Poder aéreo

Por qué el caza F-22 necesita "ojos térmicos" para sobrevivir

La Fuerza Aérea estadounidense ha confirmado planes para nuevas actualizaciones para el caza furtivo, que pretenden permitir que el icónico avión siga siendo viable en la década de 2030

Cazas de combate F-22 Raptor
Cazas de combate F-22 RaptorAgencia AP

Más de dos décadas después de su entrada en servicio, el F-22 Raptor sigue siendo un símbolo de la supremacía aérea estadounidense. Sin embargo, también es una plataforma atrapada entre dos épocas: concebido en la Guerra Fría, desplegado a comienzos del siglo XXI, y aún sin un reemplazo directo plenamente definido. Hoy, la Fuerza Aérea de EEUU ha decidido apostar por una actualización profunda del Raptor, con el objetivo de mantener su relevancia táctica al menos hasta mediados de la década de 2030. Es una decisión estratégica, pero también polémica.

El F-22 fue el primer caza de quinta generación operativo en el mundo, pero su desarrollo fue largo y problemático: no entró en servicio hasta diciembre de 2005, y solo se produjeron 187 unidades de combate antes de cerrar la línea de montaje. Desde entonces, el entorno estratégico ha cambiado drásticamente. Cazas como el F-35 y el J-20 chino han introducido nuevas arquitecturas de sensores, enlaces de datos más avanzados y capacidades de guerra en red que han dejado al F-22 en una posición comprometida, especialmente en términos de interoperabilidad y adaptación tecnológica.

Además de estas deficiencias técnicas, la plataforma arrastra varios desafíos estructurales y financieros. Es, de lejos, el caza más costoso de operar en todo el inventario de EEUU, con tasas de disponibilidad notablemente bajas. Su radar AN/APG-77, aunque avanzado en su época, hoy requiere una modernización profunda. El F-22 también carece de sensores infrarrojos pasivos y de un sistema de puntería montado en casco, características que hoy se consideran básicas en cualquier caza de combate moderno.

A pesar de estos obstáculos, el Pentágono ha confirmado que seguirá invirtiendo en su modernización. En los documentos presupuestarios para el año fiscal 2026, la Fuerza Aérea describe una serie de mejoras tanto en hardware como en software, centradas en restaurar parte de su ventaja cualitativa. A continuación, cinco de las más relevantes:

1. Sistema Defensivo Infrarrojo

Uno de las lagunas más llamativas en la arquitectura del F-22 es la ausencia de sensores infrarrojos pasivos, algo que hoy es estándar en cazas de quinta generación como el F-35, el J-20 o el Su-57. El nuevo Sistema Defensivo Infrarrojo (IRDS) busca resolver esa carencia, ya que permitirá al F-22 detectar emisiones térmicas sin depender de su radar, lo que es crucial para mantener el sigilo. Además de detectar aviones y helicópteros enemigos en escenarios de combate aire-aire, el IRDS permitirá localizar lanzamientos de misiles con mayor rapidez. El IRDS actúa como un par de "ojos térmicos" que no emiten señales, lo que le otorga al Raptor una capa adicional de conciencia situacional sin comprometer su perfil de baja observabilidad.

2. Renovación total del sistema de guerra electrónica

El entorno electromagnético se ha convertido en un campo de batalla clave. Este es un campo en el que el F-22 estaba claramente desactualizado. El nuevo sistema de guerra electrónica permitirá detectar, identificar y neutralizar amenazas electrónicas en tiempo real. Esto incluye capacidades de interferencia activa, evasión de radares multifrecuencia, gestión de firmas electrónicas, y blindaje contra ataques cibernéticos dirigidos al avión. También permitirá al F-22 cumplir un función de escolta electrónica para otros activos más vulnerables.

3. Nuevos recubrimientos furtivos y mejoras del radar

El radar AN/APG-77 del F-22 fue revolucionario en su momento, con capacidad AESA y modos de funcionamiento que ofrecían baja probabilidad de intercepción. Sin embargo, frente a radares de última generación en cazas como el J-20 o el Su-57, se ha quedado atrás. Las mejoras previstas para el AN/APG-77 incluyen mayor resolución en el mapeo del terreno y un procesamiento de señales más rápido y resistente a interferencias. En paralelo, se están desarrollando nuevos recubrimientos RAM que no solo reducen aún más la firma de radar del Raptor, sino que también buscan ser más duraderos, fáciles de mantener y resistentes a condiciones extremas.

4. Casco inteligente y nueva interfaz piloto-máquina

En combate moderno, los segundos cuentan. El F-22 no contaba con un sistema de puntería montado en casco (HMS), lo que significa que el piloto necesitaba alinear físicamente el avión con el objetivo para lanzar ciertas armas. Esta limitación ya no tiene sentido frente a misiles de corto alcance con capacidad de búsqueda por infrarrojos que pueden ser guiados con un simple movimiento de cabeza. El nuevo casco incorporará un visor de alta definición y realidad aumentada que proyecta datos clave directamente frente a los ojos del piloto: amenazas detectadas, vectores de ataque, estado de sistemas, e incluso superposiciones del terreno o unidades aliadas.

5. Conectividad de nueva generación

Una de las principales transformaciones en el combate aéreo moderno es el paso de plataformas aisladas a redes de sensores interconectados. El F-22 ha quedado rezagado en esta transición. Aunque extremadamente capaz por sí solo, no estaba diseñado para compartir datos tácticos en tiempo real con otras aeronaves o sistemas de defensa, lo que limita su efectividad como nodo dentro de una fuerza conjunta.