Oriente Medio

La nueva espiral de violencia en Cisjordania amenaza con una escalada regional

Las incursiones israelíes en el territorio y los enfrentamientos entre palestinos y colonos judíos dejan casi dos decenas de muertos en cuatro días

Una mujer palestina junto a un coche quemado en el pueblo de Jalud, cerca de la ciudad cisjordana de Naplusa
Una mujer palestina junto a un coche quemado en el pueblo de Jalud, cerca de la ciudad cisjordana de NaplusaMajdi MohammedAgencia AP

Mes y medio después de la última escalada, Cisjordania se ha vuelto a ver sumido en las últimas jornadas en una nueva espiral de violencia.Al menos 19 personas han perdido la vida en el territorio esta semana en las distintas incursiones israelíes o enfrentamientos violentos entre palestinos y colonos judíos.

El relato de los hechos comenzó el lunes con la incursión de las fuerzas israelíes en el campo de refugiados de Yenín, en el norte de Cisjordania. La ciudad, como en general las comarcas septentrionales del territorio, se ha convertido en bastión de grupos armados y en epicentro de la violencia en los últimos meses, tanto por las incursiones de las fuerzas israelíes como por los ataques de palestinos a colonos judíos (y viceversa).

La operación israelí del lunes se encontró con la respuesta inesperada de milicianos palestinos. Los choques se prologaron durante nueve horas; el balance fue de siete palestinos muertos y un centenar de heridos, entre ellos ocho soldados israelíes. El martes cuatro ciudadanos israelíes eran asesinados en un tiroteo a la entrada del asentamiento de Eli, situado al norte de Ramala y en el área central de Cisjordania. Unos hechos que no iban a quedar impunes.

Al día siguiente, el miércoles, Israel llevaba a cabo un ataque aéreo con drones en la citada ciudad cisjordana, que se saldó con la muerte de tres milicianos palestinos. Según explicó ayer el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, la eliminación de los milicianos fue “una decisión táctica para neutralizar una amenaza”, después de que dispararan contra un puesto de control militar. Se trata del primer ataque con vehículos no tribulados desde 2006, con el final de la Segunda Intifada.

Horas después, en la madrugada del jueves, las tropas israelíes entraron en la ciudad de Naplusa para destruir la vivienda de Kamal Jouri, terrorista responsable de la muerte de un soldado israelí, Ido Baruch, en octubre del año pasado. Entretanto, durante tres días –de martes a jueves- colonos israelíes llevaron a cabo varios ataques contra poblaciones palestinas en Cisjordania, dejando un balance de decenas de heridos y daños materiales. Este viernes las autoridades israelíes detenían a tres colonos.

La presión de una parte de la población israelí, entre ella las comunidades de colonos de Cisjordania, empujan al Gobierno a llevar a cabo una operación antiterrorista a gran escala en el territorio de manera inminente. Según recogía el diario israelí "Haaretz", el Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel es reticente.

La expansión de los asentamientos judíos en Cisjordania y la incapacidad de la Autoridad Palestina de poner coto al terrorismo –los grupos armados sustituyen el vacío que deja la organización que administra oficialmente Cisjordania y Gaza- en el territorio auguran más tensión y violencia en el futuro. La perspectiva de paz es cada vez más utópica y remota.

El Gobierno presidido desde finales de diciembre pasado por Benjamin Netanyahu –en el que el Likud comparte el poder con representantes de partidos ultraconservadores y nacionalistas- demuestra no temblarle el pulso y estar dispuesto a emplearse con contundencia en el bastión cisjordano de Yihad Islámica y Hamás. Este viernes el portavoz del Ejército israelí advirtió de que podría volver a utilizar drones, como hizo el miércoles en Yenín, “para evitar una escalada” de violencia en la región. Por su parte, Naciones Unidas advertía ayer de que la violencia en Cisjordania “corría el riesgo de entrar en una espiral fuera de control”.

El año 2023 está siendo el más violento de las dos últimas décadas en Cisjordania. Desde que comenzara el año han perdido la vida más de 160 personas en actos violentos, la gran mayoría de ellos palestinos o ciudadanos israelíes árabes. Entre estos últimos hay muchos milicianos, aunque también civiles, y se cuentan 23 menores fallecidos.

La recién concluida primavera ha sido especialmente crítica. En abril la irrupción de las fuerzas israelíes en la mezquita Al Aqsa de Jerusalén en plenas celebraciones del Ramadán desencadenó varios días de ataques contra Israel desde Siria, Gaza y Líbano. El mes siguiente la muerte de un terrorista palestino, un destacado miembro de Yihad Islámica, en una cárcel israelí tas una prolongada huelga de hambre abría otro episodio de violencia con epicentro en la franja de Gaza.