Terrorismo
Rusia planta su bota en Burkina Faso y se consolida como defensora de Europa ante la amenaza yihadista
Tras meses de reuniones de alto nivel entre miembros del Gobierno ruso y de la junta burkinesa, este mes de noviembre ha comenzado una nueva etapa de cooperación militar
Rusia busca una nueva oportunidad en Burkina Faso. Después de afianzar su programa de cooperación militar con Mali, primero de la mano del Grupo Wagner liderado por Yevgueni Prigozhin, y actualmente gracias a la inserción de la compañía de mercenarios dentro del ministerio de Defensa ruso, ha llegado el turno de la nación vecina para entrar en la órbita de influencia moscovita. Y los rumores que circulan desde hace meses parecen haberse confirmado este 10 de noviembre.
El siguiente artículo expone una cronología de las relaciones entre Burkina Faso y Rusia en el último año, de manera que el lector pueda comprender, punto por punto, cómo han llegado las tropas del Kremlin a la nación que hace apenas dos años era considerada como uno de los baluartes de Francia en el Sahel.
30 de septiembre de 2022
El aproximamiento entre Uagadugú y Moscú tuvo sus inicios durante el golpe de Estado ocurrido en septiembre de 2022. Entonces, el sentimiento antifrancés explosionó entre la población burkinesa. Ataques al consulado francés, cánticos en contra del neocolonialismo y banderas rusas ondeando entre los civiles que apoyaron el levantamiento militar protagonizaron las fotografías de aquellas fechas. Incluso algunos de los golpistas se atrevieron a mostrar enseñas a favor de un partenariado con Rusia.
Alexander Ivanov, líder (ruso) de la Comunidad de Oficiales para la Seguridad Internacional en República Centroafricana, había ofrecido ese mes de enero al anterior jefe de Estado burkinés, Paul-Henri Sandaogo Damiba, los servicios de Wagner para combatir al terrorismo en el país. En su propuesta, aseguró que era posible “compartir la experiencia adquirida en República Centroafricana para elaborar un ejército listo para luchar y dominar la situación en poco tiempo”.
23 de enero/20 de febrero de 2023
Tras meses donde se sucedieron los roces entre el Gobierno francés y la nueva junta militar dirigida por el capitán de artillería Ibrahim Traoré, ambas naciones llegaron a un acuerdo durante el mes de enero en donde se anunciaba el fin de las operaciones galas en el país. Previa a esta decisión, el 3 de enero, el embajador francés en Burkina Faso había sido expulsado del país. La razón que condujo a los burkineses a tomar tan drástica decisión se mantenía en dos posturas: una popular, a pie de calle; y la otra, militar. La postura popular nacía del rumor que afirma que los franceses “financian a los yihadistas” con el fin de mantener la inestabilidad en la región y afianzar así su presencia militar en una suerte de neocolonialismo retorcido. Expulsar a las fuerzas galas conseguía así conectar a la junta militar con los deseos del pueblo, independientemente de la veracidad de las acusaciones, y contentaba de esta manera a la masa popular. La postura militar acusaba a París de no haber cumplido con sus objetivos en la lucha antiterrorista desde el inicio de las operaciones en 2015.
Un día después de anunciarse la retirada francesa, la ministra de Exteriores burkinesa, Olivia Rouamba, negó que se estuviera labrando un acuerdo de cooperación militar con el Grupo Wagner (o, en su defecto, Rusia) y añadió que Burkina Faso se valía por sí mismo para garantizar su propia seguridad gracias al programa de Voluntarios por la Defensa de la Patria (VDP). La nación africana buscaría así una solución “endógena” a la crisis terrorista. El escepticismo cobró forma entre las naciones vecinas y el presidente de Ghana, Nana Akufo-Addo, llegó a asegurar que ya entonces había tropas mercenarias en Burkina Faso. Informaciones que nunca fueron confirmadas. El fin de la presencia francesa en el país se hizo oficial el 20 de febrero de 2023.
27-28 de julio de 2023
Fueron las fechas en las que tuvo lugar la II Cumbre Rusia-África de San Petersburgo. El acontecimiento podría tildarse de histórico para Burkina Faso, después de que el capitán Ibrahim Traoré consiguiera una reunión con Vladimir Putin en el marco de la cumbre, reunión que estuvo dirigida a estrechar los lazos entre ambas naciones. Durante este encuentro, Traoré afirmó que “hay un deseo de cambiar la política que nos lleva a dar la espalda a nuestros aliados tradicionales y volvernos hacia nuestros verdaderos amigos, como Rusia, que nos vino apoyando desde la descolonización hasta hoy”. En un discurso hecho durante la Cumbre, frente al resto de las naciones africanas, el jefe de Estado burkinés añadió que “Rusia forma parte de la familia de África, porque tenemos la misma historia” y criticó el “olvido” procurado por la comunidad internacional a la hora de reconocer los esfuerzos de África y Rusia para combatir al nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.
