Salvini apunta a un error humano del conductor del autobús siniestrado en Venecia

Al menos 21 personas fallecieron este martes cerca de Mestre, una localidad cercana a Venecia, en el norte de Italia, después de que el autobús en el que viajaban rompiera el guardarraíl y cayera hasta al vacío desde una altura de más de 10 metros por causas aún desconocidas. Otras 15 personas resultaron heridas, entre ellas dos españoles de los cuales uno se encuentra en estado grave. Entre los fallecidos hay dos niños y un adolescente, además del conductor, que tenía 40 años y era de nacionalidad italiana.

“Es una escena apocalíptica, no hay palabras”, lamentó el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, que decretó luto oficial en la ciudad en memoria de las víctimas. La mayoría de los pasajeros eran turistas extranjeros de diversas nacionalidades. El Ministerio de Exteriores de Ucrania confirmó la muerte de cuatro ciudadanos nacionales, mientras que el delegado de Gobierno de Venecia, Michele di Bari, aseguró que entre los heridos había un alemán, un francés, un croata, un austriaco y dos españoles que fueron trasladados a los hospitales de la zona. De las víctimas mortales, 19 fallecieron en el acto y otras dos mientras eran atendidas por los servicios de emergencia.

“Fue terrible porque cayó desde unos 10 metros y en el impacto las baterías eléctricas del vehículo se incendiaron”, explicó el comandante de los bomberos de Venecia, Mauro Luongo. En las imágenes captadas por las cámaras ubicadas en el lugar del siniestro se observa al autobús circular a muy baja velocidad y caer de repente por el puente elevado cerca de las vías del tren. El vídeo será clave para que los investigadores puedan esclarecer las causas del incidente.

El autobús había sido alquilado para trasladar a los turistas desde la ciudad de los canales hacia un alojamiento situado en la localidad de Marghera. El accidente se produjo poco después de las 19:30 del martes y las primeras hipótesis apuntan a un error humano ya que el vehículo era nuevo y no había señales de frenada, según explicó a medios locales Marco Agostini, portavoz de la policía municipal de Venecia. De momento, todas las hipótesis están abiertas y las autoridades italianas no descartan que el conductor, que acababa de empezar su turno y tenía mucha experiencia, pudiera haber sufrido un desmayo o un golpe de sueño que le hizo perder el control del vehículo.

El ministro italiano de Infraestructuras y Transportes, Matteo Salvini, aseguró que “una de las hipótesis es que el conductor se sintiera mal” ya que “la carretera era una recta sin obras, sin interrupciones, el autobús era nuevo, eléctrico”. Por su parte, el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, aseguró a la televisión pública RAI que “el factor agravante de la situación fue determinado por el hecho de que había suministro de metano y el fuego se desarrolló rápidamente”.

Un vecino de la zona contó al periódico local "Il Gazzettino" que tras oír el estruendo desde su apartamento, salió de casa y se precipitó hasta el autobús para intentar ayudar. “Cuando entramos, vimos al conductor enseguida. Estaba muerto. Saqué a hombros a una mujer y luego a un hombre. La mujer gritaba: 'mi hija, mi hija'. Y volví a entrar. Vi a una niña que debía de tener dos años. Sentí como si tuviera a mi propio hijo en brazos. Fue terrible. No sé si sobrevivió”, explicó.