
Elecciones
Una polarizada Polonia se juega en las urnas su futuro europeo
El liberal y europeísta Rafal Trzaskowski y el ultranacionalista y trumpista Karol Nawrocki se enfrentan en una reñida segunda vuelta de las presidenciales bajo la atenta mirada de Bruselas

«Déjà vu» electoral. Como hace dos semanas ocurriera en Rumanía, Polonia acude hoy a las urnas para elegir a su nuevo presidente polarizada entre su alma europea y su alma ultranacionalista. Un puñado de votos puede decidir el destino político de la quinta economía de la UE. Los últimos sondeos auguran una victoria muy estrecha al alcalde centrista de Varsovia, el europeísta Rafal Trzaskowski (50,6%), frente a su rival ultranacionalista y trumpista, Karol Nawrocki (49,4%).
Nawrocki, un político de 42 años respaldado por los ultraconservadores de Ley y Justicia (PiS) y admirador del presidente estadounidense Donald Trump, ha expresado su rechazo a la adhesión de Ucrania a la OTAN y denuncia las ayudas acordadas a los refugiados ucranianos en Polonia. Muestra, asimismo, un fuerte rechazo a la política migratoria europea y al Pacto Verde.
En cambio, un triunfo de Trzaskowski, de 53 años, podría dinamizar el Gobierno liberal del primer ministro, Donald Tusk, con quien comparte partido, Plataforma Cívica (PO). Trzaskowski es un ferviente europeísta y promete lleva a Polonia al euro veinte años después de la adhesión a la UE. Propone dar luz verde a la liberalización del aborto y a las uniones de personas del mismo sexo, así como otras muchas reformas del Gobierno de Tusk que han sido bloqueadas por el presidente saliente, Andrzej Duda.
Según la Constitución semi presidencialista polaca, el jefe de Estado tiene una función principalmente honorífica, pero cuenta con un poder de veto de las leyes y con la potestad de recurrir ante el Tribunal Constitucional, cuya mayoría de jueces fueron desginados por el PiS en dos dos períodos al frente del Gobierno (2005-2007 y 2015-2022).
Durante la primera vuelta de las presidenciales, celebrada el 18 de mayo, Trzaskowski solo logró imponerse por apenas un punto a Nawrocki. De ahí que ahora resulte clave la capacidad de persuasión de ambos candidatos para seducir a los votantes que apoyaron a los otro once candidatos presidenciales. En ese sentido, la ultraderecha, cuyos líderes acapararon más de un 21% de los apoyos, se ha revelado como el mayor vivero de votos donde los contendientes tratan de pescar esa diferencia que, por mínima que sea, resultará decisiva. Los candidatos de extrema derecha sumaron en primera vuelta cerca de 21% de los votos el 18 de mayo.
En uno de sus últimos mítines, el alcalde de Varsovia llamó a sus partidarios a votar. «Si la participación es igual de alta que en 2023 o está cerca, quién sabe, quizás será más alta, ganaremos las presidenciales», afirmó Trzaskowski. Desde Gdansk, Trzaskowski se refirió al papel de la ciudad con el movimiento Solidaridad en la caída del comunismo en los años ochenta, mientras se dirigía a sus partidarios. «Todos recordamos a los trabajadores de los astilleros que dijeron: ‘basta de miedo, basta de mentiras, basta de desprecio’. Hoy, una vez más, debemos permanecer unidos», recordó.
«Para vosotros, serán solo unos pasos hasta el colegio electoral, pero juntos podemos marcar un hito hacia la realización de nuestros sueños y aspiraciones», dijo Trzaskowski. El candidato liberal necesita para ganar atraer a los jóvenes y las mujeres que dieron la victoria a Tusk en las legislativas de 2023 y que, un año y medio después, se sienten desencantados por los pobres resultados de la coalición de 12 partidos.
Mientras, en su cierre de campaña, Nawrocki se presentó como un candidato que es «simplemente uno de vosotros». El candidato ultra se describió como «un ciudadano del Estado polaco que ha recorrido un largo camino para competir con un hombre creado por un ‘laboratorio político’».
Este candidato, que es contrario al impuesto sobre la propiedad, declaró que solo posee un apartamento, pero los medios revelaron que le compró a un anciano una segunda vivienda, mediante una operación calificada como opaca por sus detractores.
Además, un portal de internet informó que Nawrocki contrató a prostitutas cuando trabajaba como guardia de seguridad en un hotel, hace cerca de 20 años.
Una encuesta de la agencia estatal de investigación CBOS muestran que los polacos tienen la opinión más negativa de su relación con EE UU desde la caída del comunismo. Con todo, no cabe duda de que Washington es fundamental para construir la seguridad tanto europea como polaca.
Algunos, entre ellos Nawrocki, sostienen que Polonia «necesita la certeza de que un futuro presidente se preocupará por las relaciones polaco-estadounidenses». Por su parte, Trzaskowski afirma que Polonia debe «esforzarse por lograr la cooperación más estrecha posible entre Estados Unidos, la Unión Europea y Polonia, porque juntos somos una potencia».
Dado lo ajustado del escrutinio y el récord de voto por correo, no se descarta que haya que esperar al a lunes para conocer quién es el triunfador de la jornada electoral en Polonia. Si el alma europea o el alma ultranacionalista se impone finalmente.
✕
Accede a tu cuenta para comentar