Relevo

El primer ministro de Portugal presenta su primer Gobierno

El conservador Montenegro se rodea de su núcleo de confianza en el PSD para gobernar en minoría

Lisbon (Portugal), 21/03/2024.- President of the Social Democratic Party (PSD), and leader of the Democratic Alliance (AD), Luis Montenegro, speaks to journalists after being appointed Prime Minister by the President of the Republic, Marcelo Rebelo de Sousa (Not Pictured), at Belem Palace, Lisbon, 21 March 2024. (Lisboa) EFE/EPA/MIGUEL A. LOPES
Luis Montenegro, primer ministro portuguésMIGUEL A. LOPESAgencia EFE

Ayer por la tarde, Luís Montenegro, el nuevo primer ministro portugués, se reunió con el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, para presentar los nombres del nuevo Gobierno conservador. Fue con gran secretismo y ansiedad que Montenegro también debutó como jefe de Gobierno. El líder conservador guardó en secreto hasta el último momento los nombres de quienes componen el XXIV Gobierno Constitucional de Portugal. La toma de posesión del Ejecutivo tendrá lugar el próximo martes.

Sólo se necesitaron 15 minutos para que el primer ministro luso presentara la composición de su Gabinete. A pesar de que los portugueses esperaban el anuncio ayer jueves, los nombres que componen este nuevo Gobierno generaron poca sorpresa, ya que, al ser un Gobierno débil en el sentido de que se formó sin una mayoría absoluta en el Parlamento tras las elecciones del 10 de marzo, Montenegro tuvo que «apostar todas sus cartas» en aquellos que le son «cercanos» en el Partido Socialdemócrata (PSD, centro derecha). La alternativa política que se habló durante meses no podrá implementarse dada la composición del Gabinete tan previsible.

Tradicionalmente, el presidente de la Asamblea de la República (quien supervisa al Gobierno), que es el segundo órgano más importante del país después del presidente de la República, es de la misma afiliación política que el ganador de las elecciones. Montenegro propuso a José Pedro Aguiar Branco y sería natural que fuera él el elegido en circunstancias de una mayoría parlamentaria cómoda.

Lo que sucede es que no lo fue y llevó dos días y no se pudo hacer de manera tradicional debido al desprecio que últimamente Montenegro ha mostrado hacia André Ventura. El líder del partido ultraderechista Chega no apoyó al candidato del PSD para presidir el Parlamento, por lo que el primer ministro tuvo que negociar con el principal partido de la oposición, el Partido Socialista (PS). Como resultado de la negociación y en contra de lo que es tradicional para una legislatura que debería durar cuatro años, el PS y el PSD dividieron el mandato de la presidencia: dos años para los conservadores y los dos siguiente para los socialistas. Una señal de las dificultades que Chega plantea desde el primer día al querer imponerse en la política, algo que el PS y Montenegro no quieren. La extrema derecha quiere hacer valer su posición como tercera fuerza del país tras lograr aglutinar en las urnas el descontento de los portugueses.

La elección del presidente del Parlamento, que suele ser pacífica y rápida, demuestra la inestabilidad que probablemente enfrentará este Gobierno y, en consecuencia, los portugueses.

Mientras, el primer ministro saliente, António Costa, presentó el balance de sus ocho años de Gobierno ayer. El dirigente socialista se jactó de haber dejado las «arcas llenas», afirmando haber dejado al país con el mayor superávit presupuestario en democracia.

Sin embargo, el PSD rechaza esta narrativa y responde que el superávit mencionado es el resultado, por un lado, del contexto inflacionario en el que Portugal ha estado viviendo y, por otro, de la excesiva carga fiscal. La realidad es que el PS quiere quedar bien en la foto para poder decir más tarde que dejó a los conservadores un país en buenas manos y que PSD no supo aprovechar la favorable situación en la que se le «entregó» el país ibérico.

El primer examen a este Gobierno será en las elecciones europeas del 9 de junio. El PSD podría perder las elecciones, pero, en la práctica, no pasaría nada. Los obstáculos creados por Chega y la oposición socialista pueden empujar al electorado a votar contra el nuevo Gobierno apenas dos meses después de haberse formado. Son todas circunstancias adversas que no permiten que la constitución del Gobierno sea lo más amplia posible en cuanto a personas competentes de la sociedad civil y se limita al núcleo duro de Luís Montenegro. Puede ser una señal de que la sociedad no cree en la longevidad del nuevo Gobierno portugués.