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Israel

Mossi Raz, diputado del Parlamento israelí: “En el futuro próximo, Netanyahu irá a la cárcel”

El diputado en el Knesset desde 2000 a 2003 y otra vez desde 2017, atendió a las preguntas de los periodistas internacionales invitados por la ONG Oxfam en la sede de Gisha, en Tel Aviv.

Mossi Raz, diputado en el Knesset desde 2000 a 2003 y otra vez desde 2017, en una imagen de archivo / Ap
Mossi Raz, diputado en el Knesset desde 2000 a 2003 y otra vez desde 2017, en una imagen de archivo / Aplarazon

El diputado en el Knesset desde 2000 a 2003 y otra vez desde 2017, atendió a las preguntas de los periodistas internacionales invitados por la ONG Oxfam en la sede de Gisha, en Tel Aviv.

Según las últimas encuestas, su partido, Meretz, logrará otra vez cinco de los 120 diputados en juego el próximo 9 de abril. Mossi Raz, diputado en el Knesset desde 2000 a 2003 y otra vez desde 2017, atendió a las preguntas de los periodistas internacionales invitados por la ONG Oxfam en la sede de Gisha, en Tel Aviv, entre los que se encontraba LA RAZÓN.

Soborno, fraude, abuso de confianza, son palabras que sobrevuelan la cabeza y el futuro del actual primer ministro, Benjamin Netanyahu, que tiene tres casos de corrupción abiertos. Sobre si afectarán a la hora de votar en los comicios del martes, en los que Netanyahu busca ser reelegido, Raz es sincero: «A nadie le importa la corrupción». El político israelí sostiene que aunque Netanyahu tenga menos de un 50% de posibilidades, «aún así tiene buenas opciones. La corrupción no es un problema. Eso sí, en el futuro próximo, Netanyahu visitará la cárcel, no en una visita oficial, sino como preso. Porque al final del día, aquí la Justicia es fuerte. Creo que terminará en la cárcel, aunque tendrán que pasar unos años. Si gana las elecciones, pues hay un 40% de posibilidades de que gane, formará una coalición». Por otra parte, si es su principal rival, el teniente general Benny Gantz y ex jefe del Estado Mayor, quien gane las elecciones «y tiene más de un 50% de posibilidades, lo tendrá muy difícil para formar gobierno».

En cuanto al eterno proceso de paz entre palestinos e israelís, Raz asevera que «en mi partido estamos a favor del fin de la ocupación, la solución de los dos Estados, las fronteras del 67, la cuestión de los refugiados, el intercambio de tierras entre Palestina e Israel... Un poco lo que se acordó con Clinton en 2000, en Ginebra en 2003...», explica Raz. Sin embargo, el diputado israelí considera que al contrario de lo que piensa la líder de su partido, «la mayoría de los israelíes no piensa como nosotros. La mayoría respalda la idea de los dos Estados, pero no el resto. Incluso Netanyahu declaró hace 10 años que apoyaba la solución de los dos Estados». Y es que en opinión de este parlamentario, «todo el mundo quiere la paz, pero no quieren pagar el precio».

Raz cree en que hay que buscar alternativas y ser creativos a la hora de negociar. De hecho, él es partícipe de una arbitración internacional (formada por un árabe, un palestino, un israelí, un estadounidense y un europeo). En cuanto al llamado «Acuerdo del Siglo», el plan del yerno de Donald Trump, Jared Kushner, para restablecer la paz en Oriente Medio, el político israelí augura que «ambas partes van a decir que no. Israel será un poco más educado y esperará al rechazo de los palestinos». Raz reconoce que la UE está perdiendo pujanza en la región. «Básicamente tiene influencia sobre los palestinos, pero incluso eso no es efectivo.

Básicamente, la UE no es popular en Israel. Alemania, República Checa, sí lo son. La mayoría de los israelíes piensa que la UE es antisemita. Aunque yo creo que sí tienen influencia, pues personalmente pienso que la UE es más partidaria de los israelíes que de los palestinos», expone el diputado. Al preguntarle acerca de las últimas iniciativas, al margen de la de Kushner, el político israelí indica que «en la última década hay cada vez menos iniciativas. Por un lado, los palestinos se han cansado de estas relaciones con los israelíes. Muchos palestinos son parte de un movimiento llamado ''antinormalización''. Durante dos décadas, teníamos reuniones semanales en Jerusalén Este y otros lugares. Ahora, en Jerusalén Este no se puede hacer eso. Vendrán los palestinos y comenzarán a manifestarse...

En segundo lugar, debido a la financiación. En el pasado había mucho dinero para dichas iniciativas de Noruega, la UE, Alemania, España, Bélgica... Hoy los números son muy bajos. Va de la mano o comenzó con la crisis económica en 2008». Aunque el diputado añade que también debido y unido «al cansancio, la pérdida de interés, y la desesperanza. En tercer lugar, los israelíes no están muy por la labor. No están en contra de las reuniones y contactos. Pero no están muy interesados. Cada vez menos».