Cumbre

La OTAN reabre el debate sobre el gasto en Defensa

Stoltenberg defiende que el 2% sea el objetivo mínimo, no el máximo

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha defendido este miércoles que los aliados deben gastar en Defensa el 2% de su PIB “como mínimo”. La organización militar fijó esta meta el año 2014, cuándo Rusia se anexionó de manera ilegal la península de Crimea, con un generoso plazo de 10 años para alcanzar el objetivo, hasta el 2024.

Ahora, con la guerra en Ucrania como telón de fondo y otras amenazas como el terrorismo o el desafío de China, algunos aliados –entre ellos la propia Alemania- están presionando para aumentar esta meta. Stoltenberg no ha querido dar nuevas cifras (los países del Este hablan claramente del 2,5%), pero sí ha querido dejar claro que el 2% es el suelo, no el máximo. “Necesitamos el compromiso inmediato de gastar el 2% como mínimo, porque cuándo vemos las necesidades de municiones, defensa aérea, entrenamiento, disponibilidad o altas capacidades, es obvio que invertir el 2% es lo mínimo”.

Según los últimos cálculos de la Alianza, nueve países cumplen ahora el objetivo impuesto y otros dos más están rozando el 2%. Entre ellos, Grecia, EE UU, Reino Unido y aplastante mayoría de los países del Este, con el aliento ruso muy cerca de sus fronteras. Alemania se sitúa en el 1, 44 %, a pesar de que su ministro, Boris Pistorius, ha defendido este martes antes de reunirse con sus homólogos de la OTAN las mismas tesis que Stoltenberg. “Querer acercarse al objetivo del 2% no será suficiente. Debe ser la base para todo lo demás”.

En el otro lado de la balanza, aquellos como Luxemburgo, Italia o España que están todavía muy lejos del 2% y que creen que se deben contabilizar otros aspectos como las contribuciones en las misiones. En el caso de España, el gasto supera levemente el 1% (superando tan solo a Luxemburgo), con lo que para cumplir la meta no vinculante del 2% el año que viene es necesario duplicar el gasto.

Se espera que este debate sobre nuevas cifras tenga lugar en la cumbre del mes de julio en Vilna (Lituania), aunque las necesidades imperiosas de armamento que necesita Ucrania hacen casi inevitable no ir tomando posiciones en unas discusiones de alta sensibilidad para muchos aliados. La industria armamentística se encuentra ahora sobrepasado por los acontecimientos, sin poder hacer frente a los pedidos continuados de artillería y municiones para hacer frente a la ofensiva rusa.