Etiopía

La ONU investiga el robo de ayuda humanitaria en Etiopía

Trabajadores del WFP aseguraron que la ayuda robada habría servido para aliviar la situación alimentaria de 100.000 personas

Refugiados de Tigray que huyeron del conflicto en la región de Tigray de Etiopía, esperan a que voluntarios locales sudaneses les sirvan arroz cocido en el campamento de refugiados de Um Rakuba en Qadarif, en el este de Sudán
Refugiados que huyeron del conflicto en la región de Tigray (Etiopía)..Nariman El-MoftyAgencia AP

El Programa Mundial de Alimentos (WFP) está investigando actualmente el robo de ayuda alimenticia en la región de Tigray, según especifica una carta a la que ha tenido acceso AFP. Estos alimentos robados habrían servido para aliviar la situación de algunas de las 20 millones de personas que la ONU calcula que viven afectadas por la sequía y el conflicto que asoló el norte de Etiopía entre 2020 y 2022.

El director de WFP en Etiopía, Claude Jibidar, comunica en la carta que “el WFP está muy preocupado por la venta a gran escala de alimentos de algunos mercados” que, según asegura, “no sólo representa un riesgo para la reputación, sino que también amenaza nuestra capacidad de movilizar más recursos para la gente necesitada”. La carta, que pide acciones inmediatas para frenar la apropiación indebida de alimentos humanitarios, fue firmada el 5 de abril de este año y está dirigida a los socios del WFP en Etiopía.

Aunque la carta no especifica el caso, dos trabajadores de la organización mundial dijeron a AP que la ayuda robada incluía comida suficiente para abastecer a 100.000 personas, y que, entre otros, un almacén de la ciudad de Sheraro había sido saqueado. Se desconoce quienes robaron este almacén, que ya fue saqueado meses atrás por militares eritreos aliados del gobierno etíope y que ha sido utilizado por diferentes organizaciones (como USAID) para almacenar los alimentos antes de repartirlos entre sus socios, que son quienes finalmente los distribuyen a la población civil.

No es la primera vez que surgen problemas en lo que respecta a la ayuda humanitaria en el norte de Etiopía. En los momentos más tensos del conflicto, el gobierno central prohibió expresamente el cruce de toda ayuda humanitaria a las zonas ocupadas por el TPLF (Frente de Liberación Popular de Tigray), que no empezó a entrar en la región con cuentagotas hasta la firma de la paz. La escasez de campos cultivables en Tigray y la falta de ayuda derivó en una hambruna que terminó con las vidas de casi medio millón de personas en dos años. Una hermana de la caridad que ha querido permanecer en el anonimato confirmó a LA RAZÓN desde Tigray que, durante la guerra, “la escasez de alimentos obligó a escoger entre quienes comían, si los niños y las mujeres o los combatientes. Al ser necesario alimentar a los combatientes primero para que puedan luchar, es evidente que los niños fueron los más afectados”.

Se conocen además otros casos de robo de ayuda humanitaria en Tigray. En agosto de 2022 se notificó el robo de más de medio millón de litros de combustible por parte del TPLF. En este momento tuvieron que detenerse temporalmente las misiones de ayuda, dado que el WFP se quedó entonces sin combustible para sus camiones. Pese a los continuos llamamientos de la ONU para que dicho combustible fuera devuelto, alegando que no serían reabastecidos hasta el mes de octubre, el TPLF nunca respondió a esta petición.

Choques entre el ejército y las fuerzas de Amhara

La difícil situación en Etiopía entorpece además las investigaciones. Hace pocas semanas comenzaron los enfrentamientos entre el ejército federal de Etiopía y la fuerza regional del Estado de Amhara, después de que el gobierno tomara la decisión del gobierno de incorporar el servicio de seguridad regional de Etiopía al ejército nacional. Cabe a recordar que la fuerza regional de Amhara combatió junto al ejército federal durante el conflicto de Tigray, mientras todavía hoy ocupan de facto varias localidades tigranias.

Los tiroteos entre unidades rivales estaban en curso este martes por la mañana en Debre Birhan y Bahir Dar, según residentes y trabajadores humanitarios. En las ciudades de Sekota y Dessie también se escucharon tiroteos el lunes por la noche. Las carreteras, las tiendas y los bancos de las dos ciudades permanecen cerrados en varias áreas a raíz de los combates y de las protestas.