La II Cumbre Rusia-África, sumada al firme apoyo que aseguró Traoré a la política del Kremlin, supuso un antes y un después en las relaciones entre los dos países. Los acontecimientos que habían tardado meses en desarrollarse dieron así un brusco acelerón durante las semanas siguientes.
1 de septiembre de 2023
El Gobierno burkinés anunció que una delegación rusa liderada por su viceministro de Defensa, Yunus-Bek Yevkurov, había visitado en los últimos días Burkina Faso para reunirse con Ibrahim Traoré. En este encuentro, según se expuso, ambas partes plantearon una posible cooperación militar que continuaría lo convenido durante la reunión del mes de julio en San Petersburgo. El acuerdo firmado en septiembre incluye “áreas de cooperación que conciernen principalmente al ámbito militar, incluida la formación de oficiales cadetes y oficiales burkineses de todos los niveles, incluidos los pilotos en Rusia”.
Canales abiertos de inteligencia habían detectado el día anterior que una aeronave militar de nacionalidad rusa había aterrizado en el aeropuerto de Uagadugú tras despegar de República Centroafricana (donde Wagner mantiene una importante presencia desde 2018). Aquí se cerró el vínculo Burkina Faso-República Centroafricana que expuso Alexander Ivanov en enero de 2022.
16 de septiembre de 2023
Los líderes de las juntas militares que gobiernan Mali, Burkina Faso y Níger firmaron un tratado mediante el cual se formará la Alianza de Estados del Sahel (AES), cuya función principal consiste en la colaboración militar. Fue el coronel Assimi Goita, de Mali, quien anunció en su cuenta de X haber firmado “con los Jefes de Estado de Burkina Faso y de Níger el Tratado Liptako-Gourma, estableciendo la Alianza de Estados del Sahel, con el objetivo de establecer una arquitectura colectiva de defensa y de asistencia mutua para el beneficio de nuestros ciudadanos”.
Pese a que esta nueva alianza parece independiente a las relaciones de las naciones africanas con Rusia, su carácter militar y el creciente interés de Níger por asociarse con Moscú hacen prever que la AES contará, al menos en lo que respecta al entrenamiento de los soldados africanos, con una probable presencia rusa. La cohesión de Níger, Burkina Faso y Mali (sendos países liderados por golpistas y que han expulsado a las tropas francesas de sus respectivos territorios) y su capacidad militar vendrá en adelante íntimamente ligada a las competencias de Moscú a la hora de ofrecer un entrenamiento efectivo y una asesoría apta a sus ejércitos. En una palabra: el triunfo de la Alianza de Estados del Sahel como organización se verá determinada por la contribución de Rusia sobre el terreno.
13 de octubre de 2023
La junta militar que gobierna Burkina Faso anunció haber alcanzado un acuerdo con la compañía estatal rusa Rosatom para construir una central nuclear en el país africano. Este acuerdo permitirá el uso de la energía nuclear con fines pacíficos y procurará poner término a la perpetua crisis energética que afecta a los burkineses (un 81% de la población no tiene acceso a la electricidad). La importancia de este acuerdo se remonta a la reunión entre Putin y Traoré durante el mes de julio. Entonces, el joven capitán recordó al mandamás ruso la necesidad urgente de Burkina Faso de obtener soluciones en lo relacionado con la deficiencia energética.
El nexo energía-cooperación militar ha sido la base principal de las aproximaciones entre Rusia y Burkina Faso por un motivo fundamental: que el discurso ruso se sostiene en la “hermandad” con África y su interés legítimo por procurar un desarrollo africano libre de las “trabas” interpuestas por el neocolonialismo occidental. La construcción de una central nuclear cumple con los deseos de los burkineses, que se resisten a sustituir a Francia por Rusia en un ámbito exclusivamente militar y que ansían una independencia efectiva de la nación.
7 de noviembre de 2023
Kassoum Coulibaly, ministro de Defensa burkinés, se reunió en Moscú con su homólogo ruso, Serguéi Shoigú, para concretar los preparativos de una colaboración militar ruso-burkinesa. El comunicado posterior al encuentro determinó que “durante la reunión se discutieron cuestiones a la cooperación militar bilateral […]. Acordaron fortalecer y ampliar los vínculos entre Rusia y Burkina Faso en el ámbito de defensa”. Shoigú quiso resaltar que las relaciones entre ambas naciones se basan en “el respeto mutuo” y señaló que el balance diplomático era “positivo”.
10 de noviembre de 2023
Una aeronave Il-76, de sobra conocida por su función como transporte de tropas rusas, aterrizó en el aeropuerto de Uagadugú durante la tarde del 10 de noviembre. Al menos 50 militares rusos fueron avistados mientras descendían del aparato, para dirigirse posteriormente al Hotel Lancaster en un autobús. Rusia consolidó así su presencia en Burkina Faso y, por añadido, en el Sahel. El uso que dará Ibrahim Traoré a los instructores rusos es todavía desconocido, aunque, considerando que los números actuales son mucho más reducidos que en la vecina Mali, se presupone que no participarán de manera directa en los enfrentamientos contra los terroristas, más allá de su capacidad de observadores o instructores militares.
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