recuperar la legitimidad diplomática que le había sido retirada en algunos de los grandes foros internacionales. El pragmatismo se ha impuesto y Maduro ha afianzado su gobierno dentro de Venezuela manteniendo la estabilidad y rescatando la economía después de una serie de años turbulentos.

Venezuela acabó 2022 con una de las mejores cifras del PIB de los últimos años al registrar un crecimiento del 15%, según cifras oficiales y el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que el Producto Interior Bruto crecerá un 6 por ciento este año. La economía venezolana se ha ido abriendo al libre mercado y ha potenciado el sector privado, liberando las importaciones, relajando los controles de precios y permitiendo el uso del dólar estadounidense.

Gran parte del éxito económico de Venezuela se debe al trabajo de la vicepresidenta ejecutiva y ministra de Economía y Finanzas, Delcy Rodríguez, quien ha logrado que el Gobierno avance en la sustitución de importaciones agrícolas, a pesar del bloqueo estadounidense, lo que también contribuirá a que los resultados del Plan Económico 2023 arroje números positivos muy pronto, según ha informado el Ejecutivo.

Delcy Rodríguez, considerada en Venezuela como la responsable del milagro económico nacional, ha asegurado los efectos positivos de las políticas fiscales de protección a la producción agropecuaria y enfatizó que "ningún bloqueo económico va a poder con el pueblo venezolano y lo estamos demostrando". La vicepresidenta también aseveró que para el Gobierno de Maduro el área social no representa un gasto sino una inversión y que el pueblo venezolano decide "hacia dónde debe ir dirigida esa inversión". Asimismo, recordó que el 77 por ciento del presupuesto nacional de Venezuela para 2023 "va dirigido a la inversión social".

Maduro también ha propiciado encuentros con inversionistas extranjeros para afianzar oportunidades en diferentes sectores punteros de la economía del país como energía, minería, turismo, agricultura, logística, pesca, aluminio, automotriz, electrodomésticos, plástico, papel, carbón, madera, vidrio y telecomunicaciones.

El trabajo de Delcy Rodríguez ha permitido acelerar la producción petrolera y acercar el regreso de compañías internacionales en este sector, abriendo nuevamente el comercio tras rebajar de una vez el férreo control cambiario del bolívar, la deprimida divisa venezolana.

La situación económica mundial tras el inicio de la guerra de Ucrania ha soplado a favor de Caracas. Estados Unidos, en su intento de diversificar su suministro de hidrocarburos para compensar la pérdida de crudo ruso tras las sanciones impuestas a Moscú, suavizó el embargo petrolero en noviembre de 2022 para permitir que la empresa estadounidense Chevron pudiera ampliar sus operaciones en Venezuela.

Poco después, el presidente colombiano Gustavo Petro visitó a Maduro en la capital venezolana y a comienzos de este año fue invitado a la toma de posesión del nuevo presidente de Brasil, Lula da Silva, si bien el líder venezolano finalmente no acudió a Brasilia.

Desde Europa también hubo movimientos. El presidente francés Emmanuel Macron habló con el mismísimo Maduro en la cumbre del Clima de Egipto y le expresó su deseo de “hablar un poco más y comenzar un trabajo bilateral que sea útil para el país y la región”. Unos días después, el gobierno de Maduro se sentó a negociar en México con la oposición venezolana por primera vez en muchos años. Finalmente, España, una pieza clave de Latinoamérica, nombró en diciembre embajador en Caracas después de este puesto quedara vacante desde 2020.

Las buenas noticias para Maduro continuaron llegando a primeros de este año, cuando la oposición venezolana -dividida y enfrentada nuevamente- puso fin al Gobierno interino de Juan Guaidó, que se había autoproclamado presidente en enero de 2019 y había sido reconocido por muchos países como el jefe del Estado.

Actualmente, Maduro se muestra dispuesto a trabajar para normalizar las relaciones con Estados Unidos, a pesar de que aún existen sanciones que afectan a su país. El jefe de Estado ha dicho que el pueblo elegirá en paz, sin injerencias, al presidente en las elecciones del año 2024 y recalcó que “el presidente que se elija en Venezuela se juramentará el 10 de enero (de 2025) y seguirá el curso de nuestro país en paz, democracia y con protagonismo popular”.