Ataque por sorpresa

Misterio tras la explosión de un tren cargado de misiles rusos Kalibr en Crimea

Ucrania no ha reivindicado la autoría de este incidente, pero ha asegurado que "se prepara a la península ucraniana de Crimea para la liberación"

Una serie de explosiones sacudieron Dzhankoy, un centro ferroviario clave en la península ocupada de Crimea, en la noche del lunes. Si bien fuentes oficiales rusas afirmaron que la defensa aérea de la ciudad funcionó bien para eliminar una amenaza, los vídeos de los vecinos mostraron posibles intentos de derribar lo que podrían haber sido drones kamikazes con armas de fuego, seguidas por explosiones en el suelo. La inteligencia militar ucraniana afirmó después que un cargamento de misiles «Kalibr» que Rusia usa habitualmente para atacar la infraestructura de Ucrania había sido destruido mientras se transportaba a Crimea, sin reconocer explícitamente que estaba detrás del ataque.

Un líder de los tártaros de Crimea, los aliados de Ucrania, Refat Chubarov, afirmó en una entrevista que el primer jefe adjunto del Gobierno instalado por Rusia viajó al sitio, «lo que no había sucedido después de ataques anteriores», demostrando que este ataque fue particularmente doloroso para los rusos.

Los misiles Kalibr afectados están diseñados para ser lanzados desde barcos y submarinos de la Flota rusa apostada en el Mar Negro, según el Gobierno de Kyiv. Los proyectiles pueden alcanzar una distancia de más de 2.500 kilómetros y ser lanzados contra objetivos terrestres y 375 kilómetros contra objetivos marítimos. También existe una versión de los Kalibr para ser lanzados desde aviones de combate (Kalibre-A) y desde lanzadores terrestres.

«Dzhankoy es el principal cruce ferroviario de Crimea, ningún tren puede pasar por alto esta estación y, por lo tanto, todo lo que va a la península pasa por esta ciudad», subrayó Chubarov en una entrevista. El político indicó que los ataques en Crimea no sólo tienen consecuencias militares, sino que también afectan el estado de ánimo de la población local, inspirando a los partidarios de Ucrania. «Las autoridades rusas están tratando de apoyar el estado de ánimo de sus seguidores, convenciéndolos de que Crimea es una fortaleza inexpugnable. Se están construyendo fortificaciones para este propósito», explicó.

El ataque ocurrió sólo varios días después de que el presidente Vladimir Putin viajara a la península ocupada, según los medios rusos. Mientras Putin recibe a su homólogo chino, el líder del oponente regional de China, Japón, su primer ministro Fumio Kishida visitó inesperadamente Kyiv. Kishida era el único líder del G7 que aún no había visitado Ucrania desde que Rusia invadió en febrero de 2022. Durante su visita , Kishida visitó el pueblo de Bucha en la región de Kyiv, donde unos 400 vecinos fueron ejecutados por los rusos y que se convirtió en un símbolo de la brutalidad de las tropas rusas. «El mundo se asombró de ver a civiles inocentes asesinados en Bucha hace un año. Estoy indignado por esta atrocidad después de visitar este lugar», reconoció Kishida, quien prometió que Japón seguirá ayudando a Ucrania «con el mayor esfuerzo para recuperar la paz».

A diferencia del llamado plan de paz chino, que defiende formalmente el principio de soberanía pero no pide la retirada de las tropas rusas de la Ucrania invadida, Japón ha estado actuando junto con los socios extranjeros de Kyiv para ayudar a repeler la invasión rusa, aunque centrándose en sanciones contra Rusia y ayuda humanitaria y financiera a Ucrania. Según Volodimir Zelenski, Kishida ha llegado en un momento en el que es importante intensificar el liderazgo mundial para «proteger los propósitos y principios de la Carta de la ONU y la seguridad internacional en general».

Zelenski aceptó la invitación del primer ministro japonés para participar en línea en la cumbre de los países del "Grupo de los Siete", que se realizará en mayo en Hiroshima. También indicó que Ucrania estaba esperando una respuesta de China a su oferta de discutir el plan de paz ofrecido por Ucrania.

Mientras tanto, las tropas rusas han continuado atacando en el este del país, especialmente cerca de Bajmut y Avdiivka, sufriendo grandes pérdidas, según analistas, mientras algunos de sus líderes advierten de que Ucrania se esté preparando para lanzar su propia contraofensiva en el área.