
Polonia
Tusk se someterá al voto de confianza en el Parlamento tras la victoria del ultra Nawrocki
El nuevo presidente ultranacionalista amenaza con bloquear la agenda reformista del Gobierno liberal
El historiador ultranacionalista Karol Nawrocki será el nuevo presidente de Polonia tras la ajustada segunda vuelta electoral del domingo, que ha demostrado la polarización política que sufre la quinta economía de la UE. Nawrocki logró el 50,89% de los votos, frente al 49,11% del alcalde liberal de Varsovia, Rafał Trzaskowski. Una diferencia de apenas 369.59 (el 1,78% de los votos), pero suficiente para profundizar el giro a la derecha de Polonia.
El resultado supone un jarro de agua fría para el primer ministro, el liberal Donald Tusk, cuya agenda reformista se verá bloqueada constantemente por el nuevo jefe de Estado, entre cuyas atribuciones legislativas está vetar leyes del Gobierno y presentar recursos ante el Tribunal Constitucional.
Para clarificar la situación política tras el varapalo electoral, Tusk anunció este lunes que se someterá a un voto de confianza en el Parlamento. En un discurso retransmitido por televisión, Tusk enfatizó que su Gobierno está dispuesto a cooperar con el nuevo presidente «en lo necesario y en la medida de lo posible», pero que está preparado para la posibilidad de que Nawrocki adopte una actitud de bloqueo. «La primera prueba será un voto de confianza, que le pediré pronto al Parlamento», afirmó y agregó que el objetivo es que todos, en el extranjero y dentro del país, vean que el Gobierno «comprende la gravedad del momento», pero no se dispone «a dar un solo paso atrás» y completar la legislatura hasta otoño de 2027.
En la noche electoral, Nawrocki adelantó que continuaría dificultando la vida a Tusk al afirmar que su presidencia permitirá «acabar con el monopolio del poder maligno» y al enorgullecerse de «unir a todo el bando patriótico en Polonia, a todo el bando de quienes desean una Polonia normal, segura y sin inmigrantes ilegales».
Por su parte, Trzaskowski, que perdió por segunda vez por estrecho margen en unas presidenciales desde 2020 –precisamente contra el presidente saliente, Andrzej Duda, con un 2,06% de diferencia– felicitó a su rival y recalcó que él había luchado por «una Polonia fuerte, segura, honesta y empática, una Polonia moderna en la que todos puedan alcanzar sus metas y aspiraciones».
La reñida votación tuvo en vilo a Polonia desde la primera vuelta, dos semanas antes, y durante toda la noche del domingo. El resultado indica que se puede esperar que Polonia tome un camino más nacionalista bajo su nuevo presidente, que fue respaldado por el estadounidense Donald Trump.
Un primer sondeo a pie de urna mostró inicialmente a Trzaskowski con una ligera ventaja sobre Nawrocki, pero, dos horas más tarde, el recuento mostró que el candidato ultraconservador ganaba con un 50,7%, más que Trzaskowski, con un 49,3%. La segunda vuelta se celebra tras la reñida primera del 18 de mayo, en la que Trzaskowski obtuvo algo más del 31% y Nawrocki casi el 30%. La participación fue del 72,8%, superior al 67,3% de la primera vuelta y la mayor en unas elecciones presidenciales en Polonia.
Aunque el resultado final seguía sin estar claro por la noche, con los dos contendientes prácticamente empatados, ambos se proclamaron vencedores ante sus seguidores. «Hemos ganado», dijo Trzaskowski. «Este es realmente un momento especial en la historia de Polonia. Estoy convencido de que nos permitirá avanzar y centrarnos en el futuro», siguió. «Seré vuestro presidente». Nawrocki aseguró que creía estar en el buen camino para ganar. «Ganaremos y salvaremos a Polonia», añadió.
El desenlace de estos comicios tiene profundas implicaciones para el panorama político polaco, ya que una victoria de Trzaskowski, de 53 años, hubiera facilitado al Gobierno la implementación de su agenda reformista.
El alcalde de Varsovia había prometido impulsar reformas como la liberalización del aborto, las uniones civiles y revertir las reformas judiciales del Ejecutivo del PiS, además de buscar una relación más estrecha con Bruselas. Por el contrario, la victoria de Nawrocki es vista como la continuidad de Duda, por lo que los analistas creen que la gestión del Gobierno proeuropeo seguirá siendo difícil, con un posible estancamiento de su agenda.
En opinión del politólogo y columnista polaco Adam Filipowicz, con la victoria de Nawrocki, «se abre una etapa de incertidumbre para el país y el Gobierno de Tusk, con un presidente beligerante, contrario a sus intereses y dispuesto a causar problemas para desgastarlo y allanar el terreno a unas elecciones anticipadas o por lo menos provocar desacuerdos en la coalición» que lidera.
